Capítulo 12:El cadaver pendiente.

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Ambos permanecieron un momento acostados en la cama. Coriolanus admiró el cuerpo de Carrie por un buen rato, esa piel que había tocado le parecía muy hermosa.

"Cuando sea presidente, te prometo que trataré al dos como mi distrito favorito"'le dijo Coriolanus a Carrie mientras acariciaba su brazo.

Ella soltó una risita.

"¿Presidente?" Preguntó divertida.
"Es a lo más que aspiro" dijo él importándole un bledo si le creyó o no.

"Futuro presidente de Panem" dijo Carrie con tono orgulloso y divertido y cuando la escuchó Coriolanus, se estremeció y lo sintió real. "Bueno futuro presidente; para ser su primera vez no estuvo tan mal"

"¿Y fue suficiente para ti?" Preguntó él.
"Nunca lo es" replicó ella.
"Entonces muéstrame más, quiero..." se sentó en la cama y la miró a los ojos. "Quiero saber que tengo la capacidad de darte más placer"

Ella lo besó con intensidad y cumplió sus deseos.

Esa madrugada Coriolanus aprendió muchas cosas; aprendió cómo disfrutar sin terminar antes de tiempo, sentir el placer suficiente y postergar el fin. Aprendió nuevas maneras de hacerlo y en diferentes lugares, posiciones.
Pronto se dio cuenta de que esto podría ser una adicción para él, el placer de sentir una carne que no es suya frotando el cuerpo, el sudor compartido, los estímulos en cada embestida, porque sí, quizás la primera vez de Coriolanus había sido dulce y de manera consciente, pero las últimas veces fueron tan intensas y fuertes que los gemidos de Carrie se convirtieron en gritos de placer y Coriolanus ya no se reconocía a sí mismo cuando terminaba, era como volar al cielo y caer intacto.

Descubrió que le gustaba practicar el sexo duro e intenso; fue así porque Carrie le pedía que la tomara del cabello, que apretara sus piernas, que la mordisqueara, que la embistiera fuerte y luego se quedara quieto. Su parte favorita era tomarla con firmeza de los pechos para entrar y salir a su antojo conteniendo su orgasmo.

Unos momentos después; Carrie y Coriolanus cayeron en la cama satisfechos, adoloridos y sudados.
Carrie se quedó dormida poco tiempo después, mientras que Coriolanus estuvo inmerso en sus pensamientos. Ahora tenía mucho control de sí mismo y Verona no iba a poder controlarlo, no al menos de esta manera y aunque no hubiera aprendido demasiado esa noche como para llamarse experto, sabía que podría dominar lo suficiente para detenerse a pensar y tomar una decisión correcta.
Ante esto, Coriolanus pensó que tendría que compensar a Carrie en un futuro o quizás a todo el distrito dos, al igual que obtener algo del cuatro; quizás la idea que plantó Mags en su cabeza no era tan mala pues las personas del distrito cuatro eran muy hermosas, tanto como para cambiar secretos jugosos por la compañía de alguien.

A la mañana siguiente, Coriolanus se despertó solo en la cama, no se había dado cuenta de cuando se quedó dormido. Bajó las escaleras y se encontraba una Carrie muy feliz tarareando y cocinando panecillos.

"¿tocino?" Preguntó ella.
"Por favor"

Lo cierto es que Carrie le agradaba mucho, el podría quedarse ahí en el dos a fingir que era Louis Manner y seguir viviendo en esa casita mientras tiene sexo con Carrie y el va al centro de entrenamiento todos los días. Lo que le recordó algo: el cadaver en el bosque, por haber estado entretenido toda la noche, olvidó enterrar el cuerpo del verdadero Louis.
Esperaba que cuando él estuviera tomando el tren de regreso al Capitolio, descubrieran el cuerpo, si no, tendría que correr de nuevo como en el cuatro.

Desayunaron en silencio, Carrie se volvió a vestir con ropa de color calida y tomaba café mientras leía el periódico.

"Genial, queda poco para que vuelvan las cosechas" expresó ella.
"Claro. Lo mismo de cada año" fue lo único que pudo replicar Coriolanus.
"Siendo honesta, me alegro mucho de haber cumplido con mi deber y no volver a esa arena nunca más" esa fue la primera vez que Coriolanus noto a Carrie molesta.
"¿Te afectó tanto?" Se atrevió a preguntar él.

Ella dejó el periódico de lado y lo miró como si fuera una leona a punto de cazar.

"Tú no tienes ni idea de lo que te hace esa arena. Lo que te hace el tomar vidas humanas solo porque no eres lo suficientemente cobarde por dejar que se lleven la tuya primero" su voz comenzó a cortarse. "He tenido que aprender a fingir todo este tiempo que estoy bien y que solo fue un espectáculo al que me vi obligada a enfrentar. Pero no. Es.Así" se quebró. Coriolanus le dio su espacio. "Antes de ir a la arena mi vida era diferente, yo era diferente, una joven con otras aspiraciones y sueños, los cuales dejé porque no tengo la fuerza para seguir con esos sueños" estaba sollozando. "Prefiero ser Carrie la de la choza, la que se acuesta con muchachos que van y vienen. La que sirve los tragos en un lugar que pudo construir con dinero lleno de sangre"

'Así que la manera de enfrentar el trauma de los Juegos era con sexo' pensó Coriolanus.

"Lamento mucho oír eso" Coriolanus le puso la mano sobre la de ella.

"¡No! No me compadezcas" se sobresaltó. "Ayer estuviste en mi cama y la pasamos bien, para eso has venido acá, no para hablar de eso y mis sentimientos; es más, sube" le ordenó ella mientras se secaba las lagrimas con el dorso.

"Carrie...," protestó Coriolanus, aunque moría de ganas de hacerlo una vez más, de esa manera no le gustaba.
"Que subas y me..."

Llamaron a la puerta.
Carrie fue a abrir y era uno de los agentes de la paz.

"Señorita Carrie, es mejor que nos reunamos en la plaza" dijo el agente y también observó a Coriolanus. "Todos debemos ir"

"¿Por qué? ¿Qué ocurrió?" Preguntó Carrie asustada.

"Encontramos un cuerpo en el bosque" dijo el agente y Coriolanus se estremeció.

Coriolanus estaba buscando la oportunidad de marcharse, no sabía cómo deshacerse de Carrie, si se llevaba a cabo esa investigación se darían cuenta de que el intruso era Coriolanus y lo mandarían ejecutar.
Ambos iban caminando hacia el lugar, Coriolanus intentaba guardar la compostura, había pensado en huir como en el cuatro, pero todas las estaciones fueron detenidas hasta encontrar al asesino.
De nuevo Coriolanus se había metido en el ojo del huracán y por un par de piernas lindas.

Lo que parecía ser el jefe del pelotón del dos estaba parado frente a toda la multitud del distrito. Caminaba de un lado al otro, intentando encontrar las palabras correctas para hablar sobre una muerte inminente y que preocupaba a todos.
Coriolanus por otro lado estaba buscando la manera de irse. No podía pensar con claridad porque los nervios le estaban bloqueando la mente; solo respiró hondo. Estaba con unos agentes de la paz, había armas, bombas, autos. Necesitaba un escape triunfal y bien pensado.

Así que optó por volver a tomar un arma.

"Debo buscar a mi pelotón" le susurró a Carrie, quien estaba muy atenta al jefe del pelotón de Coriolanus.

"De acuerdo, te veo esta noche" susurró ella, Coriolanus se dio media vuelta y no miró atrás, sabía que esa era la ultima vez que la vería.

Mientras aquel agente daba su discurso, Coriolanus se escabulló por detrás de las camionetas que estaban ahí, buscó armas, nada muy difícil de usar; tal vez unas bombas.

Pensó en que debía detonar sólo un par y con eso crearía una ventana de al menos dos minutos para huir al tres y de  ahí llegar al Capitolio.
Tenía que hacerlo.

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Nota de la autora: como ya se los había prometido a las 6 se pone la novela.
Estoy muy contenta de que Charlajo lea esto!! 🥹 ya casi terminó el fanfic, voy en el capítulo 21 de 28; espero les esté gustando más y más.
Ps: el trailer de balada ya sale en los cines; mañana iré a ver Barbie, esperando que me salga el trailer pa gritar, cada vez mas cerca la película.
Nos leemos el siguiente domingo byeee!

El verano 23Donde viven las historias. Descúbrelo ahora