El amor que yo soñé

Dieciséis

Harry no cabía de la felicidad, Draco por fin había aceptado ser su novio, el siguiente paso era convencerlo para que aceptará casarse con el.
Su vida siempre había sido muy triste, fue criado por su abuelo, nunca conoció a su papá y se enteró muy tarde de quién era su padre así que él quería formar su propia familia cuanto antes.

Entraron a la mansión, y rápidamente Harry solicito hablar con el matrimonio Malfoy para informarle las buenas nuevas.

Lucius estaba mas que satisfecho, todo estaba saliendo conforme a lo acordado y pronto la ruina en la que habían caído desaparecería para siempre.

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Neville no había quedado conforme con lo que le habían dicho de su compañero Cedric, no creía que hubiera sido tan poco hombre para solo haber utilizado al joven del que estará enamorado, empezó a investigar con sus compañeros hasta que escucho a su jefe decirle a un par de aurores más experimentados del traslado a Azkaban que en un par de días se iba a llevar a cabo.

Así que se arriesgo y siguió a uno de ellos hasta las mazmorras

-Diggory, en un par de días te llevaremos a Azkaban, y ahí te vas a pudrir hasta el final de tus días.

Neville quedo estático, nunca se imagino que todo esté tiempo Cedric estuvo encerrado en las mazmorras incomunicado.

Se aplicó un hechizo desilusionador y se oculto lo más que pudo en un oscuro rincón, espero a que el auror se fuera para acercarse a la celda donde estaba Cedric.

-¡No lo puedo creer, lo que te han hecho es inhumano!- exclamó una vez que lo vio, estaba todo sucio y más delgado de lo habitual.

-Neville, cómo me encontraste? ¿Que haces aquí?- estaba sorprendido, creía que ya todo estaba perdido y verlo ahí le devolvió la esperanza

-escuche al jefe decir que tenían a un prisionero en las mazmorras y como habías desaparecido, no creí la versión que nos dió a todos- le explicó, -asi que seguí al auror que acaba de ir y te encontré -

-no sabes lo que esto significa para mí, tienes que ayudarme a salir ¡necesito buscar a Draco, necesito explicarle porque desaparecí!- suspiro -no sabes cómo lo extraño- su voz se apago en un suspiro

-el día que desapareciste el vino a buscarte - Cedric levantó la cabeza -el jefe le dijo que te habías dado de baja de la academia y que te habías ido lejos, a Irlanda, al principio, lloro mucho eh hizo un escándalo pero su padre vino por el y se lo llevó- le platico Neville

Cedric ahogó un sollozo, no podía creer la maldad de la gente.
-Por favor Neville ¡Sácame de aquí!- grito aferrado a los barrotes
Neville le dijo que lo esperará, que iba a buscar las llaves de la celda a la oficina del jefe.

Subió de nuevo hasta donde se encontraban las oficinas, en ese momento su jefe salió de la oficina y como la secretaria no estaba entro a buscar las llaves, urgo en todos los cajones posibles, tenía el tiempo encima y por fin en el cajón de abajo las encontró, salió rápidamente de la oficina, cuidando el no ser descubierto y bajo de nuevo a las mazmorras

Busco e intento con todas las llaves que llevaba hasta que por fin se abrió el candado.

-Voy a dejar el candado sobrepuesto, me voy a ir de aquí y vas a salir, tienes que tener cuidado de que no te atrapen- le explicó

-¡Gracias, de verdad muchas gracias, no sabes lo que esto significa para mí- le sonrió

Neville le regreso la sonrisa y salió de las mazmorras.
Cedric espero unos minutos que se le hicieron eternos, tenía que ser muy precavido, le habían quitado su varita y no tenía con que defenderse, si lo atrapaban sería hombre muerto.
A paso lento avanzo entre la oscuridad, a paso firme sin mirar atrás, estaba a punto de salir de las mazmorras cuando un estudiante que iba en el mismo curso que el y que ya lo había custodiado anteriormente, lo vio, Cedric como pudo lo aventó, le quitó la varita y salió corriendo, el joven empezó a gritar -¡El prisionero ha escapado!, Y todos los aurores se pusieron en marcha para buscarlo.

Neville vio todo el alboroto que se había echo y enseguida supo lo que había pasado, se puso en marcha y empezó a buscar a Cedric, para su buena suerte chocaron en un pasillo.

-no puede ser, cómo te descubrieron??- lo cuestiono
-no hay tiempo Neville, ten -le dió la varita que le había quitado al auror- necesito que me lances un desmaius, y hazme un favor, busca a Daco y dile lo que está pasando, no quiero meterte en problemas, ya no puedo avanzar más, todos me están buscando y no puedo ir más lejos- escucharon pasos que se acercaban y Neville hizo lo que le dijo, inmediatamente llegó el jefe de autores
-Señor lomgbottom, ha atrapado al prisionero, que eficiente es usted- le felicito- en agradecimiento será usted uno de los dos encargados en trasladar al prisionero a Azkaban- neville no creía su suerte
-Se lo agradezco señor, no lo defraudaré - y con esto su cabeza empezó a maquinar un plan para ayudar a Cedric a escapar.

Por la tarde, procedió a buscar a Draco, llegó a la mansión, la cerca estaba abierta, no podía creer su suerte, se adentro por los jardines y se oculto en un arbusto, en ese momento la puerta principal se abrió dejando ver a un joven bien parecido salir por ahí, detrás de él iba saliendo el rubio, Neville noto que iban tomados de la mano, una vez que llegaron a las pequeñas escaleras que daban el jardín, el pelinegro tomo entre sus brazos al bello rubio, este no puso resistencia, al contrario, le sonrió y después procedieron a besarse.
No podía creer lo que estaba viendo, el rubio ya se había olvidado de su amigo y ya tenía un nuevo amante. Se agachó un poco más ya que el pelinegro se dirigía hacia la salida y lo podría ver, después lo siguió a una distancia prudente para poder salir de ahí y una vez que lo hizo se apareció en el cuartel de autores, no sabia cómo le iba a decir a su amigo lo que había descubierto.

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Draco estaba cansado de fingir un amor que no sentía, el pobre de Harry se conformaba con tan insignificantes muestras de amor como que le agarrara las manos, un simple beso, aún que los besos ya empezaban a ser más comprometedores, por eso no los alargaba más de lo necesario.

Estaba observando la bellísima argolla que llevaba en su dedo, el diamante era enorme y brillaba en todo su esplendor, esa tarde Harry le había propuesto matrimonio y Draco no quería aceptar pero una sola mirada de su padre lo hizo decir que si, así que a partir de ese momento su vida empezó a cambiar drásticamente, en tres meses se uniría en matrimonio con un hombre que no amaba y que pasaría con el el resto de su miserable vida, sabía que él nunca iba a ser feliz pues el recuerdo de Cedric lo perseguía día y noche.

Neville le contó a Cedric lo que había visto, al principio no lo creyó pero el se ofreció a darle sus recuerdos para que lo pudiera ver con sus propios ojos -lo están obligando, por eso lo hace- muy en el fondo Cedric mantenia la esperanza de que Draco no lo había olvidado. Así que se dispusieron a armar el plan para poder liberar a Cedric de un destino fatal.
Esa noche lloro como nunca y se prometió a si mismo que iba a recuperar a Draco costará lo que costará.

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