Garon Von Carlsberg, a sus 75 años, era todo una leyenda en Nueva York. Como el dueño de diez clubes nocturnos, dos salas de juego clandestino, un club exclusivo para hombres y cinco bares de gran fama, era uno de los empresarios más respetados de la ciudad. Había llegado con su familia de Alemania hacía muchos años ya, cuando apenas era un mocoso adolescente; había trabajado con ahínco en todo tipo de empleos, sabiendo que si quería mejorar su vida tendría que esforzarse él al máximo, pues nadie regalaba nada a nadie por su cara bonita. Pronto había conocido el tentador y peligroso mundo de la noche, poniendo sus miedos detrás de su necesidad y aceptando ser empleado para todo del principal gángster de la zona. Para todo significaba exactamente eso, para todo, especialmente trabajos sucios. No era exactamente algo de lo que alardear en una mesa familiar al mediodía, pero le había servido para aprender el negocio y forjarse una reputación, así que no renegaba de eso. En la actualidad era él quien contrataba a jóvenes ansiosos por progresar, quien hacía y deshacía alianzas con otros empresarios y quien tenía el ojo bien alerta por si aparecía alguien prometedor en el horizonte, pues a su edad y con un infarto a sus espaldas ya no estaba tan seguro de querer seguir al mando. Lo tentaba más la idea de retirarse pronto con la cuenta del banco a tope y mudarse a una isla griega con su esposa, pero para eso tenía que dejar todo muy ordenado antes. Y fue por ese deseo suyo que consideró providencial y auspiciosa la llegada de Nigel Mihai a su vida.-¡Pero si es mi nuevo amigo, Nigel!- saludó al verlo aparecer por su oficina, la tarde del viernes.- Adelante, hombre, el negocio está cerrado pero tú puedes pasar a la hora que quieras. ¿Te ofrezco algo de beber?
-Por ahora no, pero gracias. Estoy tratando de beber menos durante el día, ¿sabes? Que al fin y al cabo ya no tengo veinte años. Tengo que empezar a cuidarme- bromeó Nigel mientras se sentaba, haciendo que su interlocutor soltara una carcajada.
-Sí, vaya que yo sé de eso… pero bueno, tú dirás a qué debo el honor de tu visita a estas horas. ¿Vienes a hablar de negocios?
-Mmm… no, en esta ocasión no, aunque ya sabes que tu oferta de vendernos el Black Kitty nos interesa mucho a mi socio y a mí. Lo podemos discutir en otra ocasión, hoy vine para pedirte un favor personal, si no es molestia.
-Te escucho…
-Quiero venir esta noche con un amigo- dijo despacio, tratando de sonar lo más casual posible y no ansioso como se sentía.- Y me gustaría ofrecerle una gran noche, así que…
-Ahh, ya entiendo, no digas más. ¿Quieres unas chicas para entretenerlo, no?- preguntó el viejo Garon con una sonrisa pícara, haciendo que Nigel se pusiera rojo por un segundo. Luego negó vigorosamente.
-No, no, al contrario. Adam es un tipo muy tranquilo, así que había pensado en tener el salón reservado de arriba, para no cruzarnos con otros clientes y poder beber en paz. ¿Me entiendes?
-Ya… beber… pues no hay problema, hombre, haberlo dicho sin tantos rodeos. Le diré a mis muchachos que preparen todo a tu gusto, Lala los atenderá para mayor discreción. Aquí no juzgamos a nadie, ¿eh?
La forma en la que Garon dijo eso le hizo subir todo el calor a las mejillas, pues le quedó claro que el otro pensaba que "amigo" era un eufemismo para "amante". ¿Daba esa impresión, en serio? ¿Solo por querer estar a solas con Adam en un salón privado donde nadie los molestara y…?
-Gracias por el favor, entonces. Sé que para reservar tendría que haberlo hecho con anticipación, pero…
- Nada, no digas más. Eres un amigo de la casa y si no me falla el instinto, pronto serás mi sucesor, si llegamos a un acuerdo sobre este antro. Así que como muestra de todo lo que el Black Kitty puede ofrecer, te cedo con gusto el salón que quieras. Y a ver si me presentas a tu amigo esta noche, que me da curiosidad. Tú siempre eres el centro de atención en cada farra… ¿quién es capaz de hacerte desear privacidad?
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Estrellas Gemelas
FanfictionDespués de ser entregado por su esposa a la policía, Nigel se ve obligado a huir a los Estados Unidos. Aunque cuenta con el apoyo de su amigo Darko, no está seguro de poder rehacer su vida... o al menos, no estaba seguro, hasta que conoce a su vecin...