Tire mi camisa rota al basurero y desordene todo lo de mi maleta en el piso buscando otra camisa que sirviera para cambiarme. El aroma de Graham era uno que no deseo que se quede sobre mí más tiempo. Escuchando la puerta del dormitorio abrirse recuerdo que dejé a Graham sin camisa y tal vez regreso a cambiarse o ser el mismo idiota que busca la camisa que le quite.
No dice nada y solo se escucha la puerta de su habitación abriendo y cerrándose, porque tiene que ser así, quisiera que el Graham que odie durante tanto tiempo regresara, no puede ser cierto que alguien como él pudiera hacerme sentir algo. Me quito a jalones su camisa aventandola a la pared mientras me tiro al piso y me quedo plasmada viendo el techo cerrando mis ojos lentamente.
Al abrirlo mi vista se topa con el pecho de Graham y lo empujó cayendo de nuevo al piso, me dolería más el golpe si no fuera que prefiero eso a estar cerca de él, además que porque estaría dentro de mí habitación viéndome sin camisa y cargandome.
—Torpe, ahora tendrás un moretón en tu descerebrada cabeza. —se agacha frente a mí haciendo una sonrisa burlona que hace latir mi corazón— Vamos, levántate.
—¡Aléjate! —me arrastro hacia atrás colocando una mano en mi pecho intentando detener los latidos acelerados.
—Que necia eres, ¡levántate de una buena vez o tendré que patearte hasta la cama!
—¡Simplemente vete si tanto te molesto!
—¡Quisiera, pero Irvin me prometió romper mis productos de belleza sino te subía a la cama! —Me levanto del suelo recostandome en la cama y girando hacia él, molesta.
—¿Contento? Ahora vete.
—Como quieras necia —se marcha cerrando la puerta.
—¡Cretino! —lanzó una almohada a la puerta haciendo una mueca de felicidad que borró rápido al darme cuenta.
Irvin todavía todavía no llegaba y ya era muy tarde, encendí mi teléfono viendo varias llamadas perdidas de él, seguramente no le conteste y decidió llamar a Graham para que me checara. Viendo rápido sus mensajes me avisa que se quedara con su novia esa noche, que maldito presumido. Como su vida va perfecta no tiene pensado volver aquí esta noche.
Siento mi estómago vacío y decido salir a buscar algo de cenar, Graham esta besándose con una chica en la cocina frente a la nevera que ni siquiera me nota hasta que toco su hombro pidiéndole que se mueva porque deseaba algo de ahí. La chica con la que se besaba no le pareció nada agradable mi presencia y me grito que me alejara.
—¡No molestes, perra! Será tu turno cuando termine de probar al bombón.
Graham no hizo nada, algo que me pareció bien porque no necesito a un chico que me defienda y menos a una chica diciéndome "perra". Todos tienen el concepto de que si una chica esta en el dormitorio de un chico es solo porque quiere con él, pues adivina que chica que no es la de esta mañana en la escuela con la que se besaba Graham. Yo no soy de esas.
Tomándola del cabello la arrastre hasta la puerta aventandola y pidiéndole que se marchara, de algo sirvió practicar artes marciales un tiempo. La chica no discutió y abrió la puerta para irse. Eso no tuvo contento a Graham, su único problema es que no me lmporto y lo empuje de la nevera para abrirla; sacando lo necesario comencé a picar la comida.
Sin más opción, se sentó frente a mí viéndome cocinar algo que ni yo entendí que era. Su risa me dio a entender que era muy mala en esto que se levantó de la silla caminando hacia atrás de mí y tomándome de mis hombros para detenerme.
—Siéntate. Es claro que no sabes que hacer con esto y podrías matarte. —me suelta ligeramente, haciéndome a un lado empieza a tomar cosas de todos lados.
No tardo tanto en tener un delicioso platillo listo, me lo extendió limpiando sus manos y suspirando mientras decía que su entretenimiento de la noche se terminó, entró a su habitación y me dejo comer a gusto. Le di el primer bocado con miedo, no espere que algo preparado por Graham me gustará, su sabor era exquisito. Una habilidad oculta que no sabía de él y es para aplaudir.
Antes de dormir me puse a guardar mis cosas que tire por todos lados; casi acabando me encuentro con la camisa de Graham que sigue ahí, creí que cuando entro la tomó, pero con este tiradero ni siquiera yo podría haberla encontrado. La guardo en los cajones que me dejo Irvin hace tiempo y que me negué a usar durante un tiempo. Terminando me percate que falta mi tarjeta de identificación para la entrada y salida de la escuela como dormitorio.
Ese cretino de Graham se la llevo, y lo peor de todo es que mi fecha de cumpleaños viene ahí. Mi salida de los dormitorios ahora depende de él. Siempre llevo esa tarjeta en mi camisa o funda del teléfono para no olvidar y ese idiota la tomó como si fuera de él. No podía hacer nada hasta la mañana siguiente, molestar a los demás dormitorios con los gritos de ambos no era una opción después de todo lo que pasó en el día.
La mañana siguiente me terminé de alistar y me quedé sentada esperando a que a Graham se le ocurriera levantarse porque el cretino cerró su habitación con seguro por obvias razones. Al verlo salir me levanto extendiendo mi mano frente a él, espere que esto no se complicará, pero es Graham, todo es una cuestión de problemas unidos y solo choco mi mano.
—No seas un cretino y regresame mi credencial escolar —quito su mano de la mía extendiendola más cerca de él.
—Que la perdieras no es mi problema, ahora hazte a un lado —sonríe falsamente rodeandome.
—¡Deja de fingir! No podré salir del dormitorio y tampoco de la escuela si no la tengo —digo volteandome molesta.
—Que parte de que no me interesa no entiendes. Yo no te quite nada, que necia eres por las mañanas —abre la puerta y lo sigo antes de que se cierre.
Todos el camino al elevador hasta la salida le insisto en que me la regrese y él no borra su palabra de que no la tiene. Fuera cierto o no, recuerdo muy bien tenerla en mi camisa la tarde anterior en la organización de los estands. Deteniendome a pensar recordé que se cayó en el momento que se rompió mi camisa, no puede ser peor. Ahora le debo una disculpa a Graham y tendré que pedirle ayuda para entrar al dormitorio. Las clases serían largas mientras pienso en como hacer ambas cosas sin humillarme ante él.
No quería hacerlo hasta estar segura que no encontraría mi credencial. En la hora del almuerzo salí al patio donde los estands y me puse a revisar cerca de ahí en el pasto o en el mismo puesto donde sucedió eso. No comí nada antes de las siguientes clases y para terminar la credencial no se encontraba. En la hora de salida lee pregunté a Irvin si la vio y la misma respuesta que esperaba "no".
Siempre tuve mala suerte desde que llegué a esta escuela, pero ahora no poder salir de ella me hará volverme totalmente loca.
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Enemigos Del Amor
Novela JuvenilUna relación depende de un hilo muy ligero, se puede trozar tan fácil o se pueden caer de él. A veces también se necesita saber si estas listo o no para estar con alguien. Erin no odia la escuela, pero si hay dos razones por las que desearía dejarla...