CAPÍTULO 23

1.3K 99 4
                                    


Luego de un rato decido que era mejor volver a casa, también quería poder ayudar a Charles cuando era su turno de estar mal, hacer más ameno su día como él también había hecho los míos.

Entré a la casa dejando mis patines a un costado sobre el suelo, había mucho silencio allí en la planta baja así que suponía que Charles andaba en el otro piso. Subo las escaleras caminando por aquel pasillo hasta detenerme en su puerta, estaba hablando por teléfono al parecer.

-Bien, se suponía que esa marca ya había finalizado el contrato y habíamos realizado todas las publicidades que debíamos –dijo soltando un bufido.- ¿En serio, Amelia? No tiene absoluto sentido...

Abro la puerta lentamente observando su espalda desnuda, estaba de frente a su ventanal viendo hacia el patio con el teléfono en mano.

Charles se dio la vuelta hacia mí, quitó su teléfono de la oreja, cortó la llamada y lo tiró a la cama.

-¿Ya volvieron todos? –preguntó caminando hacia la cama y recostándose allí.

-No, solo yo –encogí mis hombros.- ¿Estás bien?

-No lo sé, me tiene cansado mi querida asesora de marketing, publicidad y chismes –murmuró con la vista sobre aquel ventanal.- Pareciera que siempre aparecen más cosas para que no podamos acabar con eso de una vez.

-¿Con eso te refieres a tu relación con esa chica?

-Ni siquiera es una relación –volteó a verme y me hizo una seña para que me sentara a un lado de él. Me levanté y me recosté contra aquel espaldar.- Pero sí, imagina tener que fingir todo el tiempo delante del mundo entero y encima no poder realmente ser feliz con quien quieres serlo.

Mis ojos observaron los suyos fijamente por varios segundos, lo entendía a pesar de que no estábamos en la misma situación, pero a pesar de todo en cierta forma nos complementábamos. Él estaba condicionado a una relación que ya no quería más y yo estaba condicionada a ser lo que mi papá quería que fuera, al parecer ambos queríamos salir huyendo de eso y no sabíamos cómo hacerlo.

-Puedo entenderte –solté un suspiro recostándome un poco más en aquella cama, viendo hacia el techo de la habitación. Ambos nos quedamos en silencio pero era cómodo.

-¿De verdad nunca te gustó todo el mundo de los autos? –la pregunta de Charles me saca de mis pensamientos.

-Sí me gusta, pero no me gusta el mundo que mi papá me enseño sobre el automovilismo. Nunca pude decidir nada –él asintió con pena ante lo que le dije.- Quizás si hubiera podido decidirlo por mi misma, todo sería diferente hoy y no estaría tan perdida en la vida.

-¿Por qué crees que estás perdida? –se volteó hacia mí, yo me quedé mirando el techo.

-Porque a veces ni siquiera sé quién soy, siento que siempre estoy pensando en qué es lo que pensaría mi papá al respecto de algo que quiero hacer, incluso lo más mínimo.

-¿Qué te gusta hacer? –me cuestionó a lo cual yo reí, no estaba acostumbrada a que alguien me preguntara tanto de mí.

-Muchas cosas, me gusta hornear pasteles, me gusta tejer, me gusta hacer jardines, las flores y patinar, claramente –ambos reímos por pocos segundos. Voltee a verlo y me observaba con una sonrisa en sus labios, una sonrisa honesta, suave que sinceramente provocaba que mi corazón fuera más rápido de lo habitual.

-Entonces no estás tan perdida –encogió sus hombros, poniéndose de pie.

Me quedé observándolo con una sonrisa de lado. Tal vez no estaba tan perdida entonces.

Bree; la hermana de Verstappen │Charles Leclerc│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora