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Siempre caigo en los juegos de Charlotte, no entiendo por qué siempre termino haciéndole caso y perdonándole.
Una amistad de 8 años era suficiente para conocerla y aun así no aprendía
- Íbamos a cenar Char, no a una jodida fiesta.
Me quejo por octava vez desde que llegamos, la música esta tan alta que ella a penas me escucha y tengo que gritar, no es que no me gusten las fiestas pero detesto que me mientan, en especial que me obligan a hacer algo que no quiero y si, podría ser tan fácil como irme pero Char empezó a tomar, no puedo dejarla sola.
- No seas aburrida. - Me grita mientras saca un vaso de una bandeja y me lo tiende. - Solo por hoy, diviértete conmigo.
Niego con la cabeza tomando el vaso porque está empezando a derramarlo mientras baila, ella solo rueda los ojos y se aleja de mi para ir a la pista, suspiro cansada y me pongo a beber del vaso porque realmente no tengo nada más que hacer, en especial porque no conozco a nadie.
Repaso con mi vista el lugar, es una casa realmente grande y lujosa, veo mucha gente que sigue entrando y me pregunto cómo es posible, visualizo un grupo de amigos riendo, un chico me llama la atención y sonrío automáticamente cuando noto como al sonreír se marcan sus hoyuelos, es realmente guapo, su bandana en la cabeza y lentes lo hacen ver más atractivo, como si eso fuese posible. Corro la mirada inmediatamente hacia una planta como si fuese lo más interesante del mundo cuando el chico me pilla observándolo, sé que me sonríe porque lo vi antes de ver hacia otro lado pero la vergüenza es mucha que me tomo mi trago al seco y me dispongo a salir del lugar hacia el patio trasero para conseguir algo de aire.
No obstante, me arrepiento al instante que salgo, tener solo un petó sin ningún abrigo encima no fue mi mejor elección, pero me decido por quedarme al lado de la piscina para observar cómo las demás personas juegan, conversan y ríen, hay gente bastante borracha que empieza a tirarse a la piscina y no puedo evitar reírme.
- Bonita risa
Escucho la voz de un chico a mi lado, me giro a ver notando que es el chico que me pillo observándolo, siento como me sonrojo pero trato de no pensar en ello.
- Hola, soy Emma pero me puedes decir Em- Estiro mi mano hacia el chico y el sonríe divertido aceptándola. - Un gusto.
- Charles. - Murmura mirándome atento y no puedo evitar sonreír. - El gusto es mío.
Ambos reímos divertidos ante nuestra presentación, nos quedamos mirando hasta qué notamos como unos chicos se acercan a nosotros con una gran sonrisa malvada, porque realmente era terrorífica y entonces, ambos nos encontramos en la piscina al ser empujados por ellos. Salgo al exterior aferrándome a quien toco, siendo Charles quien me sujeta con sus manos en mi cintura, siento como la tensión entre nosotros crece, estamos tan cerca que no puedo no mirar sus hermosos ojos.
