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Al día siguiente, domingo, Kunikuzushi se levantó algo temprano, se preparó un café con poca azúcar y salió al balcón; como su apartamento era uno de los más altos, el balcón daba vista a casi toda la ciudad, y de mañana no había tanto tránsito como en otros momentos del día.

Entonces recordó algo, algo que sus seguidores le habían pedido y como agradecimiento debería cumplir... Además de que no era tan difícil... Eso creía. Entró a la casa para tomar su celular y volver a salir, entró en el chat de un conocido y le escribió.

Childe

Jajaja noo

Que miedo bro 💀

Qué

Hoy

Oe, necesito tu ayuda

Por qué madrugas así???!

› Y hoy domingo wtf

Porque me duermo temprano. No ‹ como otros...

Boe, que necesitas?

Necesito comunicarme con un ‹  streamer


› Tu di nombre yo digo aki 'ta

... Kaedezu

Ajá, quieres hacer colaboración a lo grande eh

No te incumbe, solo dame lo que te ‹ pedí.

Ufff me congelo

Y Detzou

Nada mal... Me imagino que los eligieron tus seguidores

Por ?

› 9 y 10 millones, además no conoces a otros Streamers xd

Ya t paso

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"¡¿9 y 10 millones?!" pensó sorbiendo un trago de cafe y observando la guía que su amigo le envió.

Como ese era su día libre lo contactaría luego para ponerse de acuerdo. Ya que ahora solo quería hacer una cosa: comer una torta de chocolate amargo, por alguna razón se le apetecía eso, y ¿por qué no? Hace poco habían abierto una nueva pastelería cerca de su casa así que decidió aprovechar.

Se puso ropa cómoda: una camisa blanca arremangada con un chaleco negro por arriba y pantalones deportivos recto negro, y zapatillas zimmer blancas.

Bajo por el ascensor del edificio y se encaminó hacia donde recordaba que estaba el cartel de dicha pastelería, solo esperaba que si estuviera abierta. Al llegar y entrar notó que el lugar era más grande de lo que parecía y tenía un estilo interesante con colores otoñales. Además de que si estaba abierta, aun por ser domingo.

Se acercó al mostrador y lo atendió un joven de cabello blanco, aunque no se veía muy bien por el gorro de empleado que tenía puesto. Le llamó la atención unos segundos pero lo ignoró, supuso que era teñido de las puntas.

- Bienvenido, ¿Qué se te ofrece? - sonrió amablemente el empleado, su voz era muy suave y agradable, a éste también le llamó la atención el cabello contrario, así que sin querer se le quedó viendo demasiado hasta que encontró sus ojos y desvió la mirada.

- Mm... ¿Me recomiendas algo? Algo amargo - respondió pensante

- Amargo... El pastel de chocolate amargo es la especialidad del chef - dijo sonriendo nuevamente

- Pues eso, confiaré en tu criterio - no sonrió, pero si hizo una mueca de agrado que hizo que al contrario le diera ternura y terminará sonriendo inconscientemente.

- Tome asiento por favor, enseguida le llevo su pedido - el azabache partió pero fue detenido por la voz contraria - Ah, por cierto ¿cómo te llamas?... P-para el cupón... - Kunikuzushi largo una pequeña risa y respondió

- Kunikuzushi - se volteó rápido para que no notará su sonrisa y caminó hacia una mesa junto a un ventanal.
Se sentó y quedó mirando un rato los autos pasar y las personas caminar, luego tomó su celular para ver que solo le faltaba un examen de química el miércoles y terminaba el año. Soltó un suspiro

- te ves agotado - se escuchó una voz en su espalda. Era el albino que traía su pedido

- Es posible...

- Disfruta y distraete - sonrió dejando el pastel sobre la mesa

- Gracias... - volteó a mirar su uniforme y la etiqueta con su nombre - Kazuha - dijo al fin regalandole una sonrisa; Kazuha le devolvió el gesto y se retiró.

Kuni tomó la cuchara y le dio un bocado al pastel saboreandolo desde que su lengua impactó contra el suave chocolate que cubría la masa. Se la terminó en poco tiempo, le gustó mucho el sabor, la textura, estaba perfecta... Hasta se juró a él mismo que volvería solo a probar ese plato de nuevo.

Ahora nos Perteneces. [Heikazuscara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora