La trama del teatro estaba lista. _____ y Jeongin quedaron en el mismo acuerdo de hacerse pasar por novios, pues secretamente le era más beneficioso a _____ por su situación personal. Aunque claramente, no le mencionó nada a Yang sobre su matrimonio, y en cambio, sólo le contó la historia que Felix había creado.
Ya era la noche de sábado cuando un ansioso pelinegro detuvo su auto frente la fachada de su rubia. No estaba del todo seguro así que presionó fuerte el agarre en el volante, dándose ánimos para salir del carro.
—Tú puedes —murmuró.
Dio un último suspiro y finalmente se dignó a salir. Avanzó con pasos torpes hasta la puerta, tragó la saliva en su boca y golpeó la madera levemente. Para fortuna suya, sólo bastaron un par de segundos hasta que fue recibido por su cita. La linda rubia vestía un bonito vestido azul claro, con un moño elegante que amarraba a su dorado cabello, dejándola lucir su sutil maquillaje.
«Es hermosa». Pensó el pelinegro.
—¿Lista?
—Sí, podemos irnos —concedió.
_____ cerró la puerta a sus espaldas y comenzaron su corto camino al auto. El silencio era tenso a pesar de que ya habían compartido largas pláticas por mensajes de texto. Tratando de controlar el ambiente, Jeongin tomó una cajita dentro de la guantera y se lo pasó a su acompañante, dejándola desconcertada por ello.
—Es sólo para convencer a mi madre —informó, encendiendo el auto.
_____ abrió la cajita. Sus ojos se abrieron y su boca se enmudeció cuando vio el hermoso collar de oro con una pequeña piedra blanca como dije. Debía admitir que era precioso, a pesar de su sencillez, y sin intenciones de volver el momento más incómodo, se la colocó, enriqueciendo su vestimenta involuntariamente.
Al paso de un rato, llegaron hasta un bloque de departamentos de alta gama. Todos estos dando la pinta de modernización y sofisticación en su exterior. Jeongin detuvo el auto frente a uno de los edificios más iluminados. Notó la falta de reacción por parte de la rubia y agradeció que su voz no se haya escuchado hasta el momento. No obstante, la curiosidad se asomó en sus ojos cuando vio la seriedad en el rostro de la chica que normalmente no dejaba de sonreír hasta por la más mínima cosa.
—Puedes arrepentirte si así lo quieres —indicó.
—¡No! No, está bien, vayamos —respondió rápidamente, formando una sonrisa forzada.
Jeongin asintió y bajó, abriendo la puerta a su acompañante. Tomó su mano y entrelazó sus dedos, comenzando la travesía hasta el hogar de su madre. _____ se vio sorprendida por la acción del otro, pero se dio cuenta de que era parte del show en el momento que el vigilante saludó animado al joven que la llevaba.
Tomaron el elevador y subieron hasta el penúltimo piso del edificio. Ambos en completo silencio, pero sin soltarse la mano. Pronto las puertas se abrieron, dejando frente a ellos, la vista del largo pasillo. Sus pasos se volvieron lentos y conforme más avanzaban, más comenzaban a arrepentirse de lo que estaban haciendo.
Jeongin dio una mirada a la chica a su lado, recibiendo un asentido para que continuaran. Entonces este llevó su dedo hasta el cerrojo digital, introduciendo el código para entrar al departamento.
Se adentraron por fin al moderno piso. La casa estaba limpia y el olor a detergente frutal se hizo notorio de una manera sutil. Los dos dejaron sus zapatos en la entrada y se introdujeron más al interior. Las pisadas de un tercero se hicieron presentes y el pelinegro se dio cuenta de los nervios de _____ cuando esta le apretó la mano.
—Jeongin, me ale... —la mujer se detuvo de golpe.
Se quedó al otro extremo de la casa, dónde se dio cuenta de la visita inesperada. Sus ojos se posaron en la chica que acompañaba a su hijo. Recorrió con la mirada a la misma, notando su elegancia y belleza.
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Be Kind || Yang Jeongin
FanfictionYang Jeongin es conocido por ser uno de los chicos más gruñones en aquella tienda de conveniencia. Dentro de todos los clientes que terminan con un mal sabor de boca, hay una chica extranjera que siempre espera al día siguiente para poder verlo de n...