🌌 Good days. 🌌

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Contexto: Esta parte de la historia es de cuando Max y Nat decidieron darse un tiempo (como se menciona en el capítulo de Recuerdos).

Este contiene material sensible, si no te sientes comode o estas en un mal momento puedes saltarlo ♡

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Nat estaba sintiéndose mal nuevamente,  odiaba esa cama donde estaba recostado, tan fría y tan solitaria que no podía soportarlo.

Le enfermaba.

Hace unos días había vuelto a casa de sus padres, con una maleta de ropa de dos semanas que esperaba no llegará a acabarse.

Que para aquel momento en el que no tendría más ropa, ya volvería a estar en su hogar. Aunque su hogar ya no existía hace mucho.

No creía volver a ver Max a este paso. No porque el no quisiera volver a hacerlo, claro que lo hacía pero no sabía si el mayor aún tenía algún chance de escapar de aquel demonio que lo tenía atrapado.

Solo esperaba que no lo hubiera olvidado...

Cuando volvió a esa casa, no quiso dar muchas explicaciones al respecto, era una pelea entre el y Max, pero sus padres de alguna forma supieron que había ocurrido y se aseguraron de humillarlo hasta el hartazgo.

Primero habían vendido sus cosas, ya no las necesitaban así que para que mantenerlo, por ende su habitación había sido ocupada con un gimnasio al cual estaba obligado a estar mínimo una hora diaria a bajar de peso pues había subido mucho peso mientras estuvo con "el borracho ese".

Al ya no contar con una cama, fue recostado en un colchón infable que debía armar cada mañana en el almacén de comidas, la parte más fría del mundo si le preguntan.

No le era permitido ir a su universidad, porque era la carrera que sus padres odiaban y lo molestaban diciéndole que en algún punto lo echarían, Max no se molestaría en pagarla más.

Lloraba a diario, dormía y comía poco además de sentirse en el propio infierno, no pudo traer ni un peluche o a Daisy, sus padres no lo aceptarían.

Todos sus días se iban en ser el secretario de su madre, acompañarla a reuniones donde sus amigas estiradas lo criticaban de pies a cabeza o llorar en la ducha, en el baño, en el gimnasio.

Se sentía tan patético que había cubierto la mayoría de los espejos en los que se podía ver.

Justo sus amigos estaban ocupados (caso en el cual Nat prefería no decirles que estaba pasando en su vida para no molestarlos) o en algún viaje donde no podían tener tanta comunicación, por lo que ninguno podía darle algún tipo de consuelo.

Le perseguía la tristeza, pero también el dolor de estar lejos de Max, quién en este momento lo necesitaba tanto, ahí era donde sentía la culpa.

Pero luego pensaba en todas las veces que el mayor borracho lo empujaba lejos, se cerraba y no permitía que le ayudara en su dolor. La rabia lo consumía de pies a cabeza, también la frustración.

El no era suficiente para ayudar a Max, no podía ni ayudarse a sí mismo.

Intentó estar algo tranquilo pero sus emociones se descontrolaron aquel día, cuando su madre lo llevó a la peluquería para darle un cambio de look.

- Solo quiero un corte de cabello. - Había dicho mientras su madre miraba tonos de tinte castaño.

- Necesitas un cambio de look. Hay que buscarte un nuevo pretendiente y teniendo en cuenta que estas tan usado como una... una prostituta debemos darte un empujoncito.

Little Prince - MaxnatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora