CÁPITULO 1

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Fuveau, France.

Finalmente habían pasado cuatro años, el tiempo se había pasado lento pero allí estábamos a punto de terminar aquello.

Mi hermano campeón de fórmula uno y yo, yo allí en aquel internado a punto de graduarme de una carrera que ni siquiera me gustaba realmente.

-Gracias –dije cuando recibo el título en mis manos, miré hacia el frente donde había un montón de gente sentada. Mi amiga, mi mejor amiga Martina estaba aplaudiendo mientras sonreía, Emilia estaba a un lado y también sonreía a lo grande, luego le seguía Lotte, que también hacia lo mismo. Esas tres chicas, las dos primeras monegascas y la última francesa, se habían convertido en lo único por lo que agradecía haber estado en aquel maldito lugar.

Pero no estaba mi familia, no había nadie quien me quisiera tomar una foto. Mañana me iría de allí y volvería a casa, ¿qué haría luego de esto? Sentía que estaba perdida, me sentía sin saber quién era, me sentía desorientada.

-Brianna –dijo alguien cuando llegué a la puerta de aquel gran salón donde se estaban entregando los títulos. Me di la vuelta observando a alguien de lentes de sol, bastante cubierto. Entreabrí mis labios acercándome unos pasos.

Mi boca se abrió aún más llena de sorpresa cuando vi a mi hermano allí de pie, él se quitó los lentes y me sonrió ampliamente también.

-Max –dije corriendo hacia él y abrazándolo con todas mis fuerzas. Estaba diferente, realmente era un hombre.

-Brianna, ¿en serio creíste que me perdería esto? –él rió volviendo a dejarme sobre el suelo.

Me sentía feliz por primera vez luego de mucho, amaba a mi hermano y sabía que a pesar de todo él había sido mi pilar durante muchos años. Había sido el único que había estado para mí después de todo, luego de haber perdido a mamá.

Nos alejamos de allí, él me preguntó cómo me había ido aquí y sinceramente mentí un poco, era extraño hablar de mí así que pocos minutos después él me estaba contando todo sobre su carrera, todas las cosas que ahora debía de hacer.

-Hay algo más que debo de decirte Brianna –me dijo él, dándose la vuelta a mí y suspirando, nos detuvimos en aquel parque del internado. Lo observé con atención.

-¿Pasó algo con mi mamá? –cuestioné algo asustada. El negó.

-Nos mudamos, ya no estamos en Países Bajos.

-¿Qué?

-Con todo esto de la Fórmula 1 tuvimos que cambiar de lugar, obviamente papá no tuvo problema en ello. Nos fuimos a Mónaco hace ya bastante tiempo.

Miro hacia un punto fijo en aquel pasto, dejándome caer sobre el banco. ¿Qué pasaría con mis inviernos y los canales congelados? ¿Qué pasaría ahora con lo único que realmente me hacía feliz?

La vida de todos había seguido de una forma increíble fuera de aquí y sin embargo yo estaba estancada y no sabía cómo salir de aquello. Nada tenía sentido y me sentía cansada de que fuera de aquella forma.

Al día siguiente me despedí de mis amigas, pero por poco tiempo, las tres se pusieron extremadamente felices de que al final yo me fuera a Mónaco, todas ellas irían allí también, menos Lotte que debía de hacer una estadía en Francia antes.

Solté un suspiro caminando por aquella entrada enorme que hace años había cruzado. Me di la vuelta deteniéndome un momento, observando el gran logo y el nombre debajo: Sainte Victoire International School.

Bree; la hermana de Verstappen │Charles Leclerc│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora