Yes daddy +18 (Jean Carlo León)

(CAPITULO 3) ¿Qué haces aquí?

Viernes

La semana se pasó volando, pero al fin llegó la noche y veo como el señor León llega de trabajar.

—Hola T/n, gracias por cuidar a los niños, ¿Dónde está mi esposa?— pregunta soltandose la corbata.

—Salió en la hora del almuerzo, dijo que vendría tarde— Contesto y se quedó dudando con mi respuesta.

—Está bien— Dice finalmente.

Saca unos billetes de su cartera y me los da.

—Tu pago de la semana, te veo el Lunes—

—Gracias, Señor León— Digo, agarro mis cosas y salgo de la casa, esperen, ¿dije casa?, quise decir mansión.

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Lunes.

Nuevamente, ¿Ya dije que odio los lunes?

Llegó a la mansión León y me encuentro a mi patrón.

—Hola T/n, ¿podría hablar contigo?—

—Hola, si está bien—

Nos sentamos y comenzó a hablar

—¿Podrías venir el sábado? Quiero salir con mi esposa y no tengo con quien dejar a mis hijos—

Me quedé dudosa con su pregunta, ¿Sábado? Se supone que los fines de semana debo descansar... Pero solo vendré a cuidar a los niños.

—Claro señor León, un placer cuidarlos— digo amablemente, en verdad no me molesta.

—Gracias, ahora sí puedes ir a trabajar—Asiento y me voy a la cocina a preparar el almuerzo.

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Sábado

La semana también se fue volando.

Llego con unos jeans negros una camisa blanca y una chaqueta color negro, Zapatillas converse blancas y mi pelo echo una cola alta, tocó la puerta y me abre el señor León.

—¿T/n? ¿Que haces aquí?— Su voz suena un poco ebrio... ¿Acaso me confundí de día?

—Eh... Vengo a cuidar a los niños... cómo usted me dijo— Digo confundida.

—Carajo... lo había olvidado... Sara salió de visita a sus abuelos con los niños, disculpa por no avisar— Me dice.

Genial, vine por las puras.

—Ah... está bien, entonces me retiraré—

—¿Tienes en dónde irte?— Me pregunta

—Le dije a mi madre que me recoja, no traje efectivo, iré caminando—

Veo como sus ojos se abren

—¿Estás loca? Pueden hacerte algo—

—No se preocupe, es temprano y no es problema—

—No, por favor toma asiento y esperaremos a que llegue tu mamá—

—Pero señor—

—No, ningún pero, por favor pasa—

Asiento con la cabeza y entro a la sala, veo una copa de vino en la mesa por terminar, al sentarme veo a el señor León con una copa más, se sienta y la sirve

—¿Quieres?— Me ofrece una copa.

Por educación la recibo y comienzo a tomar de ella.

—Perdón por no avisarte, se me pasó el tiempo—