- Entonces ¿Qué fue lo que ocurrió?
Pasaron unos días desde que se reunió con los streamers, había permanecido escondido desde entonces, luego de inventar una muy elaborada excusa de por qué no se realizó el vivo del sábado, él, su laptop y sus seguidores, nada más, hasta que Childe se impacientó y abrió su casa, y ahora era sometido a uno de los más estrictos interrogatorios del pecoso...
- Te lo explico - dijo mientras acariciaba a su michi en su regazo, le explicó a poco detalle pero logró satisfacer la curiosidad de Childe
- ¿Entonces?? ¿No los vas a denunciar? ¿Qué esperas? - preguntó indignado, notando que a pesar de todo lo que le hicieron parecía estar bastante calmado - No me digas que ya los perdonaste
- ¡No! Nunca lo haré, pero.. No los denunciaré - se cruzó de brazos - no quiero salir en las noticias y menos hacerle una excusa a mi madre para que "se preocupe por mi", además, me van a investigar, y son capaces de delatar mi vida de streamer
- Está bien, haz lo que quieras... En parte tienes razón.. ¿Pero no te molesta dejarlos libres como si nada?
- ... Si.. Pero la culpa también es mía
- Ya deja eso, ¿como te van a drogar con agua?
- Da igual. Me tengo que despedir del stream
- Bueno... Espera, ¡¿Qué?! ¡¿Despedir del stream?! ¡¿Por?!
- Voy a tomar un descanso, cada comentario me recuerda a ellos, y más cuando preguntan "Para cuando nuevo directo con kaedezu y detzou??" o cosas así.
- Solo ignoralos...
- Cállate, se termina el viernes y fin.
- ... Bueno... - se sentó al fin y recordó algo - Oye, ¿no es mañana la reunión? Con tu familia
- Si... ¿Qué te hace pensar que voy a ir?
- Ahmm... No sé tal vez quieras despejarte un poco
- ¿Despejarme con mi familia?
- Por cierto, podrías al menos contestarle los mensajes a Shogun, hoy me escribió que estaba preocupada y yo no supe qué responder
- ...
- Al menos hazlo por ella...
- Lo pensaré.
Childe se fue y Kuni quedó pensando seriamente en como despedirse de sus fans sin crear disturbios... Aunque no sería para nada fácil
El día siguiente era domingo, los domingos no hacía directo, y también sabía que su madre no trabajaba. Por eso supuso que la reunión sería ese día, y así fue.
Aunque retrocedió varias veces antes de cruzar la puerta de su casa, después de replantearse casi toda su existencia relacionada con el tema, al final lo hizo. Y ahora se encontraba en camino a... La mansión de su madre: Raiden Ei.
En un taxi que peculiarmente se estacionaba frente al edificio donde vivía, aunque ya había descubierto que a esos taxis siempre los conducía un chofer contratado por Ei. Estaba más controlado de lo que se imaginó cuando decidió largarse de aquella casa...Y ahora se encontraba de camino a la casa más lujosa y cara de la cuidad, con un poco de arrepentimiento, hasta estuvo a punto de gritarle al chofer que se detuviera y diera la vuelta cuando al fin llegaron a destino cruzando un elegante portón de plata custodiado por la mejor tecnologia y para redondear dos guardias de seguridad bien entrenados, no le quedó de otra que bajarse.
Y ahí se encontraba, frente a los escalones que conducían a una gigantesca puerta de roble oscuro, cuando los empezó a subir, los guardias que vigilaban los extremos de la armazón de madera se aproximaron y empujaron con poco esfuerzo la puerta dividiendola en dos. Al separar lo suficiente las partes como para que el chico de ojos azules pasara, culminaron su servicio con una reverencia demostrando respeto e inferioridad. Cosa que el azabache ignoró y continuó su camino hacia adentro con un largo suspiro.
Alzó al vista hacia las escaleras al escuchar unos pasos y vio a su hermana con un elegante vestido de marca bajar apurada con la cabeza gacha. Subió la vista al notar que la puerta se abrió y se detuvo repentinamente con la mirada fija en el azabache.
- ¿Hermano...? - habló sorprendida, casi estupefacta, empezó a bajar lentamente los escalones - Estas aquí... ¡¿Estás bien?! - se acercó y colocó su mano en la frente del contrario - ¡¿Acaso tomaste?! ¿No estas en todos tus sentidos y por eso viniste?? ¿Alguien te obligó a venir??
- ¡Yaa! ¡Quieta! Estoy bien.
- Entonces... ¿Enserio viniste a la reunión familiar?
- ¿A qué más vendría?
- Ohh, es cierto, luego tenemos que hablar - en ese momento se escuchó unos pasos venir desde el estudio, justo en el salón de debajo de las escaleras
- ¿Shogun...? - se escuchó una voz desconocida
- Oh... - recordó la pelipulpura - Ejem... Ella es.. - fue interrumpida por la voz anterior y una risilla coqueta de la misma
- Así que tu debes de ser Kunikuzushi, he oído mucho de ti - le mostró una sonrisa pícara - y por lo que he oído, también me sorprende que estés aquí..
- ... - la mujer de cabellos rosados y traje provocativo no dejaba de hablar, y aun así no le decía su nombre ni quien era
- Ella es Yae, la... Una conocida - la presentó al fin su hermana
- Auch, ¿Asi que así es como me ves? - se victimizó sarcásticamente - básicamente soy la secretaria de su madre, pero eso es aparte. Prefiero que me vean como su amiga - ambos la miraron algo serios, hablaba y se veía como una charlatana, sin embargo, fuera de todo, no era una interesada porque fundó una empresa que en este momento vale millones, además Shogun sabía que era una buena persona, a pesar de su forma de hablar
- ¿Kuni...? - se escuchó otra voz más aguda y delicada, una más familiar, acercándose desde el estudio
- .... Madre.
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Ahora nos Perteneces. [Heikazuscara]
Random- dime algo que nadie sabe - Mmhh ¿Como qué? - veamos... ¿Tienes algún lugar en tu cuerpo más sensible que el resto? - Pues... Grave error, así empezó la historia de un joven Streamer de cabello azul que sin querer reveló su identidad a dos chicos...