Trece.

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Después de aquel largo viaje, por fin estaban llegando a su hogar.
Aún era temprano, así que suponía que su hijo aún seguía dormido. Era domingo después de todo.

Corazón iba leyendo una hoja con toda la información que tenía acerca de aquel familiar lejano de su hijo adoptivo. Era una especie de primo pero algunos años más mayor.
Él estaba dispuesto a donar su corazón.

— “Edel Trafalgar”... Espero que realmente Law obtenga una vida normal, si todo sale bien.

— No te preocupes, el mocoso lo logrará.

Aquel primo de casi 40 años tenía cáncer de Colón, pronto iba a morir. Pero su corazón estaba completamente sano e intacto, además al ser su familiar era perfectamente compatible con el de los tatuajes; aunque ya se estaba haciendo los exámenes para confirmarlo.
Edel expresó que refería salvar la vida de Law antes que morir lentamente del dolor, ya que no tiene cura y no se puede operar el intestino.

— Solo debemos darle la noticia a Law y acordar la fecha de la cirugía con su médico.

— Si, se pondrá muy feliz.

Guardó aquel papel en su bolso, sonriendo el resto del viaje a casa en aquel auto. Ya estaba emocionado por contarle la noticia.

(...)

Una vez llegaron, la casa estaba en completo silencio. Todo estaba perfectamente ordenado y limpio.
Corazón estaba orgulloso de su hijo, siempre le había impartido la perfección y el orden.

Ambos rubios fueron curiosos a la habitación del pelinegro, ya que no había signos de él en ninguna parte. Abrieron la puerta sin hacer mucho ruido y se encontraron con una escena que hizo que Corazón abriera sus ojos como platos y se sonrojara.

Law dormía plácidamente con Luffy sobre su cuerpo. Ambos estaban despeinados y con marcas en sus pieles muy notorias, evidenciando lo que había ocurrido.
Las sábanas apenas tapaban sus intimidades, ya que estaban completamente desnudos; ademas había un preservativo usado en el suelo y sus ropas tiradas al lado de la cama.
Doflamingo sonrió orgulloso de su sobrino, mientras que Corazón estaba en shook con su boca abierta de par a par.

— Vaya, al final si follaron.

— Shhh, cállate.

Cerró la puerta lo más despacio que pudo, mientras regañaba en susurros a su hermano por hablar muy fuerte.
Ambos fueron a la cocina a preparar el desayuno, mientras le daban tiempo a aquellos dos a despertarse y acomodar la habitación.

Corazón preparaba unos hot cakes aún sin asimilar lo que sus ojos habían visto.
Su hijo ya era todo un hombre, sabía que tenía su vida sexual personal; pero fue una escena demasiado explícita que no podía quitarse de su cabeza.
Doflamingo mientras hacía café notó su rostro impactado, así que soltó una risa divertida. Su hermano seguía siendo muy ingenuo e inocente a pesar de ser adulto.

— Law ya tiene 27 años, Corazón. Debes aceptar que ya no es un niño. Además está en plena juventud, yo a esa edad follaba como conejo.

— Ya lo sé, maldita sea. Y no me cuentes sobre tu vida sexual, no es algo agradable de saber, pervertido.

Dejó el desayuno de aquellos dos en el microondas, mientras se sentaba con su café y su porción en la mesa. Suspirando, decidió olvidar el tema por el momento mientras veía las noticias.

(...)

Law sintió como el sol que entraba por la ventana le daba justo en la mitad de su cara. Poco a poco comenzó a despertar, soltando un bostezo y refregando sus ojos.
Pronto sintió un gran peso encima suyo, así que bajó su mirada hasta encontrarse una cabellera negra. Pronto recordó el maravilloso día que pasaron ayer y la noche llena de acción.
Eso dibujaba una sonrisa en sus labios; mientras ponía uno de sus brazos debajo de su propia cabeza.

Mi corazón late por ti | Lawlu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora