Por dentro, mas que por fuera.

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Toda la noche habia sido magica, por dentro mas que por fuera, el habia dejado varios besos en todo mi cuerpo me habia hecho sentir la persona mas importante en ese momenot, pronto ceso todo las embestidas, y todo aquello habia terminado, no sabia exactamente que sucederia por la mañana, pero de una cosa si estaba seguro, que seria algo bueno.
Al despertar note que ares no estaba del otro lado de la cama, asi que me puse de ppie y me dirigi hacia el unico lugar en el que el estaria a esta hora, LA COCINA.

-Vaya pero si es DI, ¿Dime, que quieres para almorzar?
Tengo huevos revueltos, chorizo con frijoles, Ud pida y ordene.

-Vaya pero si amanecimos de buen humor.
Los huevos esta bien, Gracias.

En ese momento Ares se movia de sistio y caminaba hacia mi dandole vuelta a la barra que nos dividia.

-Ares,
¡ Ares pero que demonios, vistete te van a encontrar asi !

Ares estaba apenas con un mandil que le tapaba sus genitales, mientras por la parte de atras lograba mirarle todo su escultural trasero.

-¿No te gusta lo que ves? --caminaba con la charola de comida hacia mi direccion.-- No hay nadie en casa, todo se fueron a preparar las cosas para irnos al rancho del abuelo.

-Bien, pues si es asi. Mesero quiero mi almuerzo en la piscina por favor.

Ares se dirigía tras de mi, mientras me preparaba para ingresar dentro de la piscina.

-¿Necesita algo más, señor?
Comenta Ares en tono burlón.

-Claro, un masaje dentro de la piscina, por favor.

-En seguida.

Ares se retira la ropa y queda en sólo boxers, la piscina contaba con una cama de cemento, la cual solo la cubria mínimos centímetros de agua, me dispuse a colocarme de forma que comenzará por el pecho, cosa que hizo.

-Di, ¿de verdad tienes que marcharte?
Preguntaba Ares

-Si, ya había quedado con Onni y no la conoces molesta, es algo.... Difícil.

-Dame su número, dame la oportunidad de hablar con ella, por favor.

Sus manos comenzaron a descender de mi pecho hasta mi pelvis, pronto mi cuerpo reaccionó ante sus manos, yo continuaba en la misma posición pero con los ojos cerrados.

-Vere la posibilidad de negociarlo, no prometo nada.

-Sabes como mi novio debo de darte tu individualidad, así que no te preocupes anda con ella.

-Gracias por entenderlo, Dios griego.

-No hay nada que agradecer, sólo que prométeme algo.

-¿Si? Que sucede.
Abría los ojos y mi mirada se enfocaba en sus manos que se dirigían a mi entrepierna.

-Creo que es momento de probar algo nuevo, Mi rey.

-Espera Ares, ¿De qué hablas?

-Solo disfruta, Cariño.

Antes De Que El Otoño Llegué Donde viven las historias. Descúbrelo ahora