ᴀᴅᴠᴇɴᴛᴜʀᴇ || ᴍᴜᴢᴀɴ

21

D I S T R A C C I Ó N

Cuando sientes tanta emoción por alguien que te gusta, que la mente se despeja y no puedes pensar en nada más. Creo que esa es la mejor forma de describir el distraerse por amor.

||POV (____)||

Se había oscurecido, aunque no era tan tarde.
Mitsuri, Shinobu y yo optamos finalmente por ir a un restaurante en un pequeño pueblo.
Ahora nos encontrábamos sentadas alrededor de una mesa, esperando nuestra orden mientras Mitsuri devoraba un pastel de fresas que había pedido anteriormente como entrada.
El servicio era genial, los meseros eran bastante amables y el lugar estaba muy bien decorado, pues se veía casual pero lindo y cómodo.
Después de muchos meses pudimos salir en una noche de chicas, pues al parecer el numero de ataques de demonios había disminuido y ahora podíamos tener más tiempo libre.

─¡Les juro que esto esta riquísimo!─ exclamó Mitsuri. ─¿Quieren?─ enunció extendiendonos una cuchara con pastel.

─No gracias, esperaré mi orden─ le contestó Shinobu, a lo cual yo también negué, pues prefería comer algo antes del postre.

Mitsuri volvió a llevar aquella cuchara hacia su boca. ─¿Saben? Últimamente Tomioka-San me parece más lindo que antes─ confesó.

─¿Hmmm, tú crees?─ preguntó retoricamente Shinobu alzando una ceja.

─¡Así es! Aunque... quien me esta comenzando a interesar es Iguro─ respondió ella comenzando a juguetear con un mechón de su flequillo.

Noté como la mirada de Shinobu iba perdiendo un poco su brillo, aunque su sonrisa seguía en su rostro. ─¿Entonces ahora nos pondremos a hablar de chicos?─ cuestioné juguetonamente.

─Bueno, he escuchado que eso se hace cuando sales únicamente con tus amigas─ contestó Mitsuri. ─¿Qué hay de ustedes, uh? ¿(____)-San, aun sientes algo por Tanjiro?

Shinobu me volteó a ver. ─¿Te gusta Tanjiro?─ preguntó. ─Entonces te gustan menores ¿eh?─ bromeó.

─¡Me gustaba! Ya no─ expresé alzando ambas manos a la altura de mis hombros.

─¿Te dejó de gustar de la nada?─ preguntó Mitsuri. ─¡O tal vez llegó alguien más!─ exclamó sonriendo.

Me quedé pensativa por un rato, y después sonreí inconscientemente. ─Sí... Eso creo.

Shinobu sonrió. ─¿Y cómo es él?

Memoricé la personalidad de ese hombre que era la razón por la cual mi corazón revoloteaba cada vez que lo veía. ─Es... elegante, atractivo... Su voz es encantadora, aunque puede ser un poco... sádico, tiene una mirada muy penetrante, es bastante inteligente─ contesté.