Dieciocho.

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— Si todo sale bien, en una semana tengo la cirugía.

— Eso es genial! Se que todo va a salir bien, Torao.

— Si... Éstos días Edel vino a donar el corazón. Realmente fue una decisión muy difícil, pero la familia lo apoyó.

Era de noche.
Law junto a su novio y sus amigos iban en su auto.
Era un poco apretado para todos los que eran, pero se encimaban y se sentaban unos arriba de otros para que cupieran.

— Él era una gran persona... Lástima que tuvo que sufrir una enfermedad muy difícil.

— Si, pero hizo lo correcto. Te dio una oportunidad para tener una vida mejor.

— Si... Pero cambiemos de tema. No es noche para llorar, es noche para reír.

Entre risas y bromas se volvían de salir un rato.
Estaban casi en los primeros exámenes del trimestre; estaban llenos de estrés y concentración.
Necesitaban distraerse un poco y cuando estaban juntos, sentían que todas sus inseguridades se esfumaban.

— ARITAKENOOO YUME WOOO KAKIATSUMEEEEE!

— SAGASHI MONO SAGASHIII NI YUKU NO SAAAAA!

— ONE PIECEEEEEE!

— Cómo me gusta esa canción...

Cantaban en grupo con la música de la radio, la cual estaba en tendencia en los últimos tiempos; aunque ya era bastante antigua.
Los clásicos nunca pasan de moda.

Law soltaba una risita, viendo cómo hasta su novio la cantaba con sentimientos.
Era un grupo increíble, los quería demasiado a pesar de las pocas neuronas que tenían.

— Canta tú también, Torao!

— No me la sé.

Se excusó para evitar quedar en ridículo como el resto del grupo.
El era mucho más vergonzoso, pero siempre lo hacían dejarse llevar por sus locuras.

— Ajá si claro. Si cuando te estabas bañando te escuché cantarla con sentimiento.

— Uhhhh, no la sabía esa.

— Noo, Law.

— Ay, ya me exhibiste, idiota.

Volvieron a reír y a decir tonterías, bromeando entre sí.
La estaban pasando increíble hasta que de pronto todo el ambiente agradable pasó a uno desesperante.

Pronto Law detuvo el auto de golpe, frenando tan repentinamente que Usopp quedó entre los dos asientos de los copilotos.

— AH LAW! Casi me matas!

— Torao?

El tatuado no respondió, simplemente se agarró el pecho; su piel había cambiado de un momento a otro a un color pálido y comenzó a sudar.
Eran los mismos síntomas que siempre, sabían que debían ponerse serios.

— Torao! Estás bien?!

Rápidamente el grupo comenzó a bajar del auto, para abrir la puerta del mayor y ayudarlo a ventilarse con el aire de afuera.
Estaban en el medio de la carretera pero no les importaba, era una emergencia.
No había mucha gente después de todo.

— H-ho... Ahg!

Intentaba hablar entre susurros, pero los quejidos de dolor impedían que pudiera formular una palabra.
El dolor que sentía en su pecho era tan agudo que lo hacía jadear y clavar sus uñas en su propia piel.

— H-hospital! L-llevenme!

Logró articular rápidamente después de jadear por unos segundos.
Era peor que nunca, sentía como todo a su alrededor comenzaba a girar.
La voz de todos era cada vez más lejana, como si desaparecieran poco a poco.
Solamente pudo ver todo negro después de unos segundos, cayendo en seco sobre el volante del vehículo.

Mi corazón late por ti | Lawlu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora