Cuatro

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-¡Despierta, León! Ya estás de vuelta. No tienes que temer nada, al menos de momento.

Reconocí la voz de mi padre. Me alegraba. Si tenía que vivir con voces, que al menos fueran conocidas era un alivio.

-¿Dónde está el doctor Lamar? -le pregunto porque si ha sido capaz de burlar a un médico, es seguro que sabría en que lugar se hallaba en cada momento-.

-Debes controlar tus emociones, si no lo haces, jamás podrás salir de aquí

Sonaba como si me hubiera enamorado del doctor, así que volví a preguntar, pero esta vez cambiando la sintaxis -a veces, da resultado-.

-¿Y el doctor Lamar?

-Está muerto. -contestó como si no necesitara ningún tipo de inflexión para potenciar lo que ya de por sí era algo casi evidente. Dio resultado el cambio sintáctico-.

-¿Muerto? -pregunto como si me sorprendiera, confirmado científicamente lo que ya había deducido como hipótesis intuitiva-.

-¿Acaso no entiendes lo que es la muerte?

Mi padre responde con preguntas, como los antiguos escolas, creando vías de relaciones diversas, de nuevos mensajes subliminales, de nuevas posibilidades, pero odio ese método socrático porque es macabro, y además, es el germen del entramado psicoanalítico, el destructor de la imaginación.

-Pero... ¿por qué?... ¿cómo? -el morbo es superior a mi inteligencia, no lo puedo evitar-.

-Porque te ayudaba.


-¿No estaba para ayudarme? -pregunto ingenuamente-.

-Descubrieron que te inyectaba medicamentos para controlar tus voces.

-Pero ese es el procedimiento de cura.

-No, si lo que quieren es escuchar esas voces.

-¡Es absurdo!

-Pronto comprobarás que todo lo que te rodea es irracional, pero real. Esto no es un sueño. Tienes que aceptar la nueva realidad en la que te mueves, y recordar para vivir. Este es el fin último de la existencia.

Todavía tenía una pregunta en la manga.

-Aquí hay medicamentos capaces de anular incluso a un muerto -dijo-.

-¿K.I.B.U? -ahora sí hice gala de mis neuronas-.

No dijo nada, pero esa era la respuesta. Iba por el buen camino, ahora sólo faltaba el remate.

¿Qué es K.I.B.U.?

-¿Dónde has estados estos últimos cincuenta años, hijo? K.I.B.U. es una condensación de DU (ver nota final). Fue utilizado en distintas guerras de forma empobrecida, sin embargo, al comprobar que originaba LLA, LLC, LMA LMC (ver nota final) lo desarrollaron al cien por cien. Al potenciar cien veces su poder de destrucción, desencadena una desintegración total del cuerpo y el alma de quien es inyectado con él. Y todo en apenas unos minutos...

Estaba aturdido por el maremágnum por el que navegaba.

-¿Te han hecho preguntas sobre mí?


-No lo sé. Era una única voz. Me hacía preguntas, pero no puedo recordarlas, de hecho, no recuerdo nada de la entrevista.

-Si no te han eliminado -dijo fríamente-, entonces, es que no han conseguido todavía lo que quieren.

Lo comprendía perfectamente. Volverían a hacerlo. Tendría que pasar por una nueva entrevista, si se puede llamar de esta de forma, lo que supone que, al final, el doctor Lamar ganó el primer round del combate.

Continuó hablando.

-Yo no le dije nada cuando estuve en esta misma habitación, así que no dejes que te engañen.

-Entonces, es por tu culpa por lo que sufro -le contesté-. Sufro tu egoísmo, joder. ¡Es que un padre no puede dejar de joder nunca!

-No me seas dramático. Sufres por el dolor que ellos te infligen. Tú eres la única esperanza que tienen de conseguir mi secreto.

-¿Qué secreto? ¡Yo nunca he sabido guardar un secreto! ¡Odio las novelas de tesoros, de espías, de misterios¡ Sólo me gustan las novelas románticas.

-¡Siempre serás una "ragassa"! ¡Hablamos de un mundo feliz! Un lugar libre donde nadie está por encima de nadie, donde no hay dinero ni clases, sino que es la libertad el único rey.

-¿Y hay humanos en ese lugar? -espeté mis dudas-.

-Todo el mundo quiere ser libre -justificó mi pregunta-.

-¡YO NO QUIERO SER LIBRE! -grité con todas mis fueras-. Necesito depender de un orden injusto valorado en dinero, de unas leyes malvadas protegidas por abogados caros, de un tirano, o de varios. Necesito estar subyugado.

Estaba alterado. Me estaba obsesionando con una voz que posiblemente sólo existiera en mi interior. Si era así realmente, sí que estaba enfermo.


-Lo siento -dijo la voz compasiva-. Aquí eres un héroe; y tendrás que serlo a pesar de todo.

-Muestra una seguridad que dudosamente comparto, ya que siempre queda la muerte.

-¿Eres idiota? -dejaba un cierto tono de sarcasmo en su pregunta-. En este mundo morirás en cuanto te toque el turno, y nunca antes de cumplir con tu parte del contrato.

-¿Qué contrato? ¡Yo no he firmado ningún contrato!

-Firmaste al venir aquí, como todos, al buscar una oportunidad de no perder tu conciencia, pero tienes que cumplir tu contrato. Después, si cumples, podrás vagar eternamente por las esferas del Universo.

La habitación vuelve a cambiar de color lentamente. Toma, nuevamente, un tono oscuro.

-No olvides que ahí afuera hay un gran peligro, y no puedes liberarte de él.

-¿Son controladores?

Pero no recibí respuesta. ¡Claro que eran controladores! -pensé-. Comenzaba a introducirme en la historia. Hice un esfuerzo por recordar cuantas veces mi padre hablaba de otras dimensiones, de puertas que abrían a esferas que guiaban el destino de los muertos, aunque eso significaría que estoy muerto. También recuerdo que nos abandonó, que mi padre murió, que se mostró impasible mientras la vida me pasaba por encima como un camión. Siempre estaba descifrando runas de aquel libro que él llamaba "el libro de Lov" y que daban la clave para abrir la puerta de Dagón y entrar en los mundos de los mitos legendarios de Chulthu.


La habitación se volvía color sangre. Aprecié el sonido en la pared, por primera vez, de una mirilla. Destacaban los ojos blancos escudriñando detrás de ella. ¡Sólo tengo veinticinco años!, y sin embargo, tengo mis sentidos devorados por las termitas. La puerta se abre y aparece un celador vestido de rojo, fornido y autómata, que no pregunta. No me resisto, pero me golpea con fuerza en la boca y me hace sangrar de nuevo el labio. Estoicamente, me conformo. Saca una jeringa y veo menguar el inyectable dentro de mi brazo mientras una nube de formas negras y extrañas van cubriendo mis ojos, llevándome a un placentero descanso.


DU :Depleted Uranium.


LLA, LLC, LMA LMC :Tipos mieloides y linfoides, crónicas y agudas, de leucemias.

K.I.B.U.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora