One Month to Fall | Stucky

11. Cómo cuidar

Advertencia: Mención de violencia física y temas delicados.

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Las llamas que emergen del auto destrozado es el único calor que cubre el cuerpo de Bucky del frío de la carretera y de la desolación de tener el cuerpo sin vida de su padre a su lado.

George y Bucky Barnes habían salido a uno de sus viajes al bosque entre padre e hijo como todos los años. Bucky aprendería a pescar por primera vez y George le enseñaría a hacer una fogata tal y como lo hizo con Clint.

Habían sido años difíciles para los tres pero más para Bucky, quien había desarrollado un cuadro de estrés postraumático bastante fuerte tras la muerte de su madre. A pesar de todo, George encontró la manera de sacar a su hijo adelante y poco a poco se había logrado reintegrar y hecho algunos pocos amigos en su nueva escuela.

Sin embargo, ninguno de los dos contaban con el mal clima durante un viaje de carretera.

Tras corroborar que su padre ya no respiraba, Bucky se levantó del lado de su padre con un dolor intenso en su brazo izquierdo. Intentó buscar el teléfono dentro del abrigo de su padre pero este se encontraba roto y bañado en sangre.

Sin saber qué más hacer, Bucky caminó por la carretera en busca de que algún alma bondadosa se apiadara de él y lo ayudara, pero para su mala suerte, los turistas eran muy pocos durante la temporada de invierno tras los accidentes de carretera.

Con trabajos, Bucky llegó a una gasolinería con la esperanza de que el empleado se diera cuenta de su aspecto y le dejara utilizar el teléfono para llamar a su hermano.

Alexander Pierce, decía el gafete colgado en su uniforme grasiento.

Toda esperanza se fue al carajo cuando vio la oscuridad aparecer en sus ojos tras un buen golpe que el hombre le había dado con un parabrisas sobre la cabeza...

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Eran las 3 de la madrugada y Steve no podía conciliar el sueño y solo repasaba mentalmente lo que había vivido hace unas hora atrás con la persona que dormía en la cama de abajo.

Bucky y él se habían besado y no una, si no tres veces.

Steve sabía que había abusado de la confianza de Barnes para obtener un último beso pero ni él mismo alcanzaba a comprender el por qué lo hizo y lo único en lo que podía pensar era en esos labios tan dulces y rosados hablando sobre historia una y otra vez, en las hebras castañas deslizándose entre sus dedos, los sonidos que se escaparon de sus bocas, la textura rasposa de sus manos...

Definitivamente Steve necesitaba con urgencia borrar esas ideas de su cabeza o terminaría teniendo una erección en medio de la madrugada y vaya que si despertaba a Bucky a las tres de la mañana con el sonido de la ducha, sabía perfectamente que él averiguaría la razón del por qué.

El silencio de la oscuridad fue interrumpido cuando un quejido se hizo presente en el ambiente. Extrañado, Steve se asomó hacia abajo y su corazón se oprimió al ver a quién le pertenecía ese sonido. Inmediatamente Steve bajó con cuidado de su litera y se posó frente al castaño para ver mejor la situación .

Bucky se encontraba llorando dormido entre murmuros como si estuviera tendiendo una pesadilla.

—No, por favor no. —susurró el castaño apretando los ojos— ¡Basta! ¡Déjame solo! ¡Déjame solo! Por favor, te lo pido, y-yo...