Enemigos Del Amor

▪︎Capítulo 25: Segundo Final▪︎

Durante estos últimos días ni Gavin y Kacey fueron a la escuela. Preparan una graduación no debió ser su prioridad y tampoco la mía, pase los últimos días encerrada en mi dormitorio al igual que Graham, con la diferencia que si salía a las clases de cada día, incluso cuando me pidieron a mí. Siendo la persona que más cosas a pasado en la escuela que diera el discurso de despedida.

Me distrajo durante el tiempo que tarde en pensar lo que escribiría y diría hasta que entendí que un pedazo de papel no podría plasmar lo que deseo contar a los demás. Espere que el día llegara, con mi toga que tenía mi estola de honor y el birrete con su borla me preparé para dar el discurso.

Todos estuvieron sentados frente a mí esperando a que les dijera una frase buscada de Internet o algo escrito en un papel, pero con mis nervios las palabras no salían hasta que Graham entró por la puerta junto a Kacey y Gavin. Los tres llegaron este último día en que podremos vernos.

—Les digo que... los errores no son normales, pero tampoco son algo fuera de lo común. Si a mí el primer día que llegue me hubieran dicho que pasaría tantas locuras y heridas jamás habría puesto un pie aqui. Somos adolescentes, aprender a vivir esta en nuestra sangre y no por eso somos mas tontos. Solo soñamos con un futuro digno que nos haga sentir geniales con nosotros mismos.

Recientemente perdí a un amigo, aunque no fue el único en este tiempo se que es al que extrañaré más. Que les digo, todos mis amigos se fueron y algunos literalmente, otros simplemente de otra manera. Mi estadía en esta escuela fue un asco, ¿Qué si me arrepiento? Una vez alguien dijo algo y esa persona estudio aquí.

Si te detienes a pensar, el tiempo no te esperara y terminaras perdiendo lo que tanto tuviste que pelear por avanzar... No lo había entendido hasta ahora y tiene tanta razón, mírense entre ustedes, a mí. El tiempo nos dejó atrás y aún así seguimos corriendo detrás. Me detuve durante un tiempo creyendo que algo importante para mí nunca volvería.

Y aunque no a vuelto, Irvin Taylor Ross me hizo saber que lo hará. No se ustedes, pero estoy lista para seguir aunque eso signifique caerme y levantarme miles de veces.

Gracias por su atención.

Deje el micrófono y la habitación se lleno de silencio, supongo que no era lo que esperaban escuchar, al darme la vuelta planee irme hasta que los aplausos resonaron. Todos sonreían con lágrimas, mientras que mi mente está en lo mucho que le hubiera encantado también a Irvin, a Nolan y por supuesto a Dakota.

Ese día desaparecí de la escuela y me quede fuera de la fiesta de graduación, todos parecían divertirse, al menos eso veía de los chicos que salían de ahí con sus amigos, mirando de lejos sentí la presencia de dos personas acostándose a los costados de mí en el pasto viendo las estrellas.

Gire a ambos lados viendo a Grahan y Kacey, tomaron de la mano. En silencio nos quedamos viendo cada estrella que se iba y las que volvían.

—Irvin hubiera amado ese discurso...

—¿Cómo estás?... —pregunto a Kacey que veo soltar lágrimas con una sonrisa en su rostro.

—Lo extraño.

—Seguiremos adelante. Tal vez no hoy, pero muy pronto sí, sobrevivimos a tantas pérdidas de amigos, que no podamos sobrevivir a la universidad —dice Graham.

—Algún día nos encontraremos de nuevo, espero que ese día sea más feliz de lo que esta siendo este —los tres reímos ante lo que dice Kacey.

Esa fue la última vez que los vi, entre a la universidad y decidí quedarme con mi padre después de las vacaciones, dejé de tener comunicación con mi madre y a veces visitaba a los padres de mi padre biológico, aun no estoy acostumbrada a decirles abuelos, pero ellos lo entienden y me dan mi tiempo.

En la universidad encontré nuevos amigos, pero nunca será igual que antes, tiene algo que nunca se igualará a lo que fue mi amistad con Irvin. Él cual a veces voy a visitar al cementerio y le cuento como cada cita que tuve fue de mal a peor. Desde que me volví mayor de edad y aprendí a conducir tuve citas para dejar de ser enemiga del amor y encontrar lo que nunca perdí, pero se sintió así.

De vez en cuando me encuentro con Kacey que también va a su tumba, esta estudiando medicina por Irvin y no a estado en ninguna relación, aunque si compro dos anillos de compromiso y dejo uno escondido en algún lado de la tumba de Irvin. Cada que le preguntan dice que estuvo casada con el amor de su vida y planea quedarse así durante un largo tiempo más.

Tomamos café de vez en cuando y me dice lo difícil que es ser interno en un hospital, también le cuento sobre como voy con mis estudios y mi plan a futuro de tener mi propio negocio, ya fuera lo que sea. Así fue como nos pusimos de acuerdo que dentro de un tiempo haríamos un hospital en honor a Irvin, después de todo tenemos una futura médica y una futura administradora.

Camino a mi escuela con mis amigos, escucho la voz de alguien detrás mío que hace que me detenga y le pida a mis amigos que entren porque tenía que hablar con alguien. Sus miradas no dejaron de dirigirse a mí, pero solo pude concentrarme en que al darme la vuelta vi a Graham parado frente a mí.

Verlo parado lejos de mí me dio un impulso de correr a él y abrazarlo, no espere que en un segundo a otro él se movería para correr hacia mí. Las circunstancias nunca estuvieron a nuestro favor ni ahora y ni cuando aún estábamos a unos metros separados por las puertas de aquel dormitorio.

Un auto paso lo suficientemente rápido como para terminar con mi sonrisa de felicidad a una que derramó lágrimas mientras llevaban a Graham al hospital. Su mano se movió sosteniendo la mía con fuerza mientras que con la mascarilla de oxígeno y sus ojos fijos en mí me hicieron haber deseado que no hubiera vuelto.

—Te amo ... mono ... no ... llores.

Su corazón dejó de latir y la ambulancia no llegaba al destino, que tan lejos estaba el hospital como para que lo tuvieran que reanimar en la ambulancia. Fueron meses que pasé esperando a que despertara como para que el día que lo hizo me olvidara.

Su memoria se marchó así como el futuro que hubiéramos tenido juntos, si la vida deseaba vernos juntos de nuevo, sería en otra vida. Porque ahora él está casado mientras espero debajo de un paraguas lleno de recuerdos.