CAPÍTULO 26

1.1K 88 1
                                    


Nos habíamos pasado con Charles recogiendo fresas por un buen rato y la forma en que aquello me había distendido era increíble. Me recordaba a las veces que en Holanda hacíamos estas cosas con mi abuela y mi mamá, luego de eso solíamos comer algún pastel que horneáramos y eran los momentos más felices de mi vida, donde podía ser yo completamente sin miedos, sin presiones. Esos momentos y cuando tenía la oportunidad de patinar.

-¿Se quedarán en nuestra cabaña? Es muy sencilla pero tendrán una vista hermosa desde aquel lugar, ¿acaso alguna vez tendrán alguna oportunidad de dormir en una cabaña de madera encima de un árbol? Además también vendemos comida así que no tienen que salir a comprar nada

La verdad era que probablemente no tendría esa oportunidad otra vez.

-Además están de vacaciones, de luna de miel, no lo sé, pero se ven muy lindos juntos y creo que no pueden perderse la oportunidad –aquella mujer no paraba de hablar y en cuestión de minutos nos encontrábamos caminando detrás de ella por aquel camino de madera que nos llevaba por entre algunos árboles.

-¿La playa está muy lejos? –cuestiono luego de algunos minutos.

-No, ¿quieren ir? Pueden seguir este camino y encontraran la arena.

-Bueno... -murmuró Charles cuando nos encontrábamos al pie de aquella escalera. Nos miramos un momento y luego de unas cuantas indicaciones por parte de la morena, empiezo a subir aquella escalera de madera, que por suerte no era tan alto.

Tenía un pequeño balcón y finalmente me adentro a aquel pequeño cuadrado, la puerta tenía un tul al igual que las pequeñas dos ventanas, un colchón sobre el suelo pero bien arreglado y unas lámparas a cada lado de los lados de la cama, un teléfono también, suponía que podíamos llamar y que nos trajeran algo. Parecía un mini hotel al final de todo, después de todo sí merecían más reconocimiento.

-¿Fuimos obligados a esto? –cuestioné dejando mi mochila sobre el piso, miré por la pequeña ventana y la señora ya no estaba.

-No lo sé, pero no está tan mal –Charles suspiró y lo observé tirado en aquella cama, o sea que tendría toda la noche sola con él en aquel lugar, básicamente en algún lugar de Bali, sin nadie que nos conociera.

-Deberíamos de avisar quizás –saqué mi celular pero estaba totalmente fuera de servicio.- No hay señal, comienzo a sospechar que quizás está todo planeado para secuestrarnos –me di la vuelta viendo a Charles con los ojos cerrados.- ¡Charles no te duermes! –lo sacudí rápidamente haciéndolo reír, claramente no estaba durmiendo. 

-Ay dios, exagerada, no va a pasar nada –rodó sus ojos y tomó mi muñeca jalándome y tirándome sobre aquel colchón que al final estaba cómodo.- Si morimos, al menos morimos en Bali.

Rodé mis ojos dándole otro golpe. Me recosté a un costado viendo hacia el techo quedándome en silencio un momento junto a él.

Decidimos que podríamos ir a la playa, porque después de todo estábamos allí entonces teníamos que disfrutar el momento. No me metería al agua porque no había traído tantas cosas como para eso, pero cuando me senté allí observando hacia el atardecer que comenzaba a formarse, fue suficiente para disfrutarlo completamente.

El atardecer se teñía de anaranjado intenso junto a algunas nubes de las cuales salían destellos del sol de atrás de las mismas. Se veía hermoso pero más hermoso se veía Charles cuando voltee a verlo y resulta que él también me observaba.

-¿Qué? –cuestioné riendo de forma nerviosa.

-Podría preguntarte lo mismo.

-Pero yo pregunté primera –alcé una ceja.

Bree; la hermana de Verstappen │Charles Leclerc│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora