El departamento se sentía un tanto vacío. Hyunjin aún no podía acostumbrarse a la ausencia de Jeongin y se vio obligado a llevar al cachorro a casa cuando Hyo-ri decidió mantener vigilada la tienda personalmente, incluso cuando ahora ya era atendida por dos chicos que estarían de turno temporal hasta que Jeongin se recuperara por completo.
El suspiro pesado llamó la atención del peludo. Este miró a su humano con la cabecita ladeada y se acercó, oliéndole las pantuflas. Hyunjin le miró con ternura y se agachó para tomarlo entre sus brazos y recostarse en el sofá con él. Una vez acomodados, Hwang repasó el pelaje del canino con los dedos, dándole caricias suaves y relajantes al pequeño. Pero luego se vio obligado a detenerse cuando su teléfono sonó bajo una tonada en especial, aquella que le avisaba que era su progenitora, quien aún no se cansaba de buscarlo.
—¿Te molestaría orinar ese teléfono, cosita peluda? —señaló con fastidio.
Ya eran cuatro meses, cuatro malditos meses en los que aquella mujer no se había dado por vencida y ahora parecía que se había acordado de que tenía un hijo. Hyo-ri le había dicho que Hyunjin no quería saber nada de ella, sin embargo, la señora Hwang terminó pasándose la advertencia por el arco del triunfo, retomando sus intentos al día siguiente, hasta la fecha.
Hyunjin miró el aparato con resentimiento, hasta que dejó de sonar. Echó la cabeza hacia atrás, pero ni siquiera pudo parpadear porque rápidamente el teléfono volvió a sonar. Los nervios del castaño estaban en lo alto, se vio a sí mismo arrojando el teléfono contra la pared e incluso vio seductora la idea de meterlo en el microondas por dos minutos con cincuenta segundos, pero se negó por completo, sabiendo perfectamente que en cualquier momento podía ser requerido por parte del hospital donde se encontraban Jeongin y _____, sólo por eso es que no hizo caso a sus instintos. Desgraciadamente, el sonido empezaba a ser molesto por el simple hecho de no detenerse. Así que Hyunjin se jaló los cabellos y sintiendo el nudo en su estómago, tomó el aparato, para finalmente atender el llamado.
—¡Hyunjin!
—Tienes un minuto —informó, sin un ápice de suavidad.
—¡¿Pero que dices?! Soy tu madre, ¿cómo puedes hablarme de esa manera?, Hyunjin, sabes que todo esto ocurrió...
Dejó el teléfono sobre la mesa, volviendo a tomar al cachorro entre sus brazos. No pudo evitar esbozar una sonrisa molesta cuando el aparato volvió a sonar. Lo tomó nuevamente y expulsó todo el aire, para tomar uno nuevo antes de responder.
—Te di un minuto.
—Hyunjin espera, no es sobre mí, es sobre Yeji.
El castaño tragó saliva, sintiendo la punzada en la cabeza. Lo primero en su mente fue la idea de que su madre iba a usar el nombre de su melliza para hacerlo regresar y por supuesto no iba a acceder. No obstante, se quedó en silencio, permitiendo que su madre continúe con aquello supuestamente importante.
—Ella... le diagnosticaron Leucemia linfocítica crónica, Hyunjin, tienen que encontrar un donante de medula osea para poder sanar, tu padre y yo salimos negativos en los exámenes de compatibilidad —sollozó—. Sé que nos odias, pero por favor, inténtalo por Yeji.
La garganta de Hyunjin se cerró. Su mundo se le vino abajo y las negatividades se apoderaron de su cabeza. Una parte de él comenzó a darle el crédito al Karma, pero la otra parte, maldecía a aquel castigo divino. Yeji era la adoración de aquellos malos padres, ella era su felicidad completa y claramente estaban viviendo el infierno con aquella noticia, sin embargo, no podía celebrarlo, no podía estar feliz de saber que su gemela estaba enferma y no se trataba una simple fiebre.
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Be Kind || Yang Jeongin
FanfictionYang Jeongin es conocido por ser uno de los chicos más gruñones en aquella tienda de conveniencia. Dentro de todos los clientes que terminan con un mal sabor de boca, hay una chica extranjera que siempre espera al día siguiente para poder verlo de n...