Sequé mi rostro caminando hacia aquel auto negro, viendo el tipo que me esperaba afuera, de pie. Realmente parecía mi guarda.
-Yo puedo –dije de mala gana abriendo la puerta antes de que él lo hiciera, metiéndome en el coche en la parte de atrás.
Mi mirada se calvó en la ventana y rápidamente la fijé en aquella florería cuando nos detuvimos frente a ella gracias a un semáforo.
-Detente por aquí, quiero comprar algunas cosas –dije.
-¿Qué cosas? –preguntó estacionándose en la cuadra siguiente.
-Algunas flores, lana y agujas, tampones, ¿quieres comprármelos tu? –pregunté irónicamente.
-No, pero la espero afuera del auto para asegurarme de que vaya efectivamente a esos lugares –bajé del auto cerrando la puerta con fuerza, me coloqué la gorra del abrigo y empecé a caminar.
Me detuve frente a aquella floristería y caminé otro poco, entrando a la mercería primero.
-Hola –dije a la chica que estaba detrás del mostrador.- Quiero agujas de tejer, lana y algunos botones.
-Claro, ¿qué colores?
-Rojo, amarillo, negro, blanco –murmuré observando a mi alrededor, habían muchísimos colores hermosos pero sin duda ahora quería aquellos.- Blancos y rojos los quiero dobles por favor.
Le agradecí a la chica cuando finalmente tengo mis cosas y salí de allí, observé hacia el auto y efectivamente aquel señor me observaba desde aquel lugar. Me detuve frente a la florería y finalmente entré. Había olor a alguna flor suave, se sentía bien.
-Cinna –dije apenas cuando la vi de espaldas. Ella se dio la vuelta con una gran sonrisa pero se borró.
-¿Brianna? –Se acercó a mí dándome un corto abrazo.- ¿Te encuentras bien? Pareces enferma –dijo ella, en un tono preocupado.
-No tengo mucho tiempo, solo quiero comprar algunas flores –dije apartando la mirada, me pondría a llorar. La puerta se abrió y yo caminé hasta unas flores que llamaron mi atención, eran las mismas que Charles había llevado a su papá.
-Cinna, buenas tardes hermana –miré por sobre mi hombro al escuchar la voz de Pascale, desde antes de Bahrain no la veía y la había extrañado. Me di la vuelta, encontrándome con su mirada y ella había tenido la misma reacción que su hermana.- Cariño...-susurró acercándose a mí y me abrazó fuerte, solté la bolsa que traía en mis manos y simplemente la abracé tan fuerte como pude.
No pude evitarlo y simplemente me dejé llorar sobre su hombro, Cinna acarició mi espalda. Presentía que Pascale se había dado cuenta de que yo estaba mal y quizás cualquiera lo notaba.
-Vamos a mi casa –me dijo ella separándose de mi, limpiando mi rostro. Me agaché a recoger mi bolsa y negué.
-No puedo –dije sorbiendo por mi nariz.
-¿Por qué no? Estoy sola ahí, puedes conversar conmigo.
-No es eso, simplemente no me lo permiten. Mi papá me tiene encerrada en mi casa, ni siquiera fui a Jeddah –encogí mis hombros, intentando sonreír pero lo cierto es que mis lágrimas seguían cayendo.
-Esto no es justo Brianna, ¿hasta cuándo?
-No puedo hacer nada, descubrió que patinaba, que le mentía, descubrió la camiseta de Ferrari, fue todo...horrible –murmuré separándome y caminando hasta aquellas flores. Tomé unas cuantas y se las entregué a Cinna.- Llevo esas Cinna.
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Bree; la hermana de Verstappen │Charles Leclerc│
RomanceBrianna Verstappen había robado el corazón de Charles sin que tan siguiera se diera cuenta. Ella con un papá estricto, que reflejaba sus propios miedos en sus hijos, quienes debían de cumplir todo lo que él nunca pudo y en lo que fracasó. Imponiendo...