💖 Confesarse 💖

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Nat amaba trabajar con Max. Era ajetreado, a veces algo abrumador pero bastante entretenido y le ayudaba a aprender muchísimo.

Ya había pasado un mes y medio desde que comenzó a ser el asistente del mayor y ya habían llegado al punto en el que muy pocas/contadas veces se encontraban separados, directamente si no pasaban todo el día juntos en la oficina, donde Nat ahora contaba con su propio cubículo, justo al lado de la oficina del mayor para aprender y atender cualquier necesidad, su propio teléfono laboral y su propia laptop de trabajo.

Pero no todo fue trabajo durante ese tiempo, a veces conversaban de cosas que no tenían nada que ver con sus labores como los dulces favoritos de Nat (que casualmente encontraba justo a la mañana siguiente en su escritorio), los libros favoritos de Max y simplemente saber quien era el otro. Y el menor no podía haberse enamorado más.

Esto ya no era un simple "mi jefe me parece guapo" ya era un enamoramiento muy profundo para Nat y lo tenía simplemente mareado. No porque Max le diera muchas vueltas, realmente el mayor era extremadamente honesto sobre lo que pensaba de Nat y el menor sentía muchísimo cariño viniendo de Max que derretían cada vez más su corazón, pero el menor no estaba tan seguro de que tanto debería confesarse o involucrarse con su jefe, es decir, podía ser que el mayor solo quisiera ser amable por todo el trabajo que hacían más no que estuviera sintiendo algo por el.

A ese punto tenía dos opciones, primero tragarse su enamoramiento hasta que muriera por su cuenta (cosa que no creía que fuera a pasar pronto pues llevaba las últimas 2 semanas intentándolo) o confesarse y darle a Max su carta de renuncia por su cero profesionalismo.

Estaba estresado por ello cuando un café y una galleta de chispas de chocolate fue puesta en su escritorio. Max, es decir, su jefe las dejo mientras lo veía con una mirada juzgándolo, ya iba a comenzar el mayor con su pelea de todos los días.

- Okay, son las 11 am y aún no desayunas ¿Puedo saber cual es la excusa de hoy para no comer?

- No saco excusas, simplemente no tengo hambre - Nat estaba muriendo de hambre, pero en unos días su madre tendría un evento y tenía rotundamente prohibido comer más de cierto número de comidas al menos hasta que entrara en el micro saco que su madre compro para el.

- Mientes, imposible que no tengas hambre, te levantaste a las 5 y estas en la oficina desde las 7.

- ¿Cómo sabes que me levante a las 5?

- Me dijiste buenos días a esa hora.

- Mmmm puede que comiera algo en casa.

- Jamás desayunas en casa bebé, iré a hacer algunos reportes, si no te acabas ese café cuando vuelva...

- ¿Me vas a castigar o que? - Dijo Nat mirándolo atentamente, esperando su respuesta casi retándolo. Por alguna razón Max siempre se ponía tenso cuando hacia esa tipo de bromas. Era casi como un punto débil para el pero Nat jamás entendía porque. 

Max se retiro a su oficina diciéndole que saldrían a las 2 de la tarde por varios pendientes de su agenda, por lo que debía estar listo para ese entonces. Mientras podría terminar sus pendientes y seguir fantaseando con su jefe.

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Llegada la hora, ambos estaban en el vehículo del mayor, Nat adoraba ese auto porque Max siempre lo dejaba poner la música, hablarle o simplemente porque para las siestas era extremadamente cómodo. No debería dormir siestas en el auto de su jefe, no debería permitir que su jefe lo abrigue con su saco, disfrutar el perfume de Max, tampoco que cuando terminan tarde de trabajar permitir que lo lleve a casa pero estaba extremadamente enamorado.

Little Prince - MaxnatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora