El helicóptero estaba en buenas condiciones, era un aparato bastante viejo, estaba oxidado como todo pero este estaba en buen estado. Tenía una hélice que giraba a toda velocidad, y un motor que era muy escandaloso. Teníamos tres horas de viajes según nos había dicho YarSo. El vuelo estuvo acompañado de varias criaturas con forma de aves pero solo la imaginación de alguien que escribe fantasía puede describirlas. Era como estar en otro mundo, pero no, esto era parte del planeta Tierra. Ví como Sam, pegaba su cara sobre el cristal de la ventana viendo a las criaturas que pasaban por ahí.
Era mágico, y con pensar que todo lo que vemos es producto de la mente humana, de un experimento, con razón dejamos de creer en Dios hace mucho tiempo, ya el hombre puede superar sus creaciones. Quería ver a mi familia, quería que todo esto comenzara para que terminara rápido. Perdido en mi pensamientos, Max nos alertó:
—Se avecina una tormenta.
Vimos a un lado de nosotros y, nubarrones oscuros acompañados de relámpagos, se veían.
—¿Creen que nos alcance? —Se preocupó Emma.
—Es lo más seguro. Colóquense los morrales y ajústenlo firmemente, también los cinturones de seguridad.
—¿Por qué todo eso? —Preguntó Sam haciendo tal cual.
—Es mejor estar preparados.
—¿Cuánto tiempo llevamos volando?
—Una hora y media, Robert.
—Si caemos, y nos vamos caminando, entonces serán como tres horas por tierra o más, ¿Cierto?
—Así es compañero, y son las dos de la tarde.
—¿Si caemos? No vamos a caer —Dijo Sam, apretándose del cinturón de seguridad.
De pronto, algo nos golpeó por la parte de abajo del helicóptero, todo se estremeció adentro.
—¿Qué rayos?
Ví algo que se acercaba a nosotros del lado de la tormenta, eran como globos de colores.
—¿Están viendo lo que yo veo?
Todos vieron a donde yo veía.
—Será una especie de aves que huyen de la tormenta —Trató de no entrar en pánico Emma.
Las criaturas eran como un globo con alas, todas de colores diferentes, volaban a gran velocidad y eran muchos. Detrás de ellos la inminente tormenta, ya la llovizna comenzaba a caer.
—Cielos, de estas no saldremos.
—No seas tan negativo, Sam.
Las criaturas eran del tamaño de un pavo grande. Antes de ellas llegar a nosotros, ví algo más pequeño que venía delante de ellas, tuve que cerrar un poco mis ojos para poder distinguir que era aquello. Eran como pequeños avispones, y las criaturas de colores las perseguían para comerlas. Aquellos avispones pasan veloces sobre nosotros, algunas eran trituradas por las hélices del helicóptero, otras se estrellaban con las ventanas del helicóptero, al estrellarse explotaban dejando una sustancia verde y viscosa. Las criaturas comenzaron a pasar sobre nosotros comiendo por montón a los bichos.
—Son como ballenas comiendo grill —Dijo Max.
—Si una cosa de esa se estrella con las hélices, nos lanzarán al suelo.
Ahí llegó la tormenta sobre nosotros. Viento, relámpagos, y agua chocaba con el helicóptero, todo se puso oscuro y frío. Pero lo peor aún no había llegado, otras criaturas aparecieron entre aquellas nubes cargadas de poder, eran como enormes cocodrilos con alas y terrible dientes, atrapaban a los globos de colores y se los comían. Max, maniobraba el aparato como podía, tenía muchos elementos que le hacían difícil volar. Una de estas nuevas criaturas observó que estábamos dentro del aparato y comenzó a darle leves golpes a él.
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Agua Grande. Zona Restringida. (Completa)
Science FictionEn el año 2115, la humanidad ha alcanzado la cúspide tecnológica, donde la longevidad es el bien más preciado. Sin embargo, la vida de Robert, un joven paraguayo, da un vuelco inesperado cuando es invitado a una expedición a la Zona Restringida, un...