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Aún le estaba costando entender lo que estaba pasando. Vio que su cabello estaba más largo, las uñas de sus manos ya sobresalían un centímetro de sus dedos y notó la existencia de un nuevo lunar en su pierna. Se sentía aún más extraña porque aún le estaba costando un poco tener el completo control de su propio cuerpo.

—Buenos días.

Levantó la mirada, notando la presencia sonriente de la enfermera. La chica se había emocionado como nunca cuando se enteró que había despertado, era una de las asistentes de Chan, así que solamente ellos dos sabían del estado actual de la rubia.

—¿Cómo te sientes? —indagó, sentándose a su lado para tomar su mano.

—Todo el cuerpo me sigue temblando mucho y todavía me cuesta mover los dedos —le respondió con la misma suave y dulce voz que obtuvo apenas despertó.

Whee In asintió, prestándole atención a sus palabras. Soltó la mano por un instante y luego untó un poco de gel medicado. Lo colocó por toda la mano y comenzó hacer pequeños ejercicios que alentaran a las articulaciones a acostumbrarse al movimiento fluido.

—Es normal que te ocurran estos padecimientos, el golpe en tu cabeza fue duro y debido a tu coma no pudimos hacer mucho para estudiarlo porque necesitábamos de tu consciencia completamente despierta —explicó.

—¿Tienen que hacerme estudios?

—Sí, así es —le miró por unos segundos, tomando la siguiente mano—. Míralo de esta manera; el golpe que recibiste te durmió algunas zonas importantes del cerebro, lo que te ocasionó el coma, el doctor Bang hizo algunos estudios mientras seguías dormida y la evolución fue muy pobre, pero ahora que has despertado, probablemente tu recuperación será más rápida.

La rubia asintió, mirando lo que hacía con ella. Entendía un poco mejor lo que estaba sucediéndole, sin embargo, no era suficiente para hacerla sentir satisfecha o incluso tranquila. Aún había una pequeña punzada que le estaba molestando en el pecho, se sentía incómoda e insegura la mayor parte del tiempo. 

—Nadie sabe de esto, ¿verdad?

—Descuida, el doctor Bang ha hablado con el director y le ha platicado de tu historia, recibirás visitas, pero sólo durarán diez minutos, igualmente, el doctor le ha dicho a tu primo y a tu esposo que necesitas más asistencia médica por un problema, así que puedes sentirte tranquila.

—Por favor, prométeme que no vas a dejarme sola con mi esposo —le rogó, tomando las manos ajenas de manera tosca—. Él va a querer matarme.

—Estaré pegada a ti como sanguijuela, te lo prometo —le acarició las manos—. Ahora vamos, es momento de caminar.

—De acuerdo.

****

Jeongin seguía tirado en el sofá, con la mirada perdida en el techo. Sus manos estaban sobre su estómago y el lloriqueo del cachorro ni lo inmutó. Había estado así desde el momento en que tuvo que despedirse de la rubia. Se suponía que debía estar feliz porque finalmente saldría del hospital, pero curiosamente, era el primer paciente que se iba con la cara larga. 

Hyunjin lo vio atentamente desde el marco de la puerta. Resopló, cansado del estado depresivo del otro y se acercó al cachorro, cargándolo y dejándolo caer sobre el estómago ajeno, sacándole un quejido por ello.

—¿En qué tanto piensas, ah? El pobre bebé se desvive por ti y tú sólo lo ignoras —reprimió.

—Felix dijo que _____ tuvo complicaciones y la van a tener en observación, les disminuyeron el tiempo de visitas y me pidió que no fuera.

Be Kind || Yang JeonginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora