El amor que yo soñé

treinta y dos

La tarde había pasado de lo más pacífica, tenía mucho tiempo que no disfrutaba de un día tan tranquilo, comieron, salieron a caminar por el jardín y ya cuando estaba anocheciendo, Minerva les había comentado que tenía que irse esa misma noche para llegar a primera hora al ministerio, no le gustaban las apariciones y prefería disfrutar de un viaje tranquilo, Cho y Cedric se quedaron solos en esa pequeña casa.
Cho estaba recostada en su cama, no podía dormir, se sentía por primera vez feliz de no estar bajo la supervisión de su mamá, dio vueltas por la cama y decidio salir, tocó la puerta de enfrente y Cedric le habrio
-Qué pasa, no puedes dormir?- le pregunto una vez que abrió la puerta, verlo ahí sonriendo la hizo sentir muy afortunada
-no, no puedo dormir, por primera vez en muchos años me siento libre- Cedric la dirigió hacia el interior de su habitación y ambos se sentaron en la cama -desde muy pequeña empecé a sufrir sangrados, al principio mi madre pensó que era normal hasta cierto punto, después me llevo con los medimagos y empezaron a investigar la causa de mi enfermedad, resulta que tenía leucemia, una enfermedad muggle, Yaque yo tengo familia muggle y pues el mundo se nos derrumbo, empezamos la travesía de experimentar diferentes tratamientos y empezó mi sufrimiento- Cedric la escuchaba atentamente, ahora podía entender porque para Cho todo eso era tan importante - nunca pude salir o tener amigos, menos un novio- sonrió -hasta que mi madre se casó con el señor Creevey, colín y Dennis se convirtieron en mis únicos amigos- le tomo el rostro con sus manos, -y luego te conocí a ti y por primera vez supe lo que era el amor- se acercó lentamente y lo besó, un beso tierno y bonito, este era un nuevo comienzo en la vida de Cedric y por primera vez iba a luchar por hacer feliz a alguien más, no le iba a importar las consecuencias, quería ser feliz y lo iba a dar todo de el. Cho se subió a horcajadas en el y el beso empezó a subir de tono, Cedric se separó poco a poco - pequeña no quiero lastimarte- juntaron sus frentes y ambos sonrieron.
-Esta bien, pero después de la boda no te salvas guapo- y se quedaron ahí juntos disfrutando de ese bello momento.

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Draco y su familia se quedaron a pasar la noche en una pequeña posada cerca del pueblo, aún no sabía cómo le iba a explicar a su madre todo lo sucedido, al final de cuentas el había sido culpable por haberle ocultado a Harry que Cedric estaba ahí.
-tranquilo Dragon, necesitas estar bien por tu bebé, piensa en el, todo tiene solución,ya lo veras- dijo Andrómeda tiernamente
-no lo sé tía, Harry estaba demasiado dolido con todo esto- luego dirigiéndose a James le dijo -usted no debería estar aquí, su lugar es junto a su hijo, y no me malinterprete pero el no tenía derecho de tratarlo asi- James solo agachó la mirada
-no se preocupe por mi joven, ya veré yo a dónde voy- le dijo tristemente, sabía que Drsco tenía razón.
-como pretende que usted va a estar lejos de su nieto? Usted viene con nosotros- le dijo dulcemente
-nieto?- pregunto Andrómeda que no entendía todo lo que decian
-si tía, James es el papá de Harry, el le dió la vida- Andrómeda estaba boquiabierta
-esto si que es una sorpresa- comentó todavía sorprendida y James les empezó a contar su historia nuevamente.

Muy temprano salieron rumbo a la mansión Malfoy, Draco era un manojo de nervios, aún no sabía que les iba a decir a sus padres del porque estaba ahí y sin harry.
Una vez que llegaron Narcisa estaba muy sorprendida, aún estaba en su habitación cuando Dobby le indicó que sus hijos y su hermana se encontraban ahí.
-Que sorpresa verlos por aquí tan temprano- miro todas las maletas que estaban bajando del coche -a que debo el honor de su visita?- pregunto abrazando a su pequeña luna
-Draco viene aquí a cambiar todo su guardarropa, cuando le crezca la barriga la ropa que tiene no le quedará, así que hemos venido a ver a madame malkin para encargar ropa de maternidad- dijo cantarinamente luna y todos quedaron boquiabiertos pues Draco ni siquiera sabía que excusa iba a poner
-asi es madre por eso todas las maletas- sonrió nerviosamente -ademas eh venido a hacerme una ecografía mágica para ver cómo va mi bebé- dijo tiernamente
La expresión de Narcisa se suavizó -pasen, pasen por favor, y tu marido?- a Draco se le borro la sonrisa
-no pudo acompañarnos madre, quizá nos alcance mañana- mintió y sus ojos se humedecieron.
Una vez dentro los elfos se apuraron a subir las maletas a las habitaciones, Lucius que no estaba aprecio por la chimenea y se sorprendió de ver a Draco ahí
-Que sucede? Por qué estás aquí?- le pregunto
-viene a chequeo y a comprar ropa para su nueva etapa- dijo una ingenua Narcisa.
Lucius al ver la expresión de temor y nervios que tenía Draco no creyó nada de lo que Narcisa le dijo -ven conmigo a mi despacho Draco- y se dio media vuelta con Draco detras de el. Una vez que ingresaron al despacho, Lucius no le dio tiempo a Draco de nada -legeremens- y aunque draco trato de evitar que Lucius viera todos sus recuerdos, su agotamiento termino por ceder y Lucius pudo ver a Cedric en la hacienda, la vez que se habían besado, cuando hacia el amor con Harry y luego cuando estuvo a punto de engañarlo con Cedric. Lucius no resistió más ver todo eso y salió de su mente, inmediatamente le dio una cachetada -¡Eres un imbecil Draco como se te ocurre meter a tu amante a casa de tu marido!? Sabes lo que esto significa?! ¡Tienes que solucionar esto a como de lugar! ¡Necesitamos ese dinero!- le gritó furioso
-¡Claro el dinero, eso es lo único que te importa! Pero ni siquiera sabes cómo me siento yo? Harry no quiere saber nada de mi, nada! Y todo esto no hubiera pasado si me hubieras dejado ser feliz con Cedric y no haberme hecho que me casará con un completo desconocido!- contraataco Draco
-no me importa lo que tengas que hacer pero te tienes que reconciliar con el- y dejo a Draco ahi solo en el despacho llorando como nunca.