'Graham no pudo evitar ver la angustia de Erin, que los últimos minutos de la clase pidió permiso para salir. Se dirigió al lugar y como Erin, él tampoco encontró nada. Era la hora de salida cuando terminó de revisar, caminando de regreso se encontró con un chico que parecía conocer a Erin porque lo ayudará a dar su primer beso metiendolo en una de las cabinas'.
—Eres amigo de Erin, ¿no? Supuse por lo que hiciste por ella la última vez.
—¿Qué quieres?
—Encontré esto ayer después de que terminó la hora de organización —le extiende la credencial de Erin y sonríe tomándola.
—Gracias, te debo una. No le digas a nadie, te lo agradecería aún más.
'A punto de guardar la credencial ve los datos de Erin notando que su cumpleaños es el día siguiente, no entendía porque Irvin no le preparo nada, al menos que ni siquiera él supiera sobre eso, guardandola se fue a buscarla y fingir que no vio nada'.
Ya revise los lugares donde podría estar la credencial, es claro que no la tengo y casi salimos como para pedir otra ahora. Mi vista no se separo del suelo y sin saber donde estaba Graham, me senté afuera del edificio de los dormitorios a esperarlo porque sino me seria imposible entrar. Aproveche ese tiempo pensando en miles de maneras de disculparme con él por creer que la tenía y pedirle que me ayudara durante este tiempo que faltaba.
Paso un largo rato hasta que regreso serio, ya casi caía la noche, como es que puede una persona tardar tanto en querer cambiarse ese uniforme. Irvin tampoco dio señales ni porque lo llame continuamente, incluso cuando contestó solo me dijo que estaba ocupado y colgó. Graham me observo por un segundo siguiendo su camino y lo detuve poniéndose frente a él.
—¡Espera! Tengo que decirte algo.
—Sí, yo igual.
—Bien, pero yo primero, que sino me arrepentiré —aclaro mi garganta cerrando mis ojos con fuerza— ¡Lamento haber pensado que tú robaste mi credencial! Por favor ayúdame a entrar y salir de los dormitorios durante todo lo que queda de clases.
—Eso es ... mucho tiempo —observo que saca su mano de su bolsillo y veo la posibilidad de que me diga que no— Esta bien, con la condición de que te tendrás que adaptar a mis horarios y no me dirás idiota ninguna vez más.
—¿Qué? ¡No! —Arquea la ceja insinuando que miento y suspiro molesta haciendo los ojos hacia arriba— Aceptó, aunque sepas que no te digo idiota.
—Claro que sí. En esa cabecita tuya —sonríe dándome palmaditas en mi cabeza.
Si tuviera mi credencial no tendría que aguantarlo ni un segundo más, pero no hay otra manera. Lo seguí al dormitorio y mientras me cambiaba para salir, me lo encontré comiendo a gusto en la mesa de la cocina. El aroma era delicioso que recordé que no comí nada antes, pidiéndole un poco me señaló la comida que dejó para mí.
Aceptar sus reglas no sonaban tan mal al final, podría acostumbrarme a su carácter serio y atento a la vez. Me senté frente a él comiendo, cada bocado se derretía en mi boca por lo bueno que sabía. Ese sentimiento de felicidad desapareció cuando me negó ayudarme a salir del edificio, él no quería levantarse y yo deseaba aire fresco.
Sus palabras fueron las que me hicieron molestar más. "Abre la ventana si quieres aire fresco". Entre a mi habitación azotando la puerta y por alguna razón abrí la ventana, no era lo mismo que caminar afuera, pero no podía quejarme. En la noche me quede dormida que ni siquiera quise cenar, estaba tan cansada de lidiar con Graham que no pensé en otra cosa que no fuera eso.
Levantándome en la mañana, salí de la habitación, Irvin durmió aquí, pero no lo note por lo profundo que termine cayendo dormida. No había nadie en la habitación, era fin de semana, tampoco deseaba estar en otro lado que no fuera aquí por mi cumpleaños. Lo que me sorprendió fue que al salir me encontré con varias tiras de papel pegas al techo.
Camine por todas ella sin saber que eran, toque la puerta de Graham y no contestó nadie, pensé que dormía, pero resulta que era en serio el no poder salir de ahí. Busque algo de beber en la nevera y al abrirla una nota estaba pegada en mi bebida favorita. «¿Qué diablos es esto? Y porque el dormitorio parece fiesta infantil...»
—Feliz cumpleaños, ahora ponte lo que esta en el gabinete y sal con la credencial.
Esto debe ser una burla, no tengo credencial para salir. Abro el gabinete que se ve ligeramente abierto y encuentro una caja con una camisa, una chaqueta con mis iniciales y un short. Debajo de todo veo mi credencial, salto de la emoción al tenerla y la idea de seguirles el juego no me parecía tan mal ahora.
Me puse la ropa y salí del dormitorio al ascensor, entrando vi otra nota que me indicaba ir a una dirección afuera de la escuela. Este juego fue divertido, que cuando llegue no esperaba ver a Irvin afuera esperándome. Me dio un abrazo preguntando porque le escondi mi cumpleaños, su sonrisa me mostró que no estaba molesto y no lo estaría. Me llevo adentro, todos parecían celebrar con felicidad. Fue un poco extraño ser tratada como una más de todos y a la vez divertido porque supe que tambien podia pasarmela bien en esa escuela de locos.
Entre la multitud busque a Irvin para agradecerle, pero me llevaron a bailar y perdí el tiempo hasta que por fin logré librarme. Al encontrarlo nos dirigimos a un lugar con menos ruido.
—Gracias, Irvin. Pensé que seria un cumpleaños difícil con lo de mi familia... —lo abrazo y él me aparta sonriendo mientras me toma de las manos.
—Me alegra, Erin, pero no fui yo quien organizo todo. A quien deberías agradecer es a Graham, ayer nos contó todo e incluso contrato gente para ayudar y busco lo que máste gustaría. ¿Aún quieres negar que no se gustan?
Irvin me contó todo lo que sucedió y como mi credencial terminó en manos de Graham, se esforzó tanto incluso para elegir mi ropa a mis preferencias. Alejándome de Irvin busque entre toda la gente que había a Graham, quiero creer que lo que pensaba hacer era porque sería la respuesta a la pregunta que Irvin me hizo.
Encontrándolo, me acerque corriendo para besarlo, en vez de apartarme, me tomó de la cintura y espalda evitando que me alejara. Estaba besando a Graham por voluntad propia, el sabor a menta de su boca no lo percibí, quise creer que era normal hasta que se alejo de mí y escuche una voz que no era de él. Al apartarme me di cuenta que me equivoque y Graham presenció todo.
Lo seguí hasta perderle de vista, como pude equivocarme en ese preciso momento. Irvin intento consolarme y cuando regresamos a los dormitorios toque a la puerta de la habitación de Graham y no contestó, incluso tenía seguro. Lo dejé pasar porque tampoco es que le importará, él lo hace una vez cada tanto. Pero porque me sentía tan mal.
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Enemigos Del Amor
Fiksi RemajaUna relación depende de un hilo muy ligero, se puede trozar tan fácil o se pueden caer de él. A veces también se necesita saber si estas listo o no para estar con alguien. Erin no odia la escuela, pero si hay dos razones por las que desearía dejarla...