CAPÍTULO 42

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Al día siguiente me desperté aproximadamente a las diez de la mañana, podría haber sido más temprano pero me gustaba dormir. Era buen día para ir a Red Bull y organizar mi trabajo así luego podía estar tranquila.

-Buenos días –dije con una sonrisa a Chloe.

-Hola Brianna, ¿dormiste bien? –cuestionó dejando un sándwich frente a mi junto a un café con leche.

-Bien –asentí comenzando a comer mi sándwich mientras miraba mi celular y las fotos que habían surgido de Miami. Por suerte no había ninguna foto mía estando borracha mientras Charles Leclerc me cargaba como a bebé.

-Tienes que cubrirte los ojos –escuché decir a Anette y luego la voz ansiosa de Lotte.

-Mmh, creo que hay una sorpresa para Lotte –me dijo en voz baja Chloe.

Alcé una ceja, me limité a asentir pensativa y me bebí lo que quedaba de mi café poniéndome de pie y dejando el platillo en la mesada. Agarré mi bolsa despidiéndome de Chloe y salí de allí caminando hasta el exterior de mi casa quedándome inmóvil en cuanto veo a mi papá de pie a un costado de un auto junto a una moña gigante encima. Observé a Lotte quien estaba de pie aún con los ojos vendados.

Pasé saliva y mejor salí de aquel lugar porque realmente no quería estar para presenciar aquello y solo sentirme aún más humillada de lo que estaba.

O sea que esa chica merecía un auto más que yo, al parecer así era porque ahí estaba. Las palabras de Anette resonaban en mi mente, tenía razón pero al final no dejaba de doler.

Desbloquee mi celular entrando a Instagram y lo primero que me apareció allí fue una foto de Charles y Charlotte haciéndole promoción a unos anillos, pulseras y collares. Hago una mueca rodando mis ojos. Definitivamente no era mi día, solo faltaba que un auto me pasara por encima y quizás era lo mejor que podía pasarme.

-Buenos días –sonreí a la recepcionista.

-Buenos días Brianna.

-¿Hay alguna oficina disponible?

-Si, todas en el segundo piso a la derecho.

-Perfecto –le agradecí y me retiré de allí caminando hasta ese pasillo. Entrando a la primera puerta, cerrándola detrás de mí y sentándome detrás del escritorio abriendo la agenda.

Saqué la laptop encendiéndola y mientras tanto buscaba un boli, no había traído ninguno. Suelto un bufido abriendo los cajones del escritorio encontrándome con algunos documentos.

"Contrato de confidencialidad"

Decía el título de la carpeta, cierro el cajón quedándome en silencio mientras miraba hacia mi pantalla pero pocos segundos después vuelvo a abrirlo sacando aquella carpeta y abriéndola, encontrándome con unos cuantos contratos de personas que trabajaban en Red Bull.

Aun recordaba el día en que había firmado el mío y el miedo que me había dado lo estricto que era aquello. Comienzo a leer uno de ellos buscando lo que yo había leído en el mío pero no estaba. No había nada.

-Ingeniero mecánico –murmuro viendo el nombre del trabajador. Tomé otro contrato buscando en todas las líneas pero nuevamente no existían todas aquellas prohibiciones extremas que yo sí había tenido que firmar.- ¿Pero qué carajo? –susurro viendo hacia un punto equis de aquella oficina volviendo la mirada al montón de papeles y ni siquiera me había dado cuenta de cuánto tiempo llevaba haciéndolo, pero había acabado de leer todos los contratos vigentes, todos eran iguales y ninguno era como el mío.

Bree; la hermana de Verstappen │Charles Leclerc│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora