(Capítulo 12)¡En qué estás pensando!

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Viernes 7:20 p.m.

Estoy alistando mis cosas para una semana en la playa de la CDMX, llevo muchas cosas, maquillaje, ropa de baño, cosas de higiene, toallas, gorros, ropa, etc.

—T/n, dice papá si estás lista— dice Fernanda entusiasmada

—Sí Fer, ya estoy, vamos— Salgo con Fer.

Es muy vergonzoso salir por una semana con Jean, después de haberlo botado de mi casa. Pero se lo merecía.

—Buenos días.— saludo cortante.

—Ayúdame con las maletas.— ordena rápido y suspiro.

Agarro algunas mochilas y las pongo en la maletera, luego nos subimos al carro y yo voy de copiloto. El camino estuvo en silencio, bueno los niños preguntaban acada rato si llegabamos o no, hasta que se durmieron.

—Dónde estaremos solo hay dos habitaciones... Los niños siempre duermen solos y no creo que les guste que duerma con ellos... Entonces..—

—¿Tramas algo?— digo yendo al grano

—No—

—Veremos cuando lleguemos— Denuevo el silencio está entre ambos hasta que Jean casi choca con otro carro

—¡Imbécil! ¡Estoy con mis hijos idiota! ¡Fíjese por dónde mierda va!— Grita  molesto y yo trataba de calmarme porque sentí una adrenalina inmensa.

—¡Usted fíjese! ¡Malcriado!— le grita

—¡No me provoque!— le contesta

—¡Sal pues! ¡A ver si tan machito!— dice el señor con el que casi choca.

—Cálmate, vas a despertar a los niños— Le digo pero no me hace caso, se comienza a desabrochar el cinturón de seguridad y tengo miedo de lo que pueda pasar.—¿Qué haces?— Pregunto incrédula.

—¡No preguntes idioteces!— Me espeta.

—Tú no irás a ningún lado, solo vas a despertar y asustar a los niños, quédate aquí— le digo tomándolo del brazo.

—¡Que no!— Espeta.

—Iré yo— Le digo.

—¡No! ¡Mierda! ¡Deja de ser tan terca!— discute.

Me bajo del carro y voy hasta su carro antes de que el semáforo cambie.

—¿Esta ebrio y encima se digna a conducir?— digo viendo una botella de cerveza

—Hola bonita, si está bien fue mi culpa, pero dame tu número a cambio— Me dice.

—¡Que ignorante eres!— Veo como se baja del carro y se acerca a mí, en un segundo ya está Jean acá mientras yo me forsejeaba para que el tipo me suelte.

—¡Suéltame!—

—¡Suéltala que no la escucha!— El señor me suelta.

—¿Tú quién te crees? Ahh el machito, fíjate que esta mujer ya es mía—

—¡Ni siquiera la conoces!—

—Tú tampoco—

—Es mi esposa, imbécil—

—Pues tú esposa tiene un buen culo y buenos senos, aparte de tener buen cuerpo, es hermosa— dice fijándose cada parte de mí y me siento violada en un momento.

—Hijo de puta.— eso es lo único que debía decir el señor para que lo molera a golpes, cuando me suelta y veo al señor herido, le digo que pare pero no lo hace.

Yes daddy +18 (Jean Carlo León) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora