Parte 33

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Criston se colocó ropa holgada para ocultar su pequeña barriguita, mientras Daemon preparaba la medicina para sus malestares adicionales típicos de un bebé Targaryen creciendo en un vientre, no muy diferente al dolor de tener un dragón real dentro. Lo esperó sentado a su lado, y el príncipe añadió una ingrediente adicional que nunca había visto.

Criston: ¿Qué haces para que tenga sabor dulce?

Daemon: Miel. ¿Quieres, Naranjita?

El omega asintió repetidamente sintiendo curiosidad por su olor curioso y Daemon le dió a probar luego de asegurarse ingiriera la medicina. El sabor era algo que Criston nunca había experimentado, y quiso más.

Daemon: ¿Cómo murieron tus padres? “Le dió otra cucharada directa en los labios”.

Criston: Mi madre murió luego de tener su cuarto hijo, y mi padre en una plaga 😔.

Daemon: Pero... ¿Quieres ver a tus hermanos?

Criston: Quisiera, pero también murieron en la plaga. Los sobrevivientes éramos mayormente omegas, y nos entrenaron para poder defendernos. Vieron tenía potencial y pude luchar por primera vez en una batalla real. Tuve suerte...

Dudaba de haber perdido a su familia en Kings Landing durante una plaga hubiera sido entrenado, lo más seguro era su siguiente destino fuera un burdel debido a su casta y posición social. Por suerte nació lejos de allí, en un lugar donde no los discriminaban hasta por cómo respiraban.

El príncipe pasó sus manos por las hebras de la cabellera corta del omega, diciendo: Cuando era niño mi padre no quería verme a los ojos, decían era porque le recordaba a mi madre fallecida. Siempre me metía en problemas, y en los castigos si me veía a la cara. Pero no importaba qué tan fuerte fuera el castigo, nunca lloré. Hasta que un día mientras una banda de delincuentes imbéciles aparecieron en una de las calles de la ciudad a violar personas y robarles en sus casas, y decidí intervenir. Todo salió bien, excepto que el líder era el hijo de una casa noble... Y lo golpeé algo de más. Me llamaron y estaba listo para asumir el castigo. Mis abuelos también estaban ahí, creí se habían hartado ya. Pero mi padre me abrazó y mi abuela dijo estuvo muy bien lo que hice.

Daemon apretó la empuñadura de Hermana Oscura: Ese día la recibí. Me alegré tanto que lloré por primera vez.

Criston sonrió levemente, imaginando la escena vividamente: Debió ser el mejor día de tu vida.

Daemon: Al contrario, fué el peor.

Criston: ¿Por qué? 🤔

Daemon: Mi abuelo pensó estaba listo para casarme y me escogieron una esposa sin derecho a réplica, luego de golpearme 🙄. Ahora que lo pienso, quizá mi abuelo si estaba harto de mí 🙂.

Criston: ¡Lo que hiciste estuvo bien!

Daemon: Cuando te metes con un noble el consejo lo ve distinto 😞, pensaban sólo debí detenerlos y no golpear al líder infeliz hasta casi matarlo por violar 🙄. Ni siquiera el rey está del todo sobre las decisiones de la corte, tuve suerte mi abuela me defendió como Mano del rey y mi padre era su hijo, sólo me enviaron lejos por años.

Criston abrazó el cuello del alfa y el príncipe besó su cuello.

Daemon: Pero todo está bien ahora, te tengo a tí y nuestra naranjita. Luego del alba todo se resolverá, y te enseñaré qué estaba haciendo en el patio.

Criston: ¿Qué hay en el patio? ¿Y qué pasará al alba? 😮.

Daemon: Son dos sorpresas 😁. Vamos, se nos hará tarde si te quito la ropa ahora.

Criston se sonrojó y asintió. Fueron a donde se llevaría a cabo la cena de reconciliación, donde ya los esperaban Rhaenyra y Alicent, sin duda darían la noticia ahora con diecisiete años Rhaenyra, la heredera, eligió su omega... También Corlys, Rhaenys y sus hijos estaban. Apartados en una esquina.

Laena posó sus ojos sobre Daemon y aunque se entristeció al ver venía tomado del brazo de otro omega, decidió acercarse y saludar.

Laena: Es un placer verlo otra vez, príncipe Daemon 🥲. Quiero que sepa no hay rencores entre nosotros, y me gustaría conocer a su omega. Nyra sólo lo ha llamado “panzón” por alguna razón.

Daemon miró a Criston, quien asintió aunque se sentía impotente frente a una omega grácil y elegante como Laena, educada y de buena posición. Además de hermosa.

Criston: Soy Criston Cole, mi lady.

Laena: Oh, ese nombre lo recuerdo... Cierto, escuché tu nombre. ¿Entonces eras del que Daemon no paraba de hab-?

Daemon tosió, interrumpiendo.

Criston: ¿Qué? ¿Cuánto tiempo estuvo hablando de mí? 😮

Laena: Eh... ¿Dije eso? Quiero decir, me alegra se vea son unidos.

La conversación fué interrumpida por la llegada del rey y todos se acercaron a la mesa para recibir de pie a Viserys. Criston apenas recordaba las clases de etiqueta y más difícil fué saber con qué cubierto debía comer qué. Daemon pareció darse cuenta y escogía la misma comida para mostrarle en forma silenciosa cuál debía usar.

Rhaenys pareció darse cuenta de ello y arrugó la nariz, murmurando algo a su esposo.

Criston decidió no prestarle atención. Tenía mucha hambre, debía comer por dos, pero el olor del cerdo lo mareaba. Intentó fingir nada pasaba, no obstante, Rhaenyra y Alicent cayeron en cuenta palidecía. Rhaenys y Corlys también, y volvieron a intercambiar palabras entre ellos.

Criston se puso nervioso, imaginando podían deducir sobre su hijo.

Daemon mintió: Algo le cayó mal a Criston, no está acostumbrado comer cosas del castillo.

Viserys entendió: Bien, es mejor se retire.

Alicent: También me iré, con su permiso 😌. Estuve todo el día probando ropa nueva con los colores de la casa de mi alfa, y estoy cansada.

Nadie dijo algo en contra, pero Criston pudo darse cuenta Alicent llevaba escondida una botella de vino. Además de la sonrisa cómplice con Rhaenyra al echarle ambas una mirada discreta a Rhaenys.

Quizá sí, quizá noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora