Capítulo 25. Se llamaban los Cherezadis

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El lugar era paradisíaco, el río que atravesaba el valle era un río profundo y navegable, ví algunas canoas sobre él y algunos de los Blancos las pilotaban, el río en ese tramo era sereno y tranquilo. Alrededor del río, habían árboles grandes con lianas y mucho musgo. El camino por donde me llevaban era transitado por humanoides blancos, estos llevaban cestas de frutas y de insectos. Al pasar, muchos me veían anonadados, era primera vez que veían a una persona como yo. También, por el camino se veían plantas frutales, carros que servían de materos, y todo aquello que sería chatarra era usado de muchas formas, nada se desperdiciaba, era como una ciudad reciclable. En el centro de ese valle y, a orilla del río, estaba una construcción conforma de churuata indígena como de tres pisos con techo de paja y paredes de bambú, era una construcción grande, podría albergar fácilmente unas doscientas de estás criaturas humanoides, a su alrededor habían otras casas construidas con paja y madera, donde hacían vida más criaturas de estas.

La humanoide que me llevaba, me deja frente a otra que sale de la churuata indígena. Ella bajaba por las escaleras que eran amplias, venía acompañada de varios de ellos y cada una traía un arma artesanal en sus manos, además de que llevaban cintas de colores amarradas en sus brazos.

—¿Así que este es el humano del que hablan?. ¿Queremos saber por qué están arruinando nuestras tierras?

—Los que arruinan sus tierras son mis enemigos, escapo de ellos porque quieren hacerme daño a mi y a mis amigos.

—Nuestros únicos enemigos son los Gangresh. No tenemos más enemigos en estas tierras.

—Pues deberían de temer también a estos nuevos personajes. Esos humanos vienen con las intenciones de acabar con todos, de traer miedo, muerte y destrucción. Nada los detiene.

La voz era de Max, quien llegaba con Emma y Sam, escoltados por criaturas de estas.
Salí y le di un fuerte abrazo a cada uno. Sam, tenía las manos en su boca por la conmoción.

—Es como un sueño —Dijo el pelirrojo.

—¿Por qué dices eso si tú también eres un humano? —Le preguntó la criatura a, Max.

—No todos los humanos son buenos... Me presento. Me llamo, Maxwell Smart.

—Te conozco, eres el humano que vive en nuestras tierras —Habló la humanoide que me había traído a mí.

—Así es. Llevo encerrado aquí mucho tiempo, ví como ustedes también eran humanos y se convirtieron en esto.

Los que escuchaban se sorprenden porque no habían oído palabras como aquellas.

—Siempre hemos sido lo que somos —Dijo la humanoide que había reconocido a Max.

La que parecía ser la líder de todos, nos vio y dijo:

—Vayamos adentro. Hay cosas que la comunidad no sabe, y hay cosas que no deben saber.

Nos llevaron adentro. El lugar era muy cómodo, era como estar en un nido gigante de aves, aunque estaba muy limpio todo. Nos llevaron a un lugar más apartado de todos donde solo estaba la líder, la humanoide que me trajo y unos guardias.
Esa sala tenía una vista perfecta a la parte de atrás de la churuata, había a orilla del río un sembradío de arroz, donde varios lo cosechaban.

—Nos llamamos la tribu de los Cherezadis. Antes, cuando comenzó toda esta transformación, vivíamos esparcidos por todo el país, con miedo y sin ayuda. Mi familia y yo, comenzamos a hacer una pequeña comunidad cerca del océano, pero nos dimos cuenta que el océano tenía Criaturas nuevas y asesinas.   Así que comenzamos a ir más al centro. En nuestro recorrido fueron uniéndose más de nosotros, pero nuestra suerte cambió cuando nos atacaron los Gangresh, ellos no querían paz, sino comernos. Perdí a toda mi familia y amigos. Estuve sola por mucho tiempo hasta que me armé de valor y comencé a luchar con cada uno de ellos, con todos los que se me cruzaban en el camino. Poco a poco se me unieron más Cherezadis y armé un grupo como de cincuenta y, los entrené, y son mi ejército. Así rescatamos a más y más hasta que conseguimos este lugar y nos dimos cuenta que los Gangresh no lo conocen y nunca lo han visto. Formamos esta comunidad libre del odio y las muertes. Cada Cherezadis que vemos lo traemos aquí. Con amor los educamos y le enseñamos.

Agua Grande. Zona Restringida. (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora