El amor que yo soñé

treinta

Cedric y Cho llegaron a una pequeña comunidad mágica, un tanto alejada del pequeño pueblo donde vivían, ahí en esa comunidad vivía la madrina de Cho, Minerva Mcgonagall, una dulce anciana que al verlos ahí se sorprendió mucho, no entendía porque su ahijada había llegado con ese joven y no con su familia.
-cho por favor puedes explicarme que significa esto?- pregunto
Cho volteo a ver a Cedric quien capto lo que quiso decir con la mirada -voy a estar afuera, con permiso- y salió de la pequeña casa
-Madrina, antes de llegar al pueblo, el medimago me dijo que mi enfermedad había regresado y está vez en una forma muy agresiva, querían mantenerme internada y probar con un nuevo tratamiento, pero si el anterior no hizo efecto menos este, además, los médicos muggles me daban un medicamento demasiado agresivo que hizo que se me cayera el cabello, yo ya no quiero pasar por eso- dijo cho entre lágrimas -por eso me escape, mi mamá quería llevarme de vuelta al mundo muggle, porque el medicamento de ahí es un poco más bueno para mí enfermedad pero ya no quiero, quiero vivir como yo quiera lo que me resta de vida, así se un mes o una semana, pero yo quiero ser feliz, yo me enamore de Antony y me quiero casar con el-
Minerva estaba conmocionada, Cho era una hija para ella y su prioridad era hacerla feliz
-te voy a apoyar mi niña- la miro tiernamente -tus padres que opinan de esto?-
Cho agachó la mirada -me escape madrina, ellos no saben a dónde fui- no podía mirar a su madrina a los ojos
-Quiero hablar con el joven Antony por favor, para tomar una decisión- Cho, asintió y salió para hablar con Cedric, lo encontró sentado en las pequeñas escaleras de la entrada, se sentó a su lado -oye guapo, mi madrina quiere hablar contigo- Cedric la miro y le sonrió -muy bien pequeña, yo también necesito hablar con ella- Cho enarco una ceja -y tu de que quieres hablar con ella?- le pregunto con una sonrisa
Cedric volteo su mirada al frente - contigo también necesito hablar pequeña, quiero decirte la verdad, mi verdadero nombre y de dónde vengo- Cho abrió mucho la boca
-tu verdadero nombre?- pregunto
-si, no soy quien tú piensas, pero tranquila, no soy mala persona- volteo de nuevo a mirarla, ella solo le sonrió, tomo su rostro entre sus manos y le dió un tierno beso
-no me importa quien seas, yo confío y creo en ti- Cedric le dió un casto beso y se levantó
-voy a hablar con tu madrina entonces- y se adentro en la pequeña casa
-señora Minerva, buenas tardes- Minerva lo estudio y lo miro de arriba a abajo
-deseo saber cuáles son sus intenciones con mi ahijada- Cedric estaba demasiado nervioso pero aún así quería hacer las cosas bien
-quiero empezar diciéndole que mi verdadero nombre es Cedric Diggory, no Antony, soy prófugo de la justicia, ya que me encarcelaron injustamente, así que decidí huir- está confesión tomo desprevenida a Minerva estaba tan sorprendida por la sinceridad de ese joven, así que lo escucho atentamente.
Cedric le relato todo lo que le había pasado desde su encierro injustificado en las mazmorras y su fuga antes de su encierro en Azkaban, y como se hizo pasar por otra persona para entrar a trabajar en la hacienda Riddle.
-vaya, no lo puedo creer, eso fue muy injusto- dijo Minerva -yo tengo mucha influencia en el ministerio joven Diggory y lo puedo ayudar a limpiar su nombre, pero para esto necesito pedirle un favor- Cedric estaba muy sorprendido -cual sería ese favor?- pregunto
-que se case con mi ahijada y la haga muy feliz lo que le queda de vida-.

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Por la tarde el matrimonio Creevey fue a casa de Harry, estaban desesperados, Colin había encubierto a su hermana en su huida, les dijo que se encontraba un poco cansada y no permitió que nadie entrara en su recamara, y el se encargaba de subir los alimentos que supuestamente eran para Cho, pero por la mañana su madre subió a ver a su hija y grande fue su sorpresa al encontrar la habitación vacía. Inmediatamente fue hacia la habitación de Colin exigiendo una explicación y al principio el parecía reacio a contestar pero cuando vio que su madrastra estaba tan destruida le confesó que Cho había huido con el jefe de seguridad de la hacienda Riddle, así que decidieron ir con el para saber si tenían información de dónde podrían estar.