Little Prince - Maxnat

🍼 Consentido 🍼

   - Papi ¿Me compras esto por favor? - Era una de las frases que más repetía Nat a diario y era su culpa por ser muy difícil decirle que no a esos ojitos que lo miraban con tanta ternura y brillito.

Nat era el niño consentido de Max, ya tenían 3 años de relación pero más o menos uno y medio manejando esta dinámica donde Nat dejaba el estrés de la vida adulta y se entrega a sus brazos para que sea mimado, consentido y cuidado por su papi (Max) y disfrutar de la tranquilidad de ser el niño pequeño de su hogar.

Ahora según veía en la pantalla de la tablet Nat quería otro peluche aunque ya su estante tuviera demasiados. Estaban en la sala viendo 101 dalmatas y mientras él adelantaba algo de su papeleo su bebe comenzó a ver ese peluche de dinosaurio que tanto quería.

   - Nat mi vida, creo que ya tienes suficientes peluches - Respondió tratando de sonar tan neutral como ver a su bebe haciendo pucheros le permitía.

   - No, mi conejito dice que se siente muy solo.

   - ¿Y ninguno de los otros peluches quiere hacerle compañía? - Dijo mientras cerraba su laptop y prestaba toda su atención en su niño.

   - Si pero es te dino se parece a ti. - Soltó Nat jugando con el borde de la cobijita de Ositos cariñositos que cubre sus piernas.

Max estaba cayendo, si Nat tal vez estaba siendo extra tierno para que papi no dijera que no, pero no podían culpar, ese dino debía ser suyo, se vería hermoso en su cama king size.

Con un gesto, Max le indico a su niño que se sentará en sus piernas, cosa que el menor no dudo en hacer, era hora de los mimos.

El mayor besó sus mejillas, dejó pequeños piquitos en su boquita y Nat no podía evitar reír o esconder su carita en el cuello de papi.

   - Hagamos algo, si para el fin de semana tu tablero está lleno de estrellas y te portas bien te daré el peluche.

El pequeño celebró y luego le dio un beso profundo pasando sus pequeñas manos por su nuca, cosa que lo hizo casi perder el aire. - Si papi, ya verás que lo conseguiré.

   - ¿Y no olvidas algo? - Dijo Max mirando lo esperando una respuesta.

   - Shi, gracias papi. - Respondió Nat completamente feliz.

En ese momento Max vio la hora, 10 de la noche, momento de prepararse para dormir. Cargo a Nat hasta su habitación mientras el menor no dejaba de dejarle besitos agradecido.

El se sentía como el mejor papi de todos, pudo llegar a un acuerdo más que lógico con su niño, no cayó en el impulso y compró el peluche de una vez, ya vería cómo le iba a Nat en la universidad a ver si debía comprarlo.

✨️

Era la 1 am y el brillo de su laptop le dejaba ver los últimos números de su tarjeta de crédito. Quería terminar con esto pronto y volver a la cama con su angelito.

Si, él era el primero en saber que su niño se comportaba excelente y decidió comprar su peluche de todas formas aunque aún debía esperar al final de la semana para entregárselo, también una pijama ya que pronto irían a Suiza de vacaciones y no quería que su bebe pasará frío.

   - ¿Papi? - Dijo una voz suave desde la escalera, era Nat rascándose el ojito con una de sus camisas que le quedaba gigante y su peluche de conejito, mierda se tomó más tiempo de lo que pensó.

   - Estoy haciendo algo del trabajo amorcito, ya vuelvo a la cama.

   - Bueno papi. - Respondió el menor volviendo a la habitación.

Agradece que Nat amaba dormir y no se dio cuenta de nada. En definitiva era el papi del año pensó Max mientras el menor se emocionaba por su nueva pijama.