diecinueve

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La ceremonia estaba por empezar, Harry estaba muy nervioso, el no conocía a ninguno de los invitados, solo Ron lo acompañaba, estaba de pie frente al altar, traía un precioso esmoquin negro, con un delicado moño blanco haciendo juego con la camisa, intento peinar su cabello lo mejor que pudo, la gente ya estaba tomando su lugar para la ceremonia, el ministro ya había llegado, Narcisa y luna se acomodaban al frente.

Se abrió la puerta que daba al jardín y aparecio Lucius, de su brazo traía a Draco, ese hermoso ángel que desde el primer encuentro le había robado el corazón a Harry y se sentía dichoso de que se convertiría en su esposo.

Draco necesitaba controlarse, no podía dejar de llorar y ya iba rumbo al altar, cada paso que daba era una clavo en su ataúd, sabía que le esperaba una vida de miseria y tristeza porque no amaba a ese hombre y no iba a soportar convivir con el todo el tiempo.

La ceremonia fue preciosa, Narcisa no pudo contener las lágrimas, sabía que su hijo se estaba sacrificado por ella y por su familia, pero ella en el fondo de su corazón sabía que su hijo iba a ser feliz.

Una vez terminada la ceremonia y unidos en matrimonio, Harry y Draco hicieron su primer baile como pareja
-soy tan feliz de que por fin seas mi esposo- dijo Harry pero Draco solo sonrió.

Terminaron el baile y Blaise se acercó a Draco. -necesito hablar contigo, me permites un momento?-
Draco se extraño y lo invito a pasar a la casa
-sucede algo?-
Blaise estaba demasiado nervioso -no sabía si decirte esto no sé que puede ser muy peligroso-
-habla me estás asustando- reprendió Draco

En ese momento Ron entro a la sala, iba a buscar el baño pero en un pequeño pasillo escucho voces y por curiosidad se acercó a escuchar, grande fue sus sorpresa al ver a Draco y al hombre que había preseycimo su amigo charlando

-Cedric me busco en la mañana- confesó Blaise
Draco estaba en shock, como era posible que después de mucho tiempo haya aparecido
-me dio está carta, dijo sacándola de su saco y se la dio a Draco -no creí que fuera prudente dartela, se que lo buscan los aurores, que es muy peligroso- pero Draco dejo de escuchar y se dispuso a leer la carta.

Una vez que finalizó su lectura, sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas -necesito ir a verlo, necesito que me diga las cosas de frente-
-pero como piensas escaparte Draco, no sería mejor que le dijera a Víctor para que mande a los aurores por el?- Blaise ya estaba asustado
-por favor, la playa está muy cerca, necesito ir, no le digas nada a Víctor- suplicó Draco
Blaise accedió -esta bien pero si en una hora no regresas le diré a Víctor y todos los aurores estarán ahi- amenazó
-no sera necesario, saldré por la puerta de servicio, cubreme por favor- y se encaminó a la cocina.
Blaise salió de nuevo al jardín pero no se percató de que en una esquina estaba ron y habia escuchado absolutamente todo.
Ron no perdió tiempo y salió tras Draco, lo siguió a una distancia prudente.

Corrió lo más rápido que pudo, cuando estuvo lo suficientemente cerca, lo vio ahí, tan guapo como siempre estaba sentado en la arena observando el mar.
Cedric estaba desesperado, en ese momento sintió una presencia y se levantó, y ahí estaba su ser amado, pero para su desgracia Lucia un elegante traje de bodas, inmediatamente sus ojos se llenaron de lágrimas y empezó a negar con la cabeza, Draco se paró frente a el
-¡Me acabo de casar!- le gritó con voz llorosa
El mundo se derrumbó para Cedric y se dejó caer en la playa
-¡No!..... Porque Draco, porque, cómo pudiste hacerme esto!- su corazón se estaba partiendo en mil pedazos, empezo a golpear en la arena

-¡Que querías que hiciera?.... Me abandonaste.... Me engañaste, dónde quedó todo el amor que me jugabas?!.... Te fuiste sin mi..... Me abandonaste, después de todo lo que había pasado entre nosotros!! Solo me usaste.... Yo estuve a punto de abandonar a mi familia y dejarlo todo por ti!!- grito con toda la furia acumulada en su corazón

El amor que yo soñé Donde viven las historias. Descúbrelo ahora