Aventura 01 ─ El héroe vivirá como le plazca

102 6 7
                                    

Detalle que no dije en el prólogo, pero lo digo ahora.

En este universo de héroes, mis protagonistas tendrán una extraña razón de llamarse todos como si fueran un "león". Así es, Regulus también significa león.

Disfruten este capítulo, porque ya les advertí de antemano todo lo que pasaría.

No se olviden visitar la fanpage para noticias y memes: facebook.com/Siegburn/

Enlace para donaciones: paypal.me/siegburn, https://ko-fi.com/siegburn

Enlace de discord: https://discord.gg/6x24bzQVYX

__________________

Abrí mis ojos y me encontraba reposando en un jardín.

Las mariposas se acercaban a mí.

La luz del sol estaba cubierta por varias nubes.

Me puse de pie, debería estar agotado y adolorido, pero me sentía como si fuera la primera vez que me levanto tras un largo sueño.

Estiré mi cuerpo en señal de gozar este momento.

La suave brisa tocando mis mejillas, acariciando mi cabello y sobre todo el cantar de las aves.

Observé mi alrededor, es tal y como lo recuerdo de esa vez.

Un gran bosque se extendía al sur de mi ubicación.

Detrás mío se encontraban ruinas y una fuente semi destruida.

Me acerqué al bosque, no importaba si conocía el camino o no, solo importaba que caminara hasta el final.

Normalmente, cuando caminas en un bosque puedes sentir el calor abrasador del sol.

Los molestos insectos, ramas haciéndote tropezar, caminos empinados o encorvados y sobre todo, el dolor de pies.

Pero no sentía nada de eso.

El camino era todo recto, casi como si fuera hecho por humanos.

Los animales pequeños se me acercaban y me otorgaban semillas, nueces, bayas.

Las acepta cariñosamente.

Antes de darme cuenta, disfruté por primera vez en mi vida caminar.

Si pudieras sentir felicidad solo por caminar, ¿no sería maravilloso eso?

El tráfico no existiría y tampoco la contaminación.

No me di cuenta que llegué a mi destino antes de lo previsto.

En el centro del bosque estaba una enorme mansión de color blanco puro.

Me acerqué y abrí la puerta como si fuera el dueño de esta casa.

Caminé hasta el final del pasillo, giré a la izquierda para llegar a una puerta que conectaba a un pasillo cerrado.

Lo abrí y automáticamente el entorno cambió a uno muy elegante, era una habitación de té.

Allí en el centro, estaba sentada una mujer comiendo galletas.

Una hermosa mujer que vestía un hábito de monja.

Su largo cabello rubio era tan sedoso que llegaba hasta el suelo.

Sus rasgos faciales, desde sus largas pestañas hasta su pequeño y delicado mentón, era una obra de arte.

Sus brillantes y radiantes ojos rojos como rubíes me vieron fijamente.

Además de tener una apariencia sumamente hermosa, su cuerpo era muy erótico.

La Heroica Aventura del Héroe NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora