CÁPITULO 5

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-Leclerc es un imbécil –dije encontrándome a Martina en el pasillo del hotel, aun media dormida.

-¿Estas delirando o estoy delirando?

-Leclerc es un imbécil –repetí soltando un bufido.

-Creo que eso me ha quedado claro, pero no estoy entendiendo nada –pestañeó varias veces.

-Que me encontré con Leclerc, es un imbécil.

-¿Puedes dejar de decir que es un imbécil? ¿Cómo que te encontraste a Leclerc? ¿el piloto? –nos metimos a mi habitación mientras yo asentía.- ¿Charles Leclerc? Dios, es hermoso.

-Sí –asentí pero rápidamente negué con la cabeza- ¡Es un pesado! –exclamé quitándome los abrigos que traía encima.

La puerta se abre dejando ver a Emilia, que traía una cara de dormida increíble.

-¿Por qué se despertaron tan temprano?

-Brianna se encontró con Charles Leclerc y dice que es un imbécil.

-¿El piloto? –Cuestiono abriendo su boca- Dios, es hermoso.

-Ay no –dije soltando un chillido de frustración.

Les cuento a ambas lo que había pasado, dándome cuenta de que ya no tenía los patines y que ahora los tenía Charles Leclerc.

Ambas se quedan observándome sentadas en la orilla de la cama en completo silencio.

-¿Qué? –cuestiono alzando una ceja.

-Le enseñaste a patinar al mismísimo Charles Leclerc –dijo Emilia mirando a Martina.

-Ese no es el punto, o sea, me trató como si fuera una tramposa que acostumbra hacer esas cosas de mierda –dije tirando mi abrigo con fuerza sobre una silla.- Vamos a desayunar mejor, necesita olvidar que esto sucedió.

-¿Cómo olvidas que conversaste con Charles Leclerc? –murmura Emilia detrás de mí mientras caminábamos a la terraza del hotel, para desayunar al sol.

-Discutieron, peor aún –dijo ahora Martina.

-Las escucho –dije poniendo mis ojos en blanco.

Observo al mesero acercarse con nuestro pedido en la bandeja. La vista que teníamos de aquella terraza era increíble, hermosas, se veía gente esquiando, o en las sillas que iban de un lado a otro.

-¿Les gusta el mundo de los autos? –cuestiona el mesero con una sonrisa, dejando nuestras cosas encima de la mesa. No entendía a que iba aquella pregunta.

-De hecho tenemos aquí a la hermana del mismísimo Max Verstappen –pateo rápidamente por debajo de la mesa a Emilia pero ya era tarde.

El mesero se voltea a mí con sus ojos bien abiertos y una gran sonrisa.

-No lo puedo creer, cómo nadie nos dijo de este privilegio –saco su celular del bolsillo.- ¿Te molestaría tomarnos una foto?

Me quedo en silencio sin saber exactamente que decir, nunca había estado en aquella posición donde me pidieran una foto a mí.

-Si...claro –asiento poniéndome de pie y sonriendo para la selfie.

-Es que también tenemos a Charles Leclerc en nuestro hotel y estábamos organizando un espectáculo esta tarde.

¿Un espectáculo?

-Yo en realidad...

-Esto es emocionante, te esperamos en la tarde detrás del hotel, por favor, es un placer –el mesero se retira de la mesa y rápidamente volteo la mirada a Emilia, quien me sonreía de forma inocente.

Bree; la hermana de Verstappen │Charles Leclerc│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora