Otra Vida ~ [Lukanette +18] - Libro 1

Capítulo 10 - Riesgo

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POV Luka

Despertar al lado de ella, es una bendición...

Luego de aquella noche, donde Marinette me dio el sí, volvi a la vida porque nuestra pelea terminó, y todo cambió para bien.

Es una realidad; Marinette y yo, somos novios. Cuando la guerra acabe le pediré matrimonio, y si acepta, será mi esposa.

Esa mañana, que debíamos decirle a mi madre la noticia, estaba caminando de un lado a otro del Chalet, esperando los minutos en el reloj.

Anteriormente habíamos quedado de acuerdo para darle la noticia juntos. Anoche lo habíamos hablado.

Subí hasta el segundo piso hacia la habitación de Marinette, caminé entre los pasillos, algunos sirvientes se inclinaban en reverencia hacia mi presencia y yo les devolvía el saludo agitando levemente la mano. Al estar al frente de la puerta de la habitación de Marinette, arreglé el cuello de mi camisa, ajustándolo correctamente. Luego toqué la puerta y esperé unos segundos para abrirla, por seguridad.

Dentro de la habitación, estaba Marinette asistida por una mucama, quien le había ayudado a vestirse, me emocioné un poco, pero me contuve porque, aun no tengo su previo consentimiento para ser acaramelado frente a nadie.

Marinette y la joven se percataron de mi presencia, y se inclinaron para saludarme como normalmente lo harían en señal de respeto, le di las gracias a ambas por sus saludos, y observé a la jovencita con un rostro neutral.

—¿Ya está todo listo? —Pregunté neutralmente a la mucama.
—Si, su alteza, ya terminé todo.
—Muy bien, gracias. —Asentí amablemente y por último, un mandato. —¿Podrías decirle a su majestad la Reina que nos veremos en quince minutos?
—Entendido. Me retiro.

La joven hizo una reverencia para salir de la habitación, cuando la puerta fue cerrada, hice una mueca de risa porque no puedo creer que me contuve ¡Por dos minutos!, de besar a mi adorada.

Y claro, ella también se sentía ansiosa por tenerme tan cerca, pero a la vez lejos.

Porque a pasos saltarines se acercó a mí para abrazarme, yo tomé su rostro delicadamente para plantar varios besos en sus labios, de una forma dulce y acaramelada.

—Qué hermosa está mi florecilla. —Le dije mientras acariciaba su cabello. —No, estás hermosa siempre.
—No, tú estás hermoso, me encanta cuando te vistes con ropa formal. —Se puso de puntitas para besar mi nariz. —Además, hueles... divino...

Ambos nos sonreíamos mientras salimos de la habitación para seguir hablando, intercambiábamos agendas, de todo lo que haríamos durante este día, también le avisé que iría hasta el castillo esta noche, ya que tengo una conversación pendiente con Adrien y varios comandantes de guerra.

Esa tarde, mi madre tenia su hora del té, junto algunas de sus damas de honor, y Juleka, así que era el momento idea, para darle el anuncio.

Mi madre estaba sentada en su silla de hierro de costumbre, degustando una taza de té, sentada frente a ella estaba mi hermana Juleka, al lado la princesa Kagami, y las demás damas en otras mesas que también disfrutaban la tarde.

—Buenas tardes, su majestad Reina Anarka, Princesa Juleka, y damas. —Los dos nos aproximamos hasta la mesa donde estaban mis familiares e hicimos una reverencia de saludo.
—¡Mi Luka!, si, ¡los estaba esperando! —Mi madre sonrió y nos pidió que nos sentáramos en los dos asientos que estaban vacíos. —Baronesa, usted tan hermosa y radiante como siempre.
—Gracias, su majestad. —Marinette volvió a hacerle otra leve reverencia con su cabeza, y luego hizo una segunda hacia Juleka.