Capítulo 20 - Lazos (Epílogo)

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POV Adrien.

Romé, año 1832

La parte más difícil de ser un rey, no es atender las necesidades de tu pueblo, vigilar que todo marche bien, y defender el país de ataques enemigos.

Lo más difícil, es cuidar a la familia en primer lugar, todo eso sin descuidar al pueblo.

Y todo se intensifica cuando tienes a una niña. Una princesa.

Una princesa que apenas nació, está en la vista de otros reinados.

Este país tiene una extensa historia, y que recién yo sea el rey de tanto, es claro que los que me rodean tengan las intenciones de codiciar.

Mi pequeña Izumi, a penas con cinco añitos, casi seis, tan pequeña, frágil y vulnerable al mundo, era uno de los puntos de observación y atención en la recién monarquía de los Agreste.

He estado alarmado desde este año. Desde que inició la primavera he recibido la visita de tres embajadores de países del norte del continente, pidiendo la atrocidad de que mi princesa se case con algún príncipe que no esté comprometido.

¡¿Cómo diablos pueden comprometer a una nenita de cinco años?!

—Me niego rotundamente. —Me levanté de la silla indignado. —Si esta es tu intención de tu visita de mi reinado, te pediré que te marches de vuelta, hoy mismo.
—Pero, su majestad... —Habló el flacuchento señor con algo de temor. —Este compromiso beneficiaría mucho a Romé...

Intentó convencerme, pero cada palabra me indignaba muchísimo más.

Ni siquiera sé la edad de ese principito llamado Julián, pero no se va a casar con mi princesa.

—¡¡¡Que te largues, dije!!! —Grité con fuerza. —¡no quiero ningún beneficio al costo de mi hija!, repítele esto muy bien a tu atroz rey.

Me marché del salón dejando a todos los presentes plantados en sus pies, me acerqué a los atrios de la iglesia, entregando mi capa y mi corona al sacerdote, que también estaba preocupado por mi enojo.

—Rey Adrien, sé que es difícil de digerir. —Habló el hombre inseguro ya que pudo leer mi molestia. —Pero es normal recibir este tipo de propuestas a la monarquía, pero la boda real siempre se lleva a cabo en la mayoría de edad.
—Lo sé. —Respondí seco. —Pero no deja de molestarme.

...

En la noche, mi esposa Kagami se había enterado de lo que había pasado.

Con el pasar del tiempo, comprendí por qué no quería que la gente supiera de inmediato que habíamos tenido una hija, la estaba protegiendo.

Y sí, la protegía de su madre, Tomoe mandó a gente de su país natal para espiar a nuestra familia, entre nuestras investigaciones logramos deducir esta conclusión.

—Tal vez esas propuestas de comprometer esos reinados... De algún modo, los hilos tal vez conecten con mi madre.

Es una excelente observación. Posiblemente su madre esté también detrás de todo esto.

—Si mi jazmín, eso no lo pondré en duda... —Pausé un momento y resoplé. —Tu mamá te dejó ir, pero tengo la certeza de que no te dejó en paz del todo.
—Bien la conoces, y sólo la haz visto una vez, quién lo diría.

...

El tiempo pasaba y con la llegada del verano, los viajes de los pretendientes de mi hija se hacían más frecuentes, por eso mi esposa y yo nos convencimos, de que la única opción para que dejen a mi familia en paz es si la comprometía.

Otra Vida ~ [Lukanette +18] - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora