Parte 36

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Las puertas se abrieron y los ojos del príncipe buscaron ver a su omega, mientras Viserys maldecía y Corlys ina a revisar el estado de sus hijos. Primero encontró a Rhaenyra, y ella se lanzó a sus brazos, eufórica.

Rhaenyra: ¡¿Está viva?! ¡¿No habrá castigo?!

Daemon palmó la nuca de su sobrina, y ella se desconcertó por su silencio, separándose lentamente.

Rhaenyra: ¿Tío?

Daemon le susurró: ¡Si estás segura es para tí, la vas a seguir donde sea que vaya!

Rhaenyra: ¡¿Qué?!

Viserys: ¡Hija, ¿No estás herida?!

Rhaenyra: ¡Estoy bien, no tengo nada! ¡¿Qué fué lo que dijeron allá adentro?!

Daemon volvió a buscar alrededor a Criston, moviéndose frenéticamente entre los caballeros. Entonces vió a su sobrina arrodillándose cerca de una inconsciente Alicent, y cerca del maestre que revisaba a la omega halló también al que buscaba.

Reconoció la corta cabellera lacia, y el brazo del omega alrededor del cuello de Harwin.

Daemon apretó los dientes, acercándose rápidamente para intentar cargar en brazos al omega, pero al verse sorprendido Criston se negó a separarse de Harwin. El príncipe se sorprendió e iba a preguntar sobre qué hacía allí, notando el hollín manchando la ropa de su omega y la sangre en su brazo derecho. Contrario a lo creído, no era de Harwin la herida.

Daemon: ¡¿Qué más te duele?! ¡¿Qué quisieron hacerte?!

Criston suspiró sin fuerzas, y sólo entonces el príncipe se dió cuenta también estaba pálido. Tragó saliva conteniendo su frustrada preocupación, intercambiando una mirada con Harwin.

Daemon: ¿Quién lo hirió?

El alfa castaño señaló uno de los pocos caballeros quietos en su lugar, entonces Hermana Oscura fué desenvainada, y sin dudarlo Daemon acabó con la vida del sujeto.

Corlys sostuvo a Laenor, quien apenas podía pararse por su herida, y se indignó: ¡¿Qué clase de juego es este?! ¡La ley aquí es una burla!

Daemon: Según la ley puedo buscar justicia a quienes dañen a mi omega 😒. Mi paciencia se acaba, ¿Cómo explica que intentara perjudicarlo por acusaciones hacía mí y lady Alicent?

Corlys: ¡No finjan es inocente, lo acabo de escuchar de mi hijo! ¡Ése omega sin honor fué quien quiso matar a mi esposa sólo porque odiaba ella defendiera el derecho de nuestra hija por estar con quien ame!

Daemon: Puras sandeces. Esa historia suena demasiado conveniente para incriminarlo.

Corlys: ¡Lo dijo él mismo! 😠 ¡Lo confesó, está claro!

Daemon miró a su omega con una expresión indescifrable, pero éste evitó verlo directo al rostro.

Viserys: ¡Lord Corlys, es ridículo! ¡Daemon ya elegió a Criston! ¿Qué necesidad ves tenga de atentar contra Rhaenys?

Corlys: ¡Probablemente luego de casi hacerme creer eran Daemon y lady Alicent los responsables, creyó mi hija jamás volvería por aquí! ¡Es claro omegas como él siempre envidian a las que son dignas como mi hija!

Daemon: ¡Repítalo y va a envidiar a quiénes todavía conserven su lengua! 😡

Corlys: ¡Las dos no pueden ser mentira! ¡¿Fueron Daemon y Alicent los responsables, o éste omega?! ¡Alguno debe ser exiliado o ejecutado por este crimen!

Criston: ¡Fuí yo!

Rhaenyra: ¡No es verdad! ¡Panzón, no...! “Es detenida por varios caballeros” ¡Yo sé que no! ¡Lord Corlys, usted sólo quiere señalar sin razonar!

Daemon: Yo lo planeé, Criston no merece ser culpado por algo que ni siquiera estaba enterado sucedería. Lady Alicent no tuvo nada que ver tampoco.

Laenor: ¡Él mismo omega confesó su crimen, no quiera encubrirlo! ¡Es un omega de clase baja y no viene de una casa como la Hightower, así que debe ser duramente ejecutado en público!

Viserys: ¡Todos ya detenganse! 😠 ¡SOY QUIEN DECIDIRÁ EL CASTIGO!

El rey paseó sus ojos alrededor de todos, abrumado. Si ignoraba el hecho, perderían por completo su reputación y los Velaryon serían sus enemigos. No sabía si Daemon y Alicent habían estado confabulando, aunque lo dudaba teniendo en cuenta nunca habían tenido una buena relación. Era poco probable. Y si los culpaba no sólo perdería a un comandante, debería exiliar a su hermano y a Alicent, no sin antes torturar a la segunda. Rhaenyra jamás la perdonaría si trataba así a Alicent y seguro iría con ella, entonces se quedaría sin herederos provocando una crisis en todo el reino.

Criston había confesado él era quien lo planeó, y era un omega sin alcurnia o familia que pudiera reclamar. Pero en esos meses nunca le vió intenciones maliciosas. Claro podrían haber estado muy ocultas. Sin embargo, iba a tener al bebé de Daemon... Condenarlo a muerte sería cruel y su hermano se enojaría.

Viserys habló contrariado, incapaz de ver al rostro del omega: Criston... Rhaenys está viva. Por eso te dejaré vivir. No vuelvas a Kings Landing durante mi reinado, quedas exiliado. Sin embargo... Deberás salir dentro de una hora, o tendré que ser más duro.

Corlys alzó la barbilla mientras Daemon endureció su expresión.

Pero no hubo tiempo nadie protestara nada, pues Criston sacó fuerzas de donde no tenía y dejó a todos atrás bajando a la salida de la fortaleza roja, apenas deteniendose a buscar su caballo sabiendo no escaparía a tiempo sin él, y cabalgó hasta afuera de la capital derramando lágrimas que humedecían sus mejillas al recordar con melancolía el primer día que llegó a ese lugar lleno de esperanzas vacías.

Su brazo herido ardía, pero Harwin lo había vendado precariamente arrancando parte de su propia ropa. Llevó el brazo hasta su nariz, buscando consuelo en el olor todavía presente del alfa.

Una enorme sombra llamó su atención, y se detuvo observando al dragón rojo aterrizar cerca de él.

Bajó de su caballo suspirando, sorprendiendose al sentir un dolor punzante en su vientre muy diferente a todos los malestares que hubo en todo su embarazo, y un líquido caer por sus muslos. Llevó su mano hasta ese lugar, sintiendo su alma se iba al ver era rojo, entendiendo con angustia qué estaba pasando.

Criston cayó de rodillas: ... No, no... Tú no, Aegon...

Daemon bajó de Caraxes y rodeó la espalda del omega con sus brazos: ¡Vamos a revisarte! ¡¿Qué...?!

Criston lo empujó, en cólera: ¡LARGO! ¡PIÉRDETE, NO QUIERO VOLVER A VERTE!

Daemon: ¡No hables, conserva fuerzas y vamos a que te revi-!

Criston: ¡LO PERDÍ, ¿NO LO VES?! ¡TE LLAMÉ, USÉ CON TODAS MIS FUERZAS EL VÍNCULO PERO NO RESPONDISTE! ¡TAMPOCO ESTABAS AHÍ PARA RECOGERME AL CAER COMO PROMETISTE!

Daemon no dijo nada, apretando la muñeca del omega mientras procesaba acababa de perder a su hijo.

Criston: ¡¿No dirás nada?! ¡Pues vete ahora! ¡No quiero verte, quiero estar solo!

Volvió a empujarlo, y se agachó abrazando sus rodillas, rompiendo en llanto.

Daemon tragó saliva conteniendo un gemido angustioso que casi salía de su boca, comprendiendo Criston estaba furioso con él por motivos fuertes. No podía dejarlo, planeó casarse con él y lo haría con o sin bebé. Pero necesitaba desahogarse, y volver con algo que pudiera animar al omega.

Subió a su dragón y se elevó de vuelta.

Había estado semanas trabajando en un huerto de naranjas para que Criston pudiera comerlas por todo el año, seguro bajaría ayudaría un poco. Al menos por un rato. El resto del tiempo se quedará asu lado hasta que estuvieran mejor, dejaría su puesto e irían juntos fuera de la capital.

Harwin se sorprendió al ver Daemon volvía sin Criston, y temiendo hubiera abandonado al omega herido con sus sentimientos destrozados, monto su caballo y dejó atrás la capital para buscarlo.

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Nota: No olvidemos Rhaenyra y Harwin le compraron un hechizo a Alys para la vida del bebé, aunque no le explicaron muy claro de qué trataba a Criston.

Quizá sí, quizá noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora