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- .... Madre.

- ¿Hijo...? Viniste.. - se detuvo al ver cómo levantó su mano pidiendo silencio

- No vine por ti, no te ilusiones - habló con seriedad, ya hasta dudaba de por qué había ido

- Si...

- ¿Pero por qué tan rivales...? ¡Disfruten la vida, o en este caso, la cena! Cariño, no importa por qué viniste, ahora que estas aquí, aprovechemos el momento para una cálida reunión familiar. - alentó con un tono alegre, suave y algo atrevido

- Ah.. - suspiró la pelilila menor - bueno ¿vamos a quedarnos aquí toda la tarde? ¿O vamos a pasar? - preguntó agobiada

- Pasemos - habló la mayor

Todos pasaron a la sala del comedor, una sala enorme, con un brillo elegante gracias a una gran lámpara de cristal colgando del techo, haciendo relucir la más fina y decente mesa de madera rectangular con 16 sillas acolchonadas cómodas satisfactoriamente esparcidas alrededor del mueble.

No era exactamente un ambiente cómodo para Kunikuzushi, pues la última vez que cenó con su familia, ejem... Con su madre, fue aproximadamente hace 1 año y medio, una navidad que su hermana lo obligó a cenar con ellos

Lo bueno era que Shogun siempre se esforzaba por mantener un ambiente poco incómodo, y así fue, se sentó exclusivamente a su lado y empezó a buscarle charla, de cualquier tipo: comidas, estudios, moda, michis, limpieza, entre muchos otros.

Pero esta vez, la matriarca también se interesó, más que las veces anteriores y se acercó a sus hijos para sentarse a su lado, rara vez hacia esto, pues como mayor y madre siempre se sentaba en los lugares de los extremos de la gran mesa, pero esta vez no fue así. 

- Hijo, ¿Cómo vas con... los estudios? ¿Estás... hm... - "primero una" se dijo, no queria invadir excesivamente su privacidad a pesar de ser su madre; Kuni se giro hacia su hermana para ver como ésta lo animaba con gestos silenciosos para que le hable calmadamente.

- ... Bien... - conservó la calma - creo que... estudiaré para ser abogado. - dijo con un tono simulando seriedad, pero la verdad era que extrañaba el calor y la calma que le proporcionaba hablar con su madre, la calidez que solo pudo sentir en sus años de infancia...; Ei sintió un latido en su corazón, se emocionó. hace mucho que su hijo no le hablaba de forma tan cercana

- ... M-me alegra tanto... - su voz se quebró, sintió como sus ojos punzaban, se cubrió el rostro con las manos sin poder evitar dejar salir algunas lágrimas; ambos la miraron, Kunikuzushi desvió la vista con un rostro pensativo y Shogun no pudo evitar emocionarse al igual que su madre

- E-eso es.. genial, hermano - se alegró por ambos, le preocupaba demasiado que su hermano no supiera que hacer con su vida en un punto de esta y se le pasaran cosas raras por la cabeza, pensamientos como: "¿Para qué mierda sirvo?" o "¿A quién carajos le importo?".

"¿Por qué están llorando?" se preguntó, por alguna razón le empezaban a pinchar los ojos, pero no. No se mostraría tan débil, era el hombre de la familia... De.. ¿Su hermana?..
Pudo mantener una charla tranquilamente con su madre después de tanto tiempo, pero aún no entendía sus sentimientos, algo le decía que corriera de ese lugar y recordara todo lo que había ocurrido en el pasado, pero luego estaba el comportamiento de su madre, lo hacia querer perdonarla, obtener un perdón que se veía a una distancia imposible para el azabache. Pero debía admitir que le dolía tanto como recordar el rostro de Rosa al ver la reacción de la madre y el doctor de Niwa, tener que rechazarla cada vez que intentaba hacer algo bueno por él, su corazón pesaba de tantas veces que lo hizo..

Ahora nos Perteneces. [Heikazuscara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora