38

488 53 10
                                    

F E R I A

La feria era un torbellino de colores, sonidos y aromas que despertaban en mí una sensación de asombro infantil, transportándome a un mundo donde la magia parecía palpable en el aire mismo.

La feria era un torbellino de colores, sonidos y aromas que despertaban en mí una sensación de asombro infantil, transportándome a un mundo donde la magia parecía palpable en el aire mismo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

||POV (____)||

El día siguiente llegó, y con él, la calidez del sol matutino que se filtraba a través de las ventanas, iluminando suavemente la habitación. Genya y yo estábamos sentados en la mesa de la cocina, compartiendo un desayuno sencillo pero reconfortante. Había preparado un plato de arroz, algunos encurtidos y una sopa miso caliente, algo que siempre nos hacía sentir en casa.

Mientras comíamos, observé a Genya con detenimiento. Parecía más tranquilo y relajado después de una noche de descanso en mi compañía. Me alegraba verlo así, sabiendo que los problemas con Sanemi lo habían afectado profundamente.

—¿Cómo dormiste?— le pregunté, rompiendo el silencio que había reinado durante los primeros momentos de nuestro desayuno.

Genya levantó la vista de su plato y me dedicó una pequeña sonrisa. —Dormí bien. Gracias por dejarme quedarme contigo— sus ojos reflejaban gratitud y un toque de alivio.

Asentí con una sonrisa, contenta de haber podido ayudar a mi hermano menor, aunque fuera un poco. El ambiente en la finca siempre había sido pesado debido a la tensión constante con Sanemi, y era un alivio poder ofrecerle a Genya un refugio, aunque solo fuera por un tiempo.

—De nada, Genya. Sabes que siempre puedes contar conmigo— le respondí, sintiendo una oleada de cariño fraternal hacia él.

Continuamos comiendo en silencio, disfrutando de la tranquilidad del momento. A pesar de las dificultades y los conflictos, sabíamos que teníamos el uno al otro, y eso nos daba fuerzas para seguir adelante.

Después de un rato, Genya levantó la vista y me miró con curiosidad.

—¿Qué haremos hoy?— preguntó, buscando alguna actividad que pudiera distraerlo de sus pensamientos oscuros.

Me tomé un momento para pensar, queriendo encontrar algo que lo animara y le permitiera relajarse.

—Podríamos entrenar un poco, si te sientes con ánimos. O tal vez podríamos ir al mercado y comprar algunas cosas para cocinar una buena cena esta noche. ¿Qué te parece?

Genya asintió, pareciendo más animado ante la perspectiva de pasar el día haciendo algo productivo.

—Me gusta la idea. Vamos al mercado después del desayuno— dijo, con una sonrisa que me llenó de alegría.

Mientras terminábamos de comer, sentí que, a pesar de los desafíos que enfrentábamos, había esperanza en el horizonte. Y, por ahora, eso era suficiente.

ᴀᴅᴠᴇɴᴛᴜʀᴇ || ᴍᴜᴢᴀɴ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora