19. Cómo aceptar

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Bucky despertó con un ligero dolor de cabeza y aunque eso ya era bastante extraño para él ya que siempre solía cuidarse, lo que lo hizo alterarse y caer de la cama fue distinguir la figura semidesnuda que yacía durmiendo al lado de él y dándose cuenta de que se encontraba de la misma manera.

—Bucky, ¿todo bie-

— ¡¿Qué carajos haces aquí?! —preguntó Barnes exaltado.

— ¿Aquí? Bucky, aquí vivo. —explicó Sam— Este es mi departamento. Te quedaste a dormir a noche.

Y los flashbacks de la noche anterior vinieron uno tras otro con punzadas repetitivas en su cabeza.

—Tú y yo... ¿lo hicimos?

Wilson soltó una pequeña risa y negó divertido ante la situación aún sentado en la cama.

—No Bucky, obviamente que no. Solo nos besamos, te derramaste cerveza en la camisa, me vomitaste encima y luego te desmayaste en mi colchón. Tomaste mucho, no iba a aprovecharme de eso.

Bucky suspiró aliviado al ver la expresión genuina del hombre, pero luego se sonrojó por la vergüenza que seguramente le hizo pasar en su día especial.

—Oh por Dios. —se tapó la cara con las manos— Lo lamento demasiado en verdad. ¿Hay algo que pueda hacer para recompensártelo?

—Bueno, ahora que lo mencionas, ¿qué tal si vamos a tomar un café en la tarde? —preguntó Sam con una sonrisa tímida.

—Depende, ¿aún quieres tomar un café conmigo?

Sam asintió comprensivamente y le tendió una camiseta limpia que había sacado de la cajonera de al lado.

—Claro que si. ¿Te parece hoy a las 6? —sugirió levantándose de la cama y dirigiéndose al baño de la habitación.

—Suena bien. —sonrió de vuelta.

— ¡Nos vemos más tarde! —gritó desde el marco de la puerta.

— ¡Ahí estaré!

Fue lo último que dijo Bucky antes de agarrar sus pertenencias y tomar el metro de vuelta al campus.

╰✮╮

Bucky solo pudo llegar a los últimos 30 minutos de su clase de historia del arte con un regaño de parte de su profesor y una sonrisa burlona de parte de Sharon.

Luego de eso, se dirigió por una paracetamol a la enfermería y por un desayuno ya no tan mañanero a la cafetería.

Ya entrando al dormitorio, el castaño se topó con Steve saliendo de la ducha y con la mitad del uniforme de fútbol americano.

Mierda, es viernes. ¡El partido, Bucky! ¡Se te olvidó idiota!, pensó James desde sus adentros.

—Hola. —saludó el rubio con la toalla entre las manos.

Bucky no dejó pasar por alto las ojeras y los ojos irritados del rubio que no denotaban más que cansancio puro.

—Hola, ¿estás bien? Luces algo derrotado.

One Month to Fall | StuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora