CÁPITULO 11

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Ya habían pasado algunos días desde que había llegado de Maranello, mi papá me tenía ocupada desde que llegué repasando apuntes del internado para que, según él, hiciera mi trabajo a la perfección y no lo decepcionara como siempre. 

Ni siquiera había podido ir a visitar a Pascale o al menos hablar con mis amigas, atender mi jardín, patinar. Solo había podido ir a ver a mi mamá un momento. Solo podía pensar y sentía que todo se había quedado en aquellos días en Maranello.

Corto un trozo de salmón llevándolo a mi boca pasando la mirada por la gente de aquella mesa. Estaba Kelly, su madre y su hermano mayor, todos parecían encantados con mi papá pero él sabía fingir cuando había gente que le interesaba.

-Hace días hubieron algunas celebraciones de Ferrari en Maranello –dijo Kelly. Mi hermano la observó un momento y siguió cenando.

Tragué aquel salmón como pude agarrando mi vaso de jugo rápidamente antes de empezar a toser.

-¿En Maranello? –Cuestionó mi papá alzando una ceja.- Justo mi hija anduvo por ahí hace algunos días, qué casualidad.

Oprimí mis labios asintiendo y continué con mi cena mirándolo de reojo.

-¿No viste a Leclerc por las calles? Fue el más nombrado –dijo ahora la señora pelinegra. Me quedé en silencio un momento y finalmente negué.

-No para nada, solo nos quedamos en una casa de campo con la familia de una de mis amigas –dije sonriéndole de lado. Odiaba mentir pero a veces no te dejaban otra opción.

Para esta altura, ya eran primeros días de marzo y la temporada se sentía más cerca que nunca. La noche siguiente teníamos una cena con Red Bull en el Casino de Monte Carlo, así que debería de buscar un buen vestido para la ocasión.

Era increíble la forma en que me había sentido más cómoda en aquella mesa en Maranello llena de gente que no eran absolutamente nada de mí, mientras que en esta mesa con mi familia, me sentía completamente fuera de lugar y solo quería huir.

Aquel suplicio al fin termina, despido a los invitados junto a mi papá mientras que mi hermano los regresa a su casa en el coche y luego volvería.

Tenía muchísimas ganas de patinar, así que esa misma noche decido hacerlo, porque había estado días encerrada en aquel cuarto estudiando cosas que se supone que ya sabía por simple imposición de mi papá.

Bien, me sentía culpable de hacer aquello pero no estaba haciendo nada malo, solo era ser un poco feliz con lo que me gustaba. Bajo descalza aquellas escaleras muy lentamente, caminando hacia la puerta. La abro y salgo de casa, caminando rápido hacia el portón, abriéndolo también y saliendo, el auto de mi hermano aún no estaba.

Me coloco los patines en línea ajustándolos en mis pies, me puse de pie y empecé a deslizarme por las calles de Mónaco, no tenía a donde iba pero justo ahora no me importaba. En mis oídos se reproducía "I Want to Break Free" de Queen, me hacía sentir libre y feliz. Así que simplemente mis pies se impulsaban junto a mis piernas. Eran casi las tres de la mañana, era consciente de que debía de despertarme temprano pero aquello lo valía absolutamente todo y no esperaba que nadie lo entendiera.

Solté una risa cuando me tocó desviar un auto estacionado, me agacho haciendo la figura del carrito, estirando mis brazos hacia adelante. Incorporándome una vez más, observando a mí alrededor, Mónaco era hermoso, era divertido, me hacía sentir como si fuera parte de él. Al final no había estado mal irme allí.

Bajé la velocidad al pasar por una pantalla gigante, había una foto de Leclerc en grande, "apm", ¿acaso era modelo también? Qué bien se le daba al final. Se empezó a reproducir un video y cuando quise darme cuenta, estaba sonriendo. Rápidamente me recompuse carraspeando mi garganta, nadie me estaba viendo pero había sentido el calor subir por mis mejillas.

Bree; la hermana de Verstappen │Charles Leclerc│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora