Parte 41

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Harwin: ¡¿Dónde está Gaius?! ¡¿Lo viste?! ¡¿No?! ¡¿No se fué con ustedes?! ¡Espere...!

X: Salió muy temprano, creo dijo iba a cabalgar... ¡De verdad, mi lord, no sé más!

Criston se acerca y toma el brazo d Harwin: ¡No puede ser! 😨 Hoy es el onomástico del príncipe Jacaerys, ¡¿Qué hacemos?! ¡Anoche no pude decirle nada, ¿Y qué pasará si se encuentra a Daemon?!

Harwin lo abraza y besa la coronilla del omega: Shhh, va a estar bien. Iré a buscarlo. Quédate con Luke, será más arriesgado vayas si algún Velaryon asiste por casualidad.

Criston lo besa en los labios apasionadamente, y asiente confiando en su marido.

Harwin: Lo traeré a salvo. Lo prometo.

Toma su caballo de inmediato, pidiendo a todos los dioses que conocía Gaius no se hubiera encontrado a Daemon.

En el campamento...

Gaius miró bien al alfa que decía iba a ser su más fuerte rival en el torneo, y llegó a la conclusión sólo podía ser Daemon Targaryen. Nunca lo había visto, pero a veces escuchaba a su madre hablar sobre él cuando entrenaba a los omegas de Harrenhall, deducía lo admiraba por su destreza y experiencia.

Gaius imitó su barbilla en alto, y usó el mismo tono con que el mayor le llamaba "cachorro": No le tengo miedo, anciano.

Daemon borró su sonrisa.

Al segundo siguiente, Gaius apenas tuvo tiempo de hacer un amago para llevar su mano a la espada en su cintura, cuando ya tenía rozando su cuello el filo de otra espada. El frío metal lo paralizó, anonadado por la rapidez. Sólo su madre tenía esa velocidad.

Parpadeó varias veces, comprendiendo no podía andar por ahí con tanta soltura.

El príncipe formó una sonrisa, retirando su espada mientras decía:a segunda lección más importante es nunca insultar a nadie sin estar seguro puedes responder a cualquiera de sus ataques, cachorro.

Mientras se dirigía a un caballo que le trajeron para ser el primero en ver a los Velaryon, Gaius le preguntó curioso: ¿Y la más importante?

Daemon: Un caballero protege y no huye cuando debe quedarse.

Gaius asintió, e hizo una reverencia, apresurándose a entrar en la tienda donde estaban sus madrinas, su omega y amigos, lanzando al aire la naranja y volviendo a atraparla.

A primera vista, Daemon pudo ver la misma alegría de su Criston cuando veía una naranja. Pero también pudo notar el chico tenía mucho de su propia actitud.

Siendo sincero, esta no era la primera vez que Daemon lo veía. Sólo que el chico no podría recordarlo. Cuando escuchó el hijo de Criston con Harwin nació sólo seis meses después de haberse casado, supuso algo andaba raro. Él mismo vió cómo la fuente rota manchó la ropa y las manos de Criston cuando le terminó pidiéndole nunca volviera a verlo en su angustia por perder a Aegon, en su rencor porque Daemon eligió cumplir con su deber protegiendo al rey antes que prestarle la ayuda a su omega cuando lo necesitaba.

Finalmente Rhaenyra no había soportado ocultarselo más y le contó ella pagó a una bruja de Harrenhall para hacerle un hechizo protector al bebé. Aparentemente no eran sólo regalos de buena voluntad, sino que pudo resucitar al niño en el vientre de Criston a las semanas.

Daemon tenía que ver cómo era al menos, entonces la próxima vez que Rhaenyra visitó a la pareja y llevó a volar al bebé su tío la esperó en una distancia prudente. Vió la leve melena castaña creciendo en su cara, e hizo cosquillas en los suaves piecitos, luego el bebé... Su bebé, le sonrió y abrió sus ojos sonriente. Sus orbes que eran marrones, de pronto pasaron a ser amatistas.

Quizá sí, quizá noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora