Todo se estaba saliendo de control, y lo peor es que yo lo sospechaba y nadie me hizo caso.
Mis ojos estaban en todas las pantallas, veía a la nave pequeña sacando a los equipos, lo triste es que en la nave solo entraban tres personas de más. Vi que en el primer viaje venía Sam, él me tenía muy preocupado, lo bueno es que pronto estará aquí con nosotros. Veía también como enjaulaban a la criatura color blanco que traía el equipo C, el profesor Katamoto y los del CCN estaban felices.
Al rato, ya todos se encontraban en la nave, muy asustados. Cerramos la nave, veíamos como los monstruos se mantenían alejados de la nave debido a la luz.
El profesor Katamoto ordenó realizar estudios al humanoide blanco.
Nadie murió, solo la chica que aún era un monstruo horrendo, digo que murió porque ya no era humana.
Me di cuenta que en el día salen aquellos animales vegetarianos, y que en la noche salen los carnívoros, el primer carnívoro que vimos fue al que atacó a la militar, lo llamé Babosas; por su aspecto, luego vimos al segundo con aspecto humanoide y cierto grado de inteligencia, aquel que todavía rodea a la nave con sus decenas, lo llamé Hombres Topos, porque salieron de debajo de la tierra. Un detalle que ví en esos carnívoros es que le huyen a la luz solar como en el caso de las Babosas, aunque tolera la luz artificial como luz de bombillos y linternas. En cambio los Hombres Topos temen a todo tipo de luz, natural o artificial, por eso se activan en la oscuridad, por eso vimos a la gran mayoría de vegetarianos con franjas que le iluminaban en la oscuridad. Mientras razonaba al respecto se acercó a mí Sam, venía del laboratorio, yo me encontraba en una pequeña sala de estar.
Él tomó asiento frente a mí en el sofá.
—Así se sentirían los exploradores galácticos. Al principio emocionados y luego aterrados.
—Agradecidos de que no murió nadie— Dije.
—Ninguno de estos animales existió en el planeta tierra, ni siquiera al comienzo de la vida.
—¿No lo ves Sam? Todo lo que hemos visto son solo mutaciones de los que quedaron encerrados en Agua Grande…
—Les hemos hecho pruebas del ADN, el resultado dirá la verdad.
—El profesor Katamoto sabe que es así, es solo que trata de engañar a los estúpidos.
—Bien. ¿Y son estos los monstruos de tus pesadillas?— Me preguntó.
—Es raro. Realmente nunca llegué a verlos, una de las personas que sí los vió me los describió, y llegando a la conclusión, los que vimos no son nada comparado con aquellos monstruos, esos sí toleraba la luz del sol, porque llegaron en el día a llevarse la sangre que chorreaba por las estacas que traspasaba el cuello de las personas, eran más inteligentes y grandes, más sanguinarios…— El botón detrás de mi cuello sonó esta vez dejando un dolor que se volvía más fuerte. Apreté mis ojos para apaciguar el dolor. Sam me vio y dijo:
—Bueno, espero que tú pesadilla sea de esas que no se cumplen. Iré a ver a Kioto, tenía mucha fiebre, además su papá ya lo vió aquí y se molestó con él.
—No lo dejes solo— Fue lo que dije.
Yo me levanté y salí, iba con rumbo a mi habitación pero pasando cerca de la terraza ví al profesor Katamoto afuera, respirando el aire nocturno, este fumaba un cigarrillo y prestaba atención a los sonidos aterradores que provenían de la oscuridad, más allá de la luz de la nave.
—Que bueno que existe la cura para el cáncer— Dije.
—¡Oh! Muchas cosas son buenas Robert. Pasarás a la historia, yo me encargaré de eso.

ESTÁS LEYENDO
Agua Grande. Zona Restringida. (Completa)
Science FictionEn el año 2115, la humanidad ha alcanzado la cúspide tecnológica, donde la longevidad es el bien más preciado. Sin embargo, la vida de Robert, un joven paraguayo, da un vuelco inesperado cuando es invitado a una expedición a la Zona Restringida, un...