La noche de bodas es un evento especial para todos los recién casados; era más especial aún para Coriolanus pues dados todos los acontecimientos en los que se vio obligado a pasar aquel verano, esa boda era un triunfo para él: se había casado con Livia Cardew.
Había sido una boda sencilla con personas allegadas a los novios y se había llevado a cabo en la mansión Snow, Tigris había diseñado ambos trajes; el traje de Coriolanus era tan blanco como la nieve y con detalles plateados en los botones del saco y los gemelos, en esa ocasión, usó una rosa roja para hacer contraste con el traje y el vestido de Liva era estilo straple que se ajustaba a su delgada figura y con detalles plateados, al igual que Tigris se dio a la libertad de tejer una peineta plateada.
Strabo aceptó pagar todos los detalles de la boda que no fueron nada baratos y todos ellos elegidos por Livia y Tigris.
Coriolanus se limitó a asistir cuando era solicitado pues con un intento fallido de boda y después de haber asesinado a esas personas en el cierre de los juegos, lo habían dejado sin ganas de hacer nada; además, por alguna extraña razón, no podía dejar de pensar en Lucy Grey, quizás los detalles de la muerte de los Messina, de Verona sangrando por los ojos y suplicándole que la ayudara y la pesadilla que tuvo antes de esos acontecimientos, fueran la causa de su martirio.
En los votos, hubo un momento en que vio un lindo vestido de arcoiris deambular por ahí, se distrajo tanto que el ministro tuvo que llamarlo un par de veces para preguntarle si aceptaba a Livia, respiró hondo y decidió que el fantasma de esa mujer no iba a arruinar su boda.
Pero si su noche de bodas.
Coriolanus se puso nervioso apenas los dos estuvieron solos; Strabo les había pagado una cabaña cerca del mar, un mes entero para estar solos y en tranquilidad, habían llegado la noche de la ceremonia, livia estaba nerviosa y feliz pues ella nunca había estado con un hombre y Coriolanus por alguna extraña razón no dejaba de ver el rostro de Lucy de pronto.
Ambos cenaron, hablaron y rieron un poco, Livia estaba feliz con el compromiso mientras que Coriolanus sabía que todo eso era por un Panem mejor porque todos los días de su vida se recordaba que nunca nadie iba a hacerlo sentir tan débil y usado como Lucy Gray Baird.
"¿Quieres ir a la cama o quieres pasear por la playa?" le preguntó Coriolanus por la noche, luego de haber jugado ajedrez un rato.
"Quiero ir a la cama" dijo ella en tono pícaro.
Ambos se fueron a la habitación de arriba que tenía vista al mar y una cama matrimonial muy cómoda.
Ambos se pusieron sus pijamas que estaban confeccionados en par y eran de seda blanca.
Livia decidió cepillarse el cabello sentada frente al espejo, mechón por mechón y ahí aprovechó Coriolanus para abordarla, le quitó el cepillo de cerdas suaves la tomó de los hombros y la giró hacía él.
"¿Estás bien?" le preguntó él mientras masajeaba sus brazos.
"Estoy nerviosa, ya sabes que yo no he estado con..." Coriolanus le puso un dedo en los labios.
"Lo sé y no haré nada que no quieras, al igual que seré muy gentil contigo" le susurró. "Si no quieres pasar la noche con dolor e incomodidad, quizás yo podría..."
Livia interrumpió a Coriolanus con un beso, uno largo y duradero lleno de calidez y un masaje de lenguas.
"Creo que tu también estás nervioso, Coriolanus Snow" Coriolanus sonrió y levantó la vista, viendo por un segundo el rostro de Lucy Grey, parpadeó un par de veces, pero el recuerdo de ella no se iba. "¿Te encuentras bien?" le preguntó Livia quien ahora tenía esa voz melodiosa de Lucy.
"Sí, sí. Necesito un momento" Coriolanus se despegó de ella y cerró los ojos por un momento, deseando que al abrirlos no siguiera el rostro de la chica del doce ahí.
No fue así.
Coriolanus fue al baño y lavó su rostro, respiró hondo y pensó que tal vez esa noche no podría estar con Livia porque era incapaz de verla y luego pensó que tampoco podía fallarle a su esposa. Se sentó a pensar un buen rato en qué hacer, si esa broma de Lucy muerta no lo dejaba en paz le fallaría a Livia y si le hacía el amor a Lucy sería una falta de respeto para Livia, de igual forma, no tenía muchas opciones.
Salió del baño decidido a culminar la noche de bodas sin importar nada.
El rostro de Lucy seguía ahí atormentándolo y Coriolanus se dijo así mismo:
"Con esta noche termino lo que empecé con Lucy Grey para no volver a verla nunca más"
Y entonces le hizo el amor a Lucy Grey.
Besó su rostro con ternura, acarició cada rincón de su piel y los besos eran lentos, llenos de amor y ternura, algo que tal vez pudo suceder si Coriolanus y Lucy se hubiesen conocido en otras circunstancias. Cuando Livia susurró su nombre, no escuchó la voz de ella sino de Lucy, incluyendo los gemidos y los gestos de placer cuando por primera vez él entró en ella. Coriolanus pensó por un momento en hundir su rostro en el hombro de Livia para no ver el rostro de la chica del doce que lo atormentaba, pero no pudo hacerlo, entre las respiraciones entrecortadas la excitación, pasó por la cabeza de Coriolanus cómo habría sido todo si se hubieran quedado juntos, cómo habría sido su primera noche compartiendo sábanas luego de haber huido de todo el mundo, pensó en ese momento que quizás si habría podido acostumbrarse a la vida que Lucy le pedía, lejos del Capitolio y riquezas, justo cuando lo aceptó, el rostro de Lucy se desvaneció en ese momento y logró visualizar a una Livia complacida mordiendo sus labios, eso le gustó tanto a Coriolanus que cambió el ritmo de sus balanceos y eso provocó que Livia encajase sus uñas en la espalda de él, ahora ambos gemian y sonreían con las sensaciones de calidez que sentían en el vientre llevando a Livia a su primer orgasmo.
"Livia..." le habló Coriolanus, ella llevó esos ojos hermosos a los suyos y Coriolanus se derramó en ella.
Y así había terminado una etapa con un fantasma del pasado que no volvería a molestarlo nunca más y comenzaba con un matrimonio que lo ayudaría a preservar a Panem por años y generaciones, protegiendo a todos de la destrucción y asegurando su futuro y el del Capitolio por mucho, mucho tiempo.
Después de todo, dudaba de que algún marginado de los distritos lograse derribar el sistema que meticulosamente él había instaurado para el orden, ¿No?
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Última nota de la autora: Tributos, escribí este epílogo muy muy nostálgica, me encantó esta aventura que inicié en mayo y culminé una semana después del esperado estreno de BDPCYS, estoy muy feliz y triste, porque ya no nos leeremos con algo nuevo los domingos, muchas gracias por darle la oportunidad a este fan fic. No saben qué tristeza me da terminarlo, porque debo serles honesta cuando escribía de Coriolanus lo imaginaba de una manera y cuando vi la película fue tal cual como lo pensaba, fue un mar de emociones, porque al igual ver a los actores promocionar la película, estar en la premier con mi disfraz de la academia, sentir como se me erizaba la piel con las canciones de la saga, escuchar el arbol del ahorcado ocho años después, ufff, demasiado hermoso para mi y no me da pena decir que el estreno de esta película, fue una de las principales razones de darle sentido a este 2023.
Me despido antes de caer en lágrimas de cocodrilo y no dejemos que el fandom de Los Juegos del Hambre se olvide porque Panem es para siempre.
Los amo, real que los amo.
.lll.
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El verano 23
FanfictionHabían pasado cinco años desde los acontecimientos de los décimos Juegos del Hambre; en donde la Academia se había arrepentido a cada segundo de haber mezclado a los estudiantes con los tributos, donde Lucy Gray Baird había sido vencedora y en donde...