Temporada 2 (Capítulo 38)

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Jean

Llegamos a casa de Villas y saca unos tragos, algunos trabajadores míos se fueron y quedaron algunos.

—Y entonces T/n, ¿Te gusta trabajar en la empresa León?— Pregunta Vilca con su copa

T/n me mira, mira a Villalobos y mira sus manos.

—Sí..— Contesta y Vilca bufa y luego sigue hablando con ella mientras aquella solo le daba sonrisas y respuestas cortas.

—Eres muy bonita, ¿Lo sabías?— le dice y intento calmar mi rabia.

—Sí, siempre lo tengo presente.— dice ella

—Vaya, mujer con autoestima y preciosa,  soltera, ¿No es así?— pregunta

—Sí.— contesta ella

—Perfección de mujer— la mira como si fuera su nueva presa de la que se va a enganchar y no la querrá soltar.

Pero tendrá que hacerlo, ella es mía, solo mía.

Esta situación me desagrada demasiado.

—León— Villalobos llama mi atención —Villas y Vilca quieren unir las empresas para hacer de estás más fuertes, es muy buena idea— me dice Villalobos

—¿Unir empresas? Estás mal de la cabeza, ellos tienen menos rendimiento que mi empresa y les conviene unirse a mi para subir. No quiero nada de esa mierda.— espeto

—Pero nos convendría mucho, podríamos subir también y quedar mejor, habría más apoyo— me dice y veo como T/n y Vilca se paran de sus asientos para luego ir a las escaleras.

¿Por qué carajos van a las escaleras? ¿Qué carajos harán?

—No, ya dije que no y es no. No necesito apoyo de otros cuando yo mismo puedo hacer de mi empresa más. Puedo subir solo, no necesito de la empresa de Vilca ni de Villas.— espeto

—Nos conviene León, entiende eso— dice él

—Me vale un carajo si nos conviene o no, nosotros mismos vamos a subir y no vamos a utilizar a otras empresas para más beneficios, ¿Entiendes? No quiero discutir más del tema.— le espeto y el resopla

—Es tu economía y la economía de todos los que trabajan en tu empresa la que está en juego León. Ten un poco de consideración, ojalá que podamos subir solos.— me dice

—Ten por seguro que lo haremos, no necesito de sus empresas de mierda. Despreocúpate por tu economía, eso jamás estará mal.— tenso la mandíbula y vuelvo a mirar a las escaleras.

Tengo que subir.

—¿Un trago, León?— Villas me ofrece

—No, gracias.— digo

—Yo si deseo uno— Villalobos dice y Villas le sirve una copa.

—Por favor, se ve que te hace falta, un traguito no te hará mal— me dice y de mala gana tomo la copa, él sirve el vodka en ella y la llevo hacia mi boca, la alzo tomándome todo de golpe, me sirve dos más y hago lo mismo con ellas.

Tomé todo demasiado rápido, y sé que me hará mal, pero tengo que subir esas putas escaleras.

Me desaparezco en las escaleras cuando nadie me ve y me mareo un poco.

Me mantengo de pie como pueda y busco una habitación.

Entro a la primera y no hay nadie, todo está apagado, segunda habitación, tampoco había nada, tercera habitación, tampoco y resoplo, entro a la cuarta habitación y...

Cuarta habitación.

Mis ojos ven a aquella mujer abierta de piernas con las manos atadas a la cama y Vilca comiéndole el coño como perro necesitado, que imágen para más agradable.

—Hijos de puta— espeto y Vilca se levanta de golpe al igual que T/n.

Tremenda puta.

—León— Vilca me mira

—Jean, no es lo que crees...— dice —¡Vilca suéltame!— pide y él la suelta.

—No eres más que una puta regalada.— espeto y cuando se levanta voy defrente a las escaleras.

Escucho mi nombre muchas veces de su asquerosa voz y no sé que sentir, quiero romperle la cara a Vilca y dañar a la mujer que amo pero me hace demasiado daño.

Folló conmigo y encima quiere que le coma el coño otro, tremenda calentona.

Sin darme cuenta ya estaba afuera y solo llego a escuchar su voz gritando mi nombre asustada.

Miro a mi lado y lo último que veo es un auto.

T/n

Vilca me hablaba mucho y me miraba como si quisiera comerme, me sentía muy incómoda y por eso respondía sus preguntas con palabras cortas, no me interesaba hablar con él en lo absoluto.

Notaba la mirada de Jean en mí de vez en cuando y cada y que lo hacía se tensaba.

—Deberías de conocer algo de la casa de Villas, es súper interesante— me dice

—Prefiero quedarme abajo.— contesto

—Vamos, no te arrepentirás.— me dice y por amabilidad acepto.

Subimos las escaleras y siento la mirada de Jean en mí.

Pasamos por tres habitaciones y entramos a la cuarta.

Ingreso primero y el después, escucho como cierra la puerta y volteo rápidamente.

—¿Por qué la cierras?— pregunto

—Villas no debe enterarse— me dice

Me toma de la mano y me sienta en la cama.

—¿Qué haces?— pregunto frunciendo el ceño y siento como me amarra a la cama

—Disfruta el momento, cariño— me dice

—Suéltame— digo

me abre de piernas y quita mis bragas, agarra fuertemente mis piernas y comienza a lambetearme.

—¡Deja de hacer eso!— pido

—Se que te encanta... Dios, que rico coño— dice y me siento mal.

—¡Déjame!— pido intentando patear pero agarra mis piernas y me estiro.

Abren la puerta y veo a Jean ahí parado, Frunce el ceño y me mira decepcionado.

—Hijos de puta—  espeta y Vilca se levanta de golpe al igual que yo.

No, no, no, no.

—León— Vilca habla mirándolo

—Jean, no es lo que crees...— digo—¡Vilca suéltame!— Pido y él lo hace.

—No eres más que una puta regalada.— espeta, me duelen sus palabras, pero aún así salgo de la cama cuando el va directo a las escaleras.

—¡Jean!— Llamo una y otra vez su nombre, él no me hace caso, parece estar concentrado en sus pensamientos.

Sale de casa y se pone en medio del camino.

Veo un auto muy cerca de él y el miedo, pánico, desespero corre por mis venas.

No, no, no.

—¡¡Jean!!— sentí que me quedé sin voz al gritar pero no me importó.

Yes daddy +18 (Jean Carlo León) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora