Capítulo 36

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— Ritmo cardíaco estable, presión arterial normal...— Tighnari utilizaba tinta para escribir anotaciones en un reducido bloc de notas, diciendo un montón de cosas al aire mientras analizaba los registros de los aparatos. Kaveh estaba a un lado de Alhacén, sentado en un banco de madera que le habían acomodado. Detrás, Collei observaba en silencio con una intriga latente, casi del mismo modo en que Cyno lo hacía desde la puerta cerrada.— Iniciaremos las pruebas de funcionalidad.— Al musitar esas palabras, el aire se llenó de una tensión densa y casi palpable. Tighnari se fijó en que las facciones de Alhacén se habían endurecido, producto de una probable desesperanza que su profesionalismo le impidió evitar.— Intenta cerrar los puños.— Observó fijamente ambas extremidades. El lado sano, por supuesto, obedeció la orden de inmediato, pero el derecho, por otra parte, no realizó ninguna acción y permaneció estático durante los segundos en que todos miraban cautelosamente. Alhacén no pareció sorprenderse, como si ya hubiese intentado eso por su cuenta, mientras que Kaveh se mordió el labio inferior con algo de ansiedad.— Registrado... Pasemos a la siguiente prueba.

Collei se movió de su sitio, entregándole a Tighnari una aguja de jeringa. Él, con una expresión seria, tomó la mano de Alhacén, extendiendo sus dedos para tener un mejor acceso a las yemas, donde hundió el filo despacio, buscando una respuesta nerviosa que no llegó. Intentó lo mismo en los espacios entre los dedos y después en la palma. Al cambiar de aguja, volvió a hacerlo en el dorso de la mano y finalmente en el antebrazo, pero no halló ninguna zona que respondiera al estímulo y su rostro expresó la decepción de la prueba fallida.

— ¿Continuaremos con la percepción térmica?— Inquirió Collei, igualmente abatida pero con mayor ilusión. Kaveh se veía destruido incluso sin tener la conclusión definitiva, y Alhacén hacía eco a su emoción silenciosa. Mientras Tighnari tomaba el parche térmico y le retiraba la capa protectora, Cyno le dio una mirada de desaprobación, anticipando los resultados con pesimismo. Colocó el parche en la piel de su antebrazo, justo en el punto donde debería haber sentido el cambio de temperatura; sin embargo, Alhacén exhaló con pesar, negando.

La decepción y la tristeza se reflejaron en los rostros de todos en la habitación. Kaveh apretó los puños con impotencia, sintiendo un nudo en el estómago y uno mucho más grande en la garganta.

— Lo siento. Hicimos todo lo posible en cirugía, pero parece que la lesión ha causado daños significativos... — Dijo Tighnari con el desánimo opacando la claridad en su voz. Alhacén parecía estar asimilando la noticia con una expresión serena que escondía una impresión incrédula detrás.

Por su parte, Collei se acercó a Kaveh al verlo paralizado. Colocó una mano reconfortante en su hombro, y aunque su intención fue darle consuelo, él reaccionó de manera precipitada, apartándose como si el tacto le quemara.

— ¿Todo lo posible? ¡No, no es cierto! ¡Esto no es hacer todo lo posible! ¡¿En qué maldito mundo es válido rendirse tan fácil?!— Se levantó súbitamente, encarando a Tighnari de forma amenazante.— ¡Eres médico, tienes que hacer algo! ¡Se supone que tú sabes sobre esto!

— Kaveh, lo siento mucho. Sé que esto es difícil de aceptar, pero aún podemos explorar las terapias y los posibles tratamientos...— Collei, con una mezcla de esperanza y determinación en su voz, probó suerte para apaciguarlo; en cambio, Kaveh se dejó llevar por sus impulsos, en un intento de abalanzarse contra Tighnari. Antes de poder tocarlo, un par de manos fuertes le tomaron los brazos detrás de la espalda, y en un movimiento hábil su cuerpo terminó impactando en el suelo, bajo el peso inamovible de Cyno, que lo tenía en un control absoluto. Kaveh emitió un sonido similar a una queja que no llegó a ser tal.

— Lo dejaré pasar debido a la situación, pero si intentas tocarlo de nuevo te procesaré con una falta administrativa, y si persistes te convendrá buscar un abogado.— El ambiente tenso se volvió aún más cargado, y un silencio incómodo llenó la habitación. Collei miró a Kaveh con preocupación, sin poder justificar su actitud a pesar de la empatía que sentía por él, y Alhacén no dejó de observar las acciones de Cyno en caso de que se excediera.— Entiendo que estés pasando por un momento difícil. Todos estamos haciendo lo que está en nuestro poder para ayudar. El equipo médico está comprometido con su bienestar, pero hay límites en lo que se puede lograr.— Kaveh se dejó vencer por la tristeza y la imposibilidad, y las lágrimas comenzaron a fluir por sus mejillas.

— Lo siento... Lo siento mucho.— La voz sonaba entrecortada, como si le costara respirar. En el momento en que su cuerpo comenzó a temblar, Cyno aflojó su agarre. Alhacén, desde su posición en la cama, se sintió algo culpable de saber que sus reacciones eran producto de la preocupación que sentía por él y que pudo evitar de haber sido más astuto. Simplemente no tenía idea de cómo derrocar a todo un sistema bien construido de criminales. No era tarea fácil cuando la edificación ya era tan resistente y él no tenía autoridad legal.

Cyno le permitió a Kaveh levantarse del suelo, aunque mantuvo una postura vigilante. Kaveh se acercó a Alhacén, acurrucándose junto a él, sin poder creer que toda su vida se resumiera en desastres.

— Está bien... Tranquilo. Probaré la terapia y los tratamientos alternativos que sugirieron y todo saldrá perfecto. Voy a recuperarme.— No creyó en sí mismo, pero tenía que convencer a su novio. Por sus palabras, vio una chispa de esperanza centellear en sus ojos y miró al grupo, que compartió una mirada a su vez, y aunque eso rompiera su código de ética, Tighnari estuvo de acuerdo con seguirle la corriente.

— Así será. Lo prometo.— Alhacén asintió para él con una sonrisa apagada pero llena de gratitud.  El equipo médico también retomó su compostura, y Cyno fue quien tomó la palabra esta vez.

— Lamento cambiar el tema tan bruscamente.— Inició—. Pero ya habrán deducido que esta no es una clínica común.— Mientras Kaveh limpiaba su rostro, aún consternado, Alhacén, que se había mantenido firme hasta ahora, prestó atención absoluta a lo que tenía que decir.— En realidad, ni siquiera es una clínica en el sentido estricto de la palabra. Por ende, no tenemos planeado pedirles algo a cambio de esto.

— ¿Pero?— Inquirió Alhacén sin pensarlo demasiado.

— Pero estaremos vigilando sus movimientos, dado que interfirieron en una investigación.— El comentario de Cyno dejó a todos en la habitación desconcertados. Alhacén y Kaveh intercambiaron miradas de confusión, mientras que Collei y Tighnari parecieron igualmente sorprendidos por la revelación que no esperaban que fuese tan explícita según lo que habían acordado.

— ¿Qué quieres decir con "una investigación"? —preguntó Alhacén, tratando de entender la situación. Su voz sonaba más débil de lo habitual, pero su determinación no flaqueó.

Cyno suspiró y se acercó al grupo. Se apoyó contra la pared, manteniendo una mirada seria.

—Deberías saberlo, Alhacén. Has sido parte de esto. —Cyno hizo una pausa, observando las reacciones de todos antes de continuar. Tighnari estaba al tanto de cada una de sus labores oficiales, de modo que no sobreactuó, mientras que Collei no sabía demasiado al respecto. Lo esencial, quizás menos. Kaveh ni siquiera parecía enterarse de lo que sucedía.— Pero no impondré mi autoridad contra ti. Aunque cometiste un crimen, tu imprudencia ayudó en mi búsqueda.— Se tomó un respiro, descubriéndose el rostro al arrastrar su largo cabello hacia atrás.— Por supuesto que, si estás dispuesto a brindarme información extra, podría ayudarlos a deshacerse de este problema de raíz.

Kaveh, aunque no entendía completamente el panorama, se dio cuenta de que estaban en medio de algo mucho más complicado de lo que había imaginado. Dedujo varias posibilidades, cada una más catastrófica que la anterior, y le dio miedo pensar en la inseguridad que lo envolvía y lo acertada que le resultaba la sensación de caminar sobre una cuerda floja para describir su situación.

— Sería absurdo negarme a estas alturas.— Se llevó la mano al mentón, acomodando sus paneles mentales y las debidas ramificaciones de cada uno repletas de información filtrada y conclusiones propias sacadas mediante deducción y pruebas.— Tengo más información de la que podrías manejar, así que diseccionemos todo con cuidado.

Compañero Difícil | Kaveh & AlhacénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora