CAPÍTULO 14

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-No extrañamos a tu papá –dijo Emilia siendo demasiado sincera mientras preparábamos todos juntos el desayuno. Sí, todos juntos, incluido Max que jamás lo había hecho, ahora se encontraba tostando pan.

Yo había decidido darle los días libres a Chloe y que solo viniera un día antes de la llegada de mi papá para limpiar un poco.

-Muy sincera –dije yo soltando una risa. Viendo como Martina y Max se observaban con una sonrisa de lado. Nunca vi a Max observar así a Kelly.

Kelly.

Genial, ahora también me sentía una mierda de cuñada. Ahora miraba a Martina y pensaba en si ella no sentía culpa por ser básicamente el cuerno. Me sentía horrible de pensar así pero era la verdad, ¿o no? Bueno, yo también lo había sido pero no había sido con mi voluntad aunque tampoco me había negado, pero no fui la que empezó aquel beso, al menos.

Maldita sea Leclerc, lo detestaba. Quizás así me convencería y se me olvidaría rápido su estúpida sonrisa y la forma en que me había besado aquella noche bajo la lluvia. El contexto tampoco ayudaba a olvidarlo.

-Imbécil –susurro dándome cuenta de que todos voltearon a verme.- Perdón, estaba insultando a...el café.

-Luego tienes que ir a las oficinas, olvidaron entregarte un documento para firmar –dijo Max, mientras desayunábamos todos juntos en aquella mesa. Estos días la había sentido como mi casa realmente por primera vez desde que había llegado a Mónaco. Me dolía pensar que la ausencia de mi papá me daba paz y me hacía un poco más feliz, que no me ponía ansiosa y que podía ser yo misma sin miedo.

Finalmente esa tarde decidí ir a Red Bull en el auto de mi hermano, mis amigas me acompañaron. Me recibieron amablemente y no dudé en presentar a mis amigas.

-Me dijeron que olvidaron entregarme una documentación –dije caminando a un costado de la recepcionista quien me estaba guiado a una oficina.

-De hecho sí, es demasiado importante –asintió, abriendo una puerta dejándome ver a la mujer rubia que básicamente me había indicado todo lo que debía de hacer la primera vez que estuve aquí.- El contrato de confidencialidad.

Pase saliva, saludando con una sonrisa observando a mis amigas un momento, sentándome al escritorio.

-Te dejo la documentación, la lees tranquila o directamente puedes firmar, yo ya vuelvo –asentí sonriendo y finalmente quedamos en silencio las tres allí.

Agarro la hoja tomando también un boli de allí, viendo la línea debajo donde tenía que firmar.

"...por lo que queda expuesto en este contrato y por el/la firmante: se prohíbe la publicidad de otras marcas y/o escuderías con excepción a Red Bull Racing, se prohíbe la extrema cercanía que den a entender al público que se apoya a otra diferente también teniendo en cuenta a los patrocinadores diferentes a lo que están en conjunto a Red Bull Racing, en conclusión se prohíbe cualquier forma donde se demuestre que no se apoya a la escudería de buena fe y a los patrocinios a los cuales se representa. La violación de alguna de estas cláusulas puede tener consecuencias legales."

Sentía que mi mano temblaba y mis ojos ardían allí, observé a mis amigas quienes me miraban algo impacientes al respecto. ¿acaso no era un contrato de confidencialidad algo extremo? no entendía de contratos, pero tampoco sabía si todos los que trabajaban en la escudería habían firmado algo así. Pareciera delito incluso si respirabas cerca de alguien que alentara por otro equipo, sonaba ridículo. 

-¿No firmarás? –cuestionó Emilia.

Sabía que cuando firmara aquello estaría firmando también a cualquier cercanía con él y me molestaba pensar en él justo ahora porque sabía que probablemente él jamás pensaba en mí. Me sentía completamente ridícula.

Bree; la hermana de Verstappen │Charles Leclerc│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora