Final chapter.

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Este amanecer ya es algo frío, apenas son inicios de otoño pero parece que estamos a mediados de la temporada invernal, la ausencia de Ares comienza hacer presente y eso que aún está a mi lado, nos fuimos a la cama justo cuando ya estaba amaneciendo, platicando de su primera impresión mía, la de él hacia mi, etc, nos besamos, platicamos, nos volvimos a besar, etc; en este preciso momento mi mente está enfocada en contar los minutos restantes a su lado, disfrutarlos cada vez más, ya que en 9 horas exactas, el estará cruzando la puerta de embarque hacia otro estado, en otro país, mi corazón y el iran por el mismo rumbo salvo que mi cuerpo se quedará aquí. Decido levantarme de la cama y dirigirme a la cocina, preparar el almuerzo y llevarlo a la cama, huevos, Hot cake, zumo de naranja y un mamut que encontré en la alacena, este su postre favorito, al llegar a la habitación me sorprende que la marmota aún no se haya despertado, decido colocar el desayuno en la mesita de noche Ares con todas su fuerzas me eleva y me atrae hacia el recostandome en su pecho.

-¿Por qué no me habías dicho que prepararías el almuerzo? Hubiésemos comenzado con los besos.

-En menos de 9 horas tienes que estar en el aeropuerto, necesitas descansar y terminar de preparar las maletas.

-Ya todo está listo, todo empacado, papeles, además no es momento para comenzar a recordar que me marcharé, anda almorcemos juntos, entremos a la piscina y disfrutemos.

-Como digas Arnold.

Los minutos pasaban rápidamente, para cuando me di cuenta ya era el medio día, el calor del otoño estaba a tope, quizás entre los 30 ó 34° y eso que podía aumentar más, poco a poco comenzaron a llegar invitados para despedirse de Ares, tíos, amigos, colegas del hospital, Arnold se estaba comenzando a sentir abrumado, con sólo verle el rostro podia deducir que la estaba pasando mal.

-Arnold..

-¿Si?
sus ojos me miraron fijamente

-¿Te apetece si nos vamos a otro lugar?
Le dije colocando ambas manos sobre su rostro, antes de darle un cálido beso.

-Estaba esperando a que lo propusiera, señor Esixea.

-¿Señor Esixea?

-Anda, abandona la piscina, tienes 10 minutos y el tiempo corre.

Poco después ambos estábamos en la puerta de la cochera, Ares se había vestido con una bermuda, vans, una playera Manga corta tipo polo y gorra, mientras que yo iba en short, medias deportivas, unos Nike court mid 2 y una playera negra.

-yo conduzco, tú solo disfruta el paisaje.

Ares accedió tomo el lugar del copiloto y me miró conducir, mientras me alejaba de la ciudad y tomaba una de las carreteras solitarias ares acerco su mano a mi short e introduzco si mano dentro de mi calzoncillo.

-Ares, no sigas, voy conduciendo, debo ir atento al trayecto y al volante.

-¿Recuerdas cuántas veces te he dicho que no me llames Arnold? -- su dedo índice se coló debajo de mis testículos situándose en mi ano-- Serás castigado por ello.

Pronto mi short estaba en mis rodillas, Ares comenzó a lamerme mis testículos y luego el pene, su índice aún estaba situado en mi ano jugueteando haciendo círculos, yo aún conducía pero ya no prestaba atención al trayecto, comenzó el juego, adentro, a fuera, a dentro, a fuera, garganta profunda y otra vez, a dentro a fuera, el índice se introdujo y comenzó a realizar círculos en mi pared anal, un breve choque eléctrico recorrió todo mi cuerpo...

Antes De Que El Otoño Llegué Donde viven las historias. Descúbrelo ahora